¡Oh, no! Problemas...

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Y dijo el karma:
Amarás a quien no te ama, por no haber amado a quien te amó.
-MV 🌓

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POV Jisoo...

El viaje en taxi duró unos 15 minutos. En todo el camino la pelinegra pensaba en como seria si ella y la tailandesa pudieran estar juntas, la posibilidad del hubiera la carcomía dentro. Sabía que cuando llegara a esa casa, todo sería diferente en su relación como con la tailandesa. Sentía miedo y curiosidad, la adrenalina estaba haciendo que su corazón latiera rápido y fuertemente.

Ella ni siquiera se enteró cuando llegaron. Podía ver una gran entrada con un largo camino, supuso que el taxista no podía entrar, así que se bajó después de pagar lo que le debía.

Abriendo un poco el gran puerton oxidado entró por este. Con su cartera en mano la agarró fuertemente, tenía miedo, porque ella no debía estar ahí. Se dispuso a caminar por el sendero, parecía largo, caminado pudo ver muchos árboles de cerezos, era su árbol favorito. Estos adornado el camino junto a varios arbustos pequeños.

Después de unos minutos caminando por lo que sería una pequeña colina, dónde no se veía nada, por los árboles, a lo lejos visualizó una casa color púrpura claro, parecía lavanda, su color favorito. Jisoo solo sonrió tristemente.

Al llega ve unas minis escales que la guían a un porche color blanco, antes subir por ellas, decide quitar sus calzado, estaban sucios, no físico, sino que simbólicamente ella lo sentía así, no quería ensuciar ese santuario que fue construido con amor.

Subiendo se encuentra con un tipo de hamacas rusticas colgando del techo. Le gustaba ese tipo de mueble, siempre se imaginó con tener una, así lo usaría cuando se quedara dormida después de leer cualquier libro. Caminó hasta sentarse unos minutos en ella, no tenía prisa, observó todo el porche, tenía varias masetas con deferentes plantas y adornos en color blanco.

Se levantó y decidió que era hora de entrar, se movió hacia lo que parecía ser la puerta, esta era de color blanco desgastado también. Buscando en su bolso sacó el sobre donde se encontraba la llave, abriéndolo la dejó caer en su palma.

Inseguridad, eso fue lo primero que sintió.

Sus miedos comenzaron a surgir frente aquella puerta. Tambaleaba sobre si debía adentrarse más, no le correspondía estar ahí. Pero, por otro lado, todo fue echo para ella, pensó en todos los: Qué hubiera sido si... Y reuniendo algo de valor, respiró hondo e insertó la llave en la cerradura, girándola. Escuchó como esta hacia un clic, indicándolo que estaba abierta, tomando la perilla la abre.

Sus piernas temblaban, dando un paso logró entrar. Lo primero al entrar vio un recibidor con taburetes y muebles blanco con una especie de llavero pegado a la pared. Diciendo mirar más afondo con pasos torpes anduvo la casa.

Sus ojos color miel, tenía una vista panorámica podía ver el primer piso, era grande. Mientras recorría la casa, un nudo en su garganta la envolvió, a medida que veía todo que había construido la tailandesa sus ojos más se cristalizaban.

Caminando por la cocina, se percató que era una completa y tenía una isla. Sus ojos vieron como todo hacía juego entre el color blanco y el lavanda. Por un momento, ella fantaseo con verse en la isla preparando algún rico postre ahí.

Fue hasta las escaleras, y subió al segundo nivel, había una sala con chimenea, al final del pasillo pudo divisar un estudio por el escritorio y la silla. Después sus ojos miraban dos puertas, una negra y la otra blanca. Decide abrir la blanca, era una habitación de color lila, con una cuna blanca, un closet y baño, algo le llamó la atención había juguetes en el estante de la habitación. Sintió un pinchazo en su pecho.

Moonlight - Lisoo/ Chaennie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora