Moonlight - Lisoo/ Chaennie

Fiesta Part III

Las sonrisas más brillantes esconden las lágrimas más profundas.
- Usuario Incógnito 👣
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POV Lisa...

La tailandesa se encontraba en una pequeña sala del el segundo nivel de la mansión, alejada de todos. Estaba sentada en un sillón de cuero, con la mirada fija en el fuego humeante de la chimenea. Parecía completamente sumida en su mundo. El radical contraste con la Lisa, que se había encontraba momentos atrás en la fiesta, era diferente. El rostro de la tailandesa estaba lleno de tristeza y melancolía, como si fuera una princesa atrapada en su solitario castillo.

Lisa era consciente de que tenía un nuevo problema que resolver: las pastillas. Se había vuelto adicta a ellas de manera alarmantemente rápida y, en poco tiempo, su cuerpo ya le estaba pasando factura. Las pastillas que había estado tomando habían funcionado tan bien que, en los últimos días, incluso la dosis normal no parecía ser suficiente. Le encantaba como la hacían sentir, desesperada por aliviar su ansiedad, Lisa había triplicado la cantidad de pastillas que tomaba, sin darse cuenta de que estaba cayendo en un abismo peligroso.

Su cuerpo estaba agotado y abrumado, y las emociones difíciles de manejar la atormentaban. La soledad de esa sala parecía reflejar su aislamiento emocional, y Lisa anhelaba desesperadamente encontrar una salida de su propia prisión emocional. Sabía que enfrentar esta adicción, antes de que fuera demasiado tarde. Las pastillas no eran una solución real a sus problemas, sino una manera de escapar de ellos temporalmente.

La lucha interna de Lisa fue interrumpida cuando su asistente, el señor Jum, irrumpió en la sala con una expresión de urgencia en su rostro. Pero la menor parecía no reaccionar en absoluto, su mirada perdida en el fuego de la chimenea y su mente atormentada con pensamientos oscuros, la tenían ausente. El señor Jum, con un cierto temor en su voz, decidió tocar suavemente el hombro de Lisa en un intento de sacarla de su estado de ensimismamiento.

-Joven ama. Disculpe la interrupción, pero hay un asunto urgente que requiere su atención. -dijo el señor Jum con cautela, preocupado por el estado de ánimo de su jefa. Sabía que Lisa estaba pasando por un momento difícil, pero también entendía que algunos asuntos no podían esperar.

La tailandesa finalmente respondió, apartando su mirada del fuego y dirigiéndola hacia él.

-Si, dime qué sucede. -dijo en voz baja, su rostro reflejando lo perdida que estaba.

El sujeto con una expresión de temor y decepción en su rostro, le entregó la noticia. -Joven ama... La llave no está. -comenzó a explicar con un tono de nerviosismo. -El encargado de entregarla dijo que una tal Kim Sorah la recibió. Buscamos en el registro de la compañía, pero no hay una persona llamada así. Lo siento mucho, joven ama. -concluyó, haciendo una reverencia, sintiéndose avergonzado por la pérdida de algo tan importante.

Lisa, en un gesto indiferente, respondió con calma. -Está bien. -dijo, mirándolo directamente. Sin embargo, algo en su mirada preocupaba al señor Jum. Sus ojos, normalmente llenos de vida y alegría, ahora parecían vacíos, como si el ángel de la muerte hubiera arrebatado su alma. Era evidente que la menor estaba luchando internamente con sus propios demonios, y el incidente con la llave parecía ser solo una gota más en el mar de sus preocupaciones.

Los ojos del señor Jum se llenaron de lágrimas, apenado por la profunda tristeza de su joven ama. Era difícil verla en ese estado, tan diferente de la persona fuerte y determinada que solía ser.

-Joven ama... -comenzó a decir con voz entrecortada, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

-Ya no tiene importancia. Esa casa solo es un recuerdo vivo de algo que nunca podré tener, creyendo en promesas vacías de alguien que alguna vez amé. La construí pensando que tendríamos algún futuro, que me casaría con ella y tendríamos niños... tantos como ella quisiera. -Lisa continuó hablando. -Fue especialmente hecha para ella, ¿De qué me sirve tener una casa así, si no la tengo a ella?