Un pequeño contratiempo.

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Lina salió de casa a las siete de la mañana, vivía sola, en un piso de una habitación, pero con acceso própio desde la calle que le daba total independencia.
Se subió en el coche que tenía aparcado en el párquing del edificio.
Se dirigió en primer lugar a la oficina. Allí se encontró con sus socias de empresa y amigas.
- ¡Buenos días chicas! Ya he llegado, había un atasco que para qué os voy a contar...
-Lina, hemos venido en coche y no hay atasco, llegas tarde y tu excusa es mala, mala.
-Toma, tu credencial de prensa, ayer por la noche la preparé. ¿Irás así?
-Bufff, no, me pondré algo más adecuado Diana. Ahora vengo.
-Yo voy a meterme de lleno con las fichas de los trabajadores nuevos. Supongo que antes de mediodía los tengo. -dijo Diana.
-Pues yo voy a interrogar sutilmente a la mujer de Mario.
Deseadme suerte, si le caigo bien me dirá lo que sabe. Y espero que sepa algo.
-¿tengo el permiso del señor Cabañas para las entrevistas del personal?.
A ver si voy a ir y nadie me va a dejar entrevistarle.
Rosa se la miró con cara de ..."qué te piensas que he estado haciendo" y como se conocían desde el instituto la entendió y se metió en el despacho a cambiarse de ropa corriendo antes de que le gritase.
-Yo me voy a trabajar.-dijo Diana.
-Yo también, Lina, ¿Quieres venir a comer a casa ? Mi madre me trajo comida para tres meses, Diana se viene.
-Siii, que yo no he podido salir a comprar esta semana y no tengo nada.
-Vale, adiós, a las 2 en mi casa.
Diana y Rosa se fueron cada una a trabajar en lo suyo y diez minutos más tarde salió Lina con un traje pantalón beig, una camisa blanca y la peluca rubia corta, tenía puestas las gafas de sol y llevaba una grabadora y una cámara de fotos.
Los zapatos eran cómodos y no llevaba lentillas.
Fué en metro para que no la vieran llegar con su coche.
Al llegar, la chica de recepción no la reconoció, le enseñó la credencial de prensa y la dejaron pasar sin problema.
Estudió la situación y decidió ir primero a la sección de investigación e innovación de productos. Allí encontraría personas relacionadas directamente con el nuevo producto y podría averiguar algo más. Entró en el ascensor y observó las directrices de las plantas. Tenía que ir a la planta sótano para llegar a la zona de innovación y ensayos clínicos. Según Diana, allí trabajaba Pablo Ternero, director de los proyectos de innovación de la empresa. Salió frente a un pasillo muy iluminado, con varias puertas a ambos lados, cada una con un rótulo que indicaba su uso, desde almacén de residuos hasta material de limpieza pasando por despachos de gerentes y enfermería. Al final del pasillo se podía leer :Investigación e Innovación. Acceso restringido.
Entré con mi credencial. La sala era grande, amplia y básicamente blanca. Todos llevaban una bata blanca y guantes.
En una de las mesas se veían diversos utensilios de laboratorio, en el otro extremo aparatos sofisticados de análisis y otros que no tenía idea de para qué servían.
En una esquina de la sala vió una cámara de seguridad y anotó el lugar para que Rosa pidiera las imágenes captadas de los tres últimos meses.
Voy a necesitar palomitas para verlo todo. Pensó mientras se dirigía a la persona que parecía dirigir el trabajo allí.
-Perdone, soy de la prensa y estoy haciendo un reportaje publicitario para promocionar el nuevo producto de adelgazamiento, ¿ podría hablar con usted?
La miró de arriba abajo, se fijó en las credenciales, se encogió de hombros y le hizo señas para que le acompañase. Mientras le seguía anotó mentalmente su nombre, impreso en una tarjeta de identificación, Pablo Ternero.
En un lateral de la sala, semioculta por estanterías había una puerta que conducía a un pequeño cubículo, que pretendía ser un despacho y no pasaba de ser un zulo.
En la puerta había otra cámara además de una placa con el nombre de aquel individuo. Mentalmente se apuntó la ubicación.
Se sentó en una silla y él detrás de un escritorio.
-Vamos a ver, le voy a hacer unas cuántas preguntas personales para tener una idea de su implicación en el producto y mostrar a los publicistas el método de trabajo y la implicación personal.
-¿ Cuál es su trabajo en este proyecto?
- Yo soy el coordinador de la investigación.
-¿Y cuál es su función en el proceso de innovación de la empresa?
