Yeonjun vive con Soobin, quien es como su hermano, para él es el lindo chico que lo cuida todos los días, lo protege de todos los males y lo salva de sus horribles pesadillas.
Soobin vive con Yeonjun, su novio, que luego de ser secuestrado y abusado...
Soobin se encargó de llamar al padre de Yeonjun en cuanto el mayor se durmió, para contarle las noticias, Yeonjun aceptaba hablar, pero quería conocer a los demás también.
— Soobin, no sé si eso lo ayude a él, o a ellos.
— Lo sé, pero es lo que él quiere, y cuando Yeonjun quiere algo no hay forma de que acepte un no por respuesta.— dijo el pelinegro—. Es mi culpa, lo he consentido mucho
— Está bien, él no lo hace de capricho.— dijo el señor Kim—. Si quiere conocerlos debe ser por algo, ¿No crees?
— Supongo... Creo que quiere hacer más amigos.
— Puede ser — comentó el señor —. La chica sigue en coma, Choi, no sé cuándo despertará, y su familia es muy reservada al respecto, ni siquiera me han dicho su nombre, y en el reporte aparece como "Chica N".
— Deben de ser menor de edad aún.— dijo el pelinegro, sintiendo el estómago revuelto—. ¿Qué hay del chico?
— El chico se llama San, aprendió a hablar con señas, no sabe escribir, bueno... Ahora no sabe — Soobin asintió, por más que el señor no podía verlo —. Su caso se parece mucho al de Yeonjun, fue secuestrado a pocas cuadras de su casa, también de noche, estuvo un mes secuestrado, pero en su caso pagaron la recompensa, y lo devolvieron.
— ¿Por qué con Yeonjun no? — dijo enojado, recordando los diez millones de won que habían puesto como precio por la vida de su novio, que habían juntado lo más rápido posible y que le habían dado a aquellos monstruos, pero aún así no cumplieron con su parte.
— No lo sé, por eso, el caso de San es similar pero diferente al de Yeonjun, a él le hicieron cosas que a Yeonjun no, y podrían ser otras personas, o podrían ser los mismos pero usando una táctica diferente para que no crean que son los mismos.
— Esos enfermos deberían estar pudriéndose en una fosa— murmuró Soobin entre dientes.
— Por desgracia los más enfermos siempre están sueltos, Soobin — dijo el señor Kim.
— ¿Sabes algo de lo que le hicieron a la chica?
— También fue secuestrada durante la noche, un auto vio cuando se la llevaban, los siguió hasta que perdió el rastro, llamó a la policía, e inspeccionaron el área a varios kilómetros a la redonda, por suerte la encontraron... Relativamente bien.— el señor Kim suspiró pesadamente, los dos estaban bastante cansados y molestos al respecto — ¿Sabes lo feo que es decir eso? Alguien que está bien debe ser una persona feliz, con una vida normal, disfrutando de un bronceado en la playa o algo así, ¿Sabes? No tendríamos que agradecer que nuestros hijos estén vivos y considerar eso como que está bien.
— Lo sé— murmuró Soobin —. Este mundo es una mierda y está lleno de locos, y como dices, los locos no están en los loqueros, están sueltos... Y hacen creer que hay que agradecer porque estamos vivos cuando es algo que tenemos que dar por hecho.
Hubo un silencio en la otra línea, el pelinegro dejó que su suegro se tomara su tiempo, a los segundos volvió a hablar.
— Prometo que las cosas van a mejorar, Soobin, haré que todo salga bien.
— No cargue tanto peso sobre sus hombros, señor Kim — dijo el pelinegro—. Las cosas van a seguir, y buscaremos estar bien, y seguir adelante, como lo hemos hecho desde hace más de tres años, las cosas mejorarán entre todos.
— Gracias, chico— podía escuchar la sonrisa en su voz — ¿Y mi hijo?
— Está durmiendo, su día se nubló con la noticia pero él es fuerte — dijo Soobin — y sus amigos Taehyun y Beomgyu también están para apoyarlo.
— Me alegro, ¿Y cómo estás tú?
— Volví a ir a terapia, y confío en HueningKai para que me ayude a estar mejor. — dijo, soltó una risa —. Sabe, si Kai estuviera aquí diría que "la única persona que puede ayudarte eres tú mismo, Soobin", pero siendo honestos, no sé qué haría sin él.
— HueningKai es el joven que trató a Yeonjun también, ¿No?— dijo el señor Kim, solía olvidarse de todos los médicos que habían ayudado a su hijo.
— Sí, el mismo, es más fácil ir con él porque no tengo que explicarle todo de todo, ya que él ya lo sabe — el pelinegro se encogió de hombros —. Me diagnosticaron depresión, de mediana gravedad, pero voy a mejorar.
— Lo siento, Soobin, si hay algo en lo que pueda ayudarte, dime.
— Oh, no se moleste, voy a estar bien — dijo, por más que siempre hablaba de forma tan formal con el señor Kim, se sentía muy cercano a él, era como un segundo padre, lo había aceptado desde el primer día en que Yeonjun lo presentó como su novio, y eso era algo que iba a agradecer toda su vida, porque su familia no había sido la misma desde que había salido del armario.
Había encontrado en Yeonjun y en su familia un lugar para estar, dónde se sentía pertenecer, por eso desde hacía mucho tiempo que Yeonjun y su familia significaban mucho para él.
Se despidió de su suegro a los pocos minutos, para volver a la cama y abrazar a su lindo chico que murmuraba entre sueños quejas por tardar tanto, y lo abrazaba, se prometió a si mismo que no dejaría que nada le arrebatara esos abrazos de nuevo.
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El álbum de TXT saca todas mis emociones, puedo estar feliz bailando Happily ever after y después me verán tumbada llorando con skipping stones. En efecto, es arte.
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