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creditos: @merchelsea
—uf, eres tan aburrida.—Charles suspiró.
Había estado tratando de convencerte para que fueras a celebrar su p2 con él durante los últimos cinco minutos, pero simplemente no estabas de humor para una fiesta.
Quiero decir, esto era monza. La carrera de casa de Ferrari y Alfa Romeo, pero también la tuya. Tenías grandes expectativas para este fin de semana.
Por supuesto, no te importó terminar sexto, como pensabas que sucedería a 4 vueltas del final. sólo querías cruzar la línea. pero no lo hiciste.
En la vuelta 50 chocaste con Sargeant, que intentaba adelantarte. Los Williams llegaron al final y tú no. Pensaste que era muy injusto, pero no había nada que pudieras hacer.
Habías hecho una carrera increíble, logrando pasar del puesto 15 al 6. Fue más que suficiente después de una clasificación terrible, y no podías entender cómo alguien te quitó eso en un abrir y cerrar de ojos.
Estabas tan enojada. Todo lo que querías hacer era llorar. Pero aún así saliste con tu mejor sonrisa y observaste a los pilotos subir al podio.
El primero en llegar arriba fue Lando, que una vez más hizo una gran carrera para McLaren, acabando 3º tras un 8º en la clasificación. Era un gran conductor y todos podían verlo.
Luego llamaron a Charles. El hombre de Ferrari rojo ocupó el segundo lugar con la sonrisa más brillante. Él estaba muy feliz y tú también. Estabas feliz por él, de verdad.
Sonreíste y aplaudiste como todos. Estabas tan orgullosa de tu novio. De cómo logró conseguir eso que llaman auto de la 13 a la 2.
Los tifosi estaban locos de orgullo, y tú también.
En ese momento, sólo por ese pequeño período de tiempo, todo lo que sentiste fue felicidad.
Y luego llamaron a max verstappen. Suspiraste y aplaudiste cuando los hombres llegaron a su lugar. Tu sonrisa nunca se desvanece, sino que se hace más amplia. Estabas más que orgullosa, más de lo que las palabras podrían lograr para mostrar. Así que te quedaste ahí aplaudiendo.
Sabías que era aburrido ver a la misma persona ganar carrera tras carrera, siempre llegando a pisar ese ridículo número uno. Pero se lo merecía y tu estabas encantada de poder ver sus sueños hechos realidad. Porque tenía talento, eso es algo que nadie podía negar, pero trabajó duro.
Aunque no pudiste verlos celebrar. Porque, lamentablemente, alguien te llamó al garaje.
Lewis ya estaba allí cuando llegaste y fue el primero en hablar contigo.
—Oye, escucha, lamento lo que pasó. Te merecías ese sexto.—Él te dio una palmadita en el hombro y tú sonreíste, agradecida.
—Fue una gran carrera, sólo que un mal resultado.—suspiraste después de abrazarlo casualmente como siempre lo hacías después de una carrera. —Lo lograste hoy, ¡felicidades!—te agradeció y llegó toto, queriendo hablar con sus dos choferes.
