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creditos: @landhoehoehoe
—¡Oh, vamos, ni siquiera te tocó! ¡Deja de quejarte!— gritó Arthur enojado al televisor, levantando las manos en el aire.
Se sentaba entre tus piernas en el sofá, usando tu bajo vientre como almohada, viendo fútbol porque ustedes dos lo hacían casi todos los sábados.
Excepto que este sábado fue diferente.
Era el Mundial y Francia se enfrentaba a tu país en semifinales.
Sin embargo, sólo estabas prestando atención parcialmente al partido, ya que llevabas puestas tus gafas de lectura y tejías un pequeño gorro para el primer bebé de Charles y Charlotte que pronto llegaría.
De vez en cuando acariciabas el cabello de Arthur para que se relajara un poco.
Por supuesto, tu apoyabas a tu propio país mientras Arthur seguía diciéndose a sí mismo que en realidad era francés y apoyaba a Francia como si su vida dependiera de ello.
Entonces, obviamente, estaba garantizado que sería un desastre con los dos equipos chocando en una batalla eliminatoria que solo un equipo podría ganar.
—¡Eso no merece un castigo! ¡Qué injusto!—se quejó Arthur mientras tú aplaudías porque tu equipo había recibido un penalti.
—¡Oh, vamos, alégrate por mi país de origen! Ni siquiera eres francés.—resopló, y su cabeza giró bruscamente en su dirección.
—Bah oui, Mónaco está básicamente en Francia.—replicó inmediatamente, levantando las cejas, haciéndote reír.
—¡No lo es! ¡Estoy con t/n en esto!—gritó Charles de repente desde la cocina.
Estaba lavando los platos desde que había perdido el lanzamiento de la moneda que hiciste después de la cena.
—¿Cómo escuchó eso?—Te reíste entre dientes, tratando de bajar el tono para que Charles no te escuchara.
Arturo puso los ojos en blanco.
—Él escucha todo cuando se trata de su amado país.
En la televisión, uno de los jugadores de tu equipo se disponía a lanzar el penalti, colocándose a once metros de la portería.
—¿Pero hablamos francés o no, hermano?— gritó Arthur en broma en dirección a la cocina, haciendo que Charles asomara la cabeza por la esquina.
—Bueno... sí... —hubo un momento de silencio contemplativo—... ¡pero nosotros no comemos caracoles!—gritó Charles. Juntasteis las manos.
—Gracias, Charles ¡En serio necesitamos hacerle entrar en razón a este tipo!—apretaste tus piernas alrededor de Arthur, lo que lo hizo moverse incómodo entre tus piernas.
—¡Pero Benzema es tan increíble!—gritó Arthur, agarrando tus muslos, apretándolos con fuerza para poner fin a tus burlas.
—Bueno, Benzema está a punto de ser expulsado del Mundial.— comentaste con una amplia sonrisa, recordándole a Arthur que estaban a punto de lanzar un penalti.
