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creditos: @formula1neverleft
Te habías dicho a ti misma que nunca llegarías a esto.
Cuando tu mejor amiga planteó por primera vez la idea de descargar una aplicación de citas, casi te atragantas con el vino que habías estado bebiendo. Durante una noche de fiesta, ella te había estado diciendo sin parar que eras demasiado exigente cuando se trataba de hombres y que simplemente tenías que "exponerte", fuera lo que fuera que eso significara.
No dirías que "quisquillosa" fuera exactamente la palabra correcta, más bien, para ti había una diferencia entre encontrar a un chico guapo o agradable y sentirte realmente atraída por él.
La idea de tener que anunciarte solo para que un chico decidiera en aproximadamente siete segundos si tenías potencial o no, te hizo estremecer internamente. Pero eso fue hace meses, y tenías que admitir que entre la escuela y servir cafés con leche caros a otros estudiantes en la cafetería del campus, te habías aburrido... y te habías sentido sola.
Lo suficientemente aburrida y sola como para descargar Tinder después de dar vueltas en la cama durante más de una hora. Sin pensarlo mucho, publicaste algunas fotos tuyas en tu perfil y te pusiste manos a la obra. En la oscuridad de tu habitación, con la pantalla de tu teléfono como única fuente de luz, fue fácil superar la vergüenza inicial y simplemente intentarlo.
Después de un tiempo, obtuviste algunas coincidencias, pero no tenías ni idea de cómo iniciar una conversación aquí para salvar tu vida, así que optaste por dejar tu teléfono e intentar dormir una vez más, la acción monótona de deslizar el dedo hacia la izquierda. o correcto haberte cansado en la cantidad justa.
A la mañana siguiente, mientras te preparabas para clase, recibiste un mensaje de uno de los chicos de Tinder.
Nuevo mensaje de Óscar:
Hola, T/N :) ¿Cómo estás?
Era lindo y parecía un tipo bastante agradable. Recordaste que tenía algunas fotos con ropa de carreras, y eso lo hacía parecer un poco más interesante. Como mínimo, te daba un tema de conversación si salías. Le respondiste mientras salías del apartamento y continuaste enviándote mensajes el resto del día.
Después de aproximadamente una semana de enviarle mensajes esporádicos a Oscar, se ofreció a invitarte a salir el próximo viernes. Él no había causado una gran impresión, pero para ser honesto, tú tampoco, enviar mensajes de texto nunca había sido lo tuyo, así que tal vez reunirse te daría una idea de si esto era algo que debías hacer o no. Aceptaste y acordaste cenar y ver una película en su casa, ya que su compañero de cuarto estaría fuera ese día.
Realmente esperabas no arrepentirte de esto.
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El camino hasta el apartamento de Oscar fue frío y miserable, y la lluvia deshizo rápidamente el esfuerzo que habías puesto antes en tu cabello. Cuando llegaste fuera de su edificio, te vislumbraste en una de las ventanas y rápidamente hiciste todo lo posible para lucir presentable nuevamente antes de tocar el timbre que tenía escrito 'Piastri/Leclerc', las últimas letras estaban aplastadas. juntos para que encajen en la pequeña línea de papel, lo que te hará reír un poco.