-Me encargo de supervisar el trabajo del equipo y coordinar a los trabajadores, hago informes semanales de los avances y los entrego a la gerencia.
-Entonces usted tiene información privilegiada sobre todos los productos de la empresa ¿estoy en lo cierto?
-En lo que se refiere a nuevos productos, si.
-¿Quién más tiene acceso a esta información y colabora con la investigación?
-El gerente, los técnicos de estudio de mercado, y no sé si alguien más.
Le preguntó sobre el nuevo producto para no levantar sospechas y mientras tanto observaba discretamente el lugar.
Por último le hizo unas fotos estratégicas para tener imágenes del lugar y poder repasarlas tranquilamente.
Más tarde salieron y le presentó a varios de los trabajadores, les hizo también fotos y habló con ellos.
Eran las doce del mediodía y tenía bastante material para la investigación, pero necesitaba más.
Entonces se dirigió al ascensor nuevamente y miró de nuevo el directorio. Decidió ir al departamento de márqueting para observar el lugar, y sobre todo la gente que trabajaba allí. El departamento estaba en el piso segundo, y allí  fué. Salió del ascensor y guiándose por las placas de las puertas encontró el departamento de màrqueting. Entró y se vió observada por una veintena de personas sentadas en escritorios de dos plazas.
La miraron extrañados, hasta que enseñó su credencial de prensa, momento en el que todos se pusieron a trabajar de nuevo.
Habló con ellos de uno en uno del nuevo producto y se dió cuenta de que casi ninguno sabía de qué se trataba.
Los que sí lo sabían eran cautelosos con lo que hablaban, excepto uno de ellos que le estaba dando tantos o más detalles que los técnicos. Se apuntó su nombre: Bernardo Hinojosa. Tras una entrevista bastante interesante, descubrió que el producto en concreto era muy innovador pero que estaba dando problemas de alergia en los ensayos clínicos.
Al salir de la sala de márqueting, iba hablando todavía con ese hombre, Bernardo, y se tropezó con otra persona que entraba con prisas.
Casi la tira al suelo, gracias a que estaba en buena forma se pudo agarrar al marco de la puerta para no caer.
Al levantar la vista se encontró nuevamente con karlos. Se fijó en su tarjeta de identificación y se quedó sorprendida por que el nombre que llevaba impreso no coincidía con el que les dijo la noche de la discoteca, así que se lo guardó en la memoria para investigarlo más a fondo.
-¡Mire por dónde va señorita!-.
-En todo caso debería de mirar usted por dónde va, casi me tira al suelo. Se miraron a los ojos desafiándose. Hasta que el propio Bernardo empujó a Lina hacia fuera.
A la una y media salió de la empresa y se apuntó el nombre de aquel idiota, Andrés Novack, para investigarlo. Tenía hambre, estaba cansada, además le dolía la cabeza  y se fué directa a casa de Rosa, a comer. Podrían aprovechar la sobremesa para poner en común los avances y decidir qué hacer a continuación.
Debido al incidente con aquel hombre, Andrés Novack, que últimamente siempre se topaba con ella, llegó casi a las dos y media a casa de Rosa. Ya estaban las dos esperándola y comieron unas albóndigas deliciosas que preparaba Pepita, la madre de Rosa. Poco a poco el dolor de cabeza de Lina fué bajando.
Con el café se pusieron al día.
Rosa había hablado con la mujer de Mario, que le había comentado los problemas de alergia con la crema reductora. Y Diana había investigado a los 10 últimos contratados por la empresa, de ellos, siete venían de otros sectores empresariales que no tenían nada que ver con la estética, y tres de ellos venían de la competencia.
-Los que vienen de la competencia son:
Alberto Moral, Santiago Fernandez y Bernardo Hinojosa.
-Quiero que busques información sobre un tal Novack, Andrés se llama de nombre, siempre me lo encuentro pululando por la empresa y no me da buena espina. Es el de la discoteca ¿ os acordáis?-
Rosa y Diana se miraron con cara de no tener ni idea.
-¡Claro! ¿Cómo os vais a acordar si no os manteníais de pie?
Allí me dijo que se llamaba Karlos, pero en su tarjeta ponía Andrés, no sé cual es el verdadero nombre.
-Pero ¿estás segura de que es el mismo? En la discoteca está oscuro, puedes haberte confundido. Le dijo Rosa.
- Nunca olvido a un idiota, y menos a uno que siempre está en medio.
-Vale, vale. No te mosquees conmigo, que ya veo que te cae fatal. Me pondré mañana con él y con los otros tres. Averiguaré dónde trabajaron antes y porqué se fueron o los echaron. Rosa tú irás a las empresas para preguntar los motivos del despido.
-Está bien. Lina, tú vuelve a la empresa y busca a los dos empleados que faltan para sacarles información.
Y tú Diana miras en el ordenador y busca a ese Novack a ver qué encuentras.
-Bien, se acabó el trabajo, ahora que os parece si nos relajamos viendo una película.-Dijo Lina.
Todas se apuntaron y se sentaron en el sofá con una cola en la mano. Buscaron una película romántica y la disfrutaron riendo.
En el final de la película llamaron al móvil de Lina.
-Señora Lina, por favor presentese en comisaría, hemos recibido un aviso de un vecino que alertaba de un intento de robo en su casa.
-Perdone, ¿ Ha dicho intento de robo?.
Diana y Rosa se quedaron expectantes a ver qué decía Lina.
-Exactamente. El ladrón ha huído y necesitamos que venga para que haga la denuncia y despues iremos a ver si le falta alguna cosa.
-Enseguida voy.
Colgó el teléfono y les dijo a Rosa y Diana que la acompañaran. Se había acabado la tranquilidad.
-¿Vamos a tu casa primero?. - preguntó Diana.
-La policia me ha dicho que primero vaya a verlos a ellos, no sé qué pretenden.-
-No tiene sentido, primero tendrás que ver qué te han robado para hacer la denuncia.
- Sea lo que sea yo primero voy a mi casa, después ya me acercaré a comisaría y haré la denuncia.
Salieron las tres con el coche de Lina, y fueron a su casa.
Al llegar, había una persona en la puerta vigilando, y parecía que dentro también había alguien más.
-Deben estar buscando huellas. Pero es como buscar peras en un almendro. Seguro que llevaban guantes.-
-Chicas seguro que nosotras encontramos más pistas que seis de estos policías.
Se fueron acercando poco a poco, observando hasta que Lina se paró de golpe.
-¡No puede ser!. ¿ Qué hace el idiota aquí?.
-A ver si va a ser policía...
-Pero entonces ¿qué hacía en la empresa de Cabañas ? si ya habían detenido al sospechoso y cerrado el caso.
-Mario Cabañas nos ha engañado.
-El idiota está en mi casa y por eso querían que fuera a la comisaría primero, para desaparecer antes de que le viera.
-Bueno Lina, ya lo hemos visto a él, pero no se ha dado cuenta, vamos a comisaría a ver si cuando volvamos sigue aquí o ya se ha ido.
Dieron media vuelta y se dirigieron a la comisaría.
-Es que os juro que no lo entiendo. Yo no sé que hace el idiota en mi casa.
-Quizás sea policía como ha dicho Rosa, pero me parece muy raro que esté aquí y también en Estetic Cabañas.
No entiendo que hace allí.
-Creo que mañana hablaré con Mario Cabañas a ver qué dice él.
-¿y el robo?.
¿Qué han ido a buscar en mi casa?
-Luego veremos si falta algo, ahora vamos a comisaría a ver qué averiguamos.
Salieron del coche tras aparcar en una zona cercana a la comisaría, entramos y nos dirigimos al personal que estaba en la entrada.
-Debe entrar usted sola señora Lina.
-Son mis amigas y necesito que estén conmigo.- contestó Lina.
-Lo siento, son las normas.
Pasó sólo Lina y Rosa y Diana la esperaron fuera. La acompañaron a un despacho con una mesa en el centro y dos sillas, una a cada lado de la mesa.
Apestaba a interrogatorio.
-Buenas señora Lina, soy el comisario Daniel Castillo, siéntese por favor.
-Buenas noches. -¿Podría explicarme lo que ha pasado en mi casa señor comisario?
Lina tomó la iniciativa y antes de que le interrogaran a ella intentaría sacar la máxima información que pudiera.
-Está bien, le explico. Hemos recibido una llamada anónima denunciando un intento de robo en su domicilio. Hemos ido de inmediato pero ya se habían ido.
-Está bien, ¿ pero porqué me hacen venir antes aquí a hacer la denuncia? Sería más lógico que primero fuese a ver si se han llevado algo y luego denunciar.
-La he mandado venir aquí primero porque creemos que está usted en peligro. Ha estado trabajando para el señor Mario Cabañas, y creemos que la misma persona que lo ha matado a él, ahora, querrá matarla a usted.
-¿¡QUÉ?! ¿Mario Cabañas ha muerto?.

Reflejo MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora