Capítulo 14: Lindo Gatito y TDAH.

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¡¿ESTA FAMILIA NO SABE QUE EXISTEN CORTINAS?! Sí, de nuevo el puto sol...Son las 5 am y me preparo como siempre. Me visto con unos pantalones de cuero negro y con una remera corta rosa que me quedaba un poco suelta.


Salí de la habitación y desayuné unos Muffins que había preparado Molly. Durante la mañana se fueron despertando las demás personas de la casa y se me unieron en la mesa.


Ya son las 9 am y se acaba de despertar James... adiós putas horas de tranquilidad...

—Hola familia... Hola moco de troll— Dijo con tono de desprecio.


—Antes de hablar, por favor, conecta tu lengua al cerebro.....— Uy pero que intelectual que estoy hoy.


—¿Sabes qué?, Me tienes arto con tus comentarios de la mierda—


¡Εδώ στο διάολο! ¡Ηλίθιε! (¡acá la mierda eres tú!¡Eres un idiota!)— Sí, ahora cuando me enojo mucho insulto en Griego... Creo que debería controlarme... ¡PERO QUE MIERDA, SE LO MERECE!


—¿Qué?- Preguntó con cara de desconcertado.


—Se podría decir que tienes suerte, tú nunca podrás morirte de un derrame cerebral— Dicho esto, salí de la casa hecha una furia.


Estaba tan enojada que no me había dado cuenta que había salido de los terrenos que rodeaban la casa de los Weasleys, ya que ahora me encontraba en el medio de un bosque...

Escucho el ruido de un montón de ramas romperse y el movimiento de las hojas. Al alzar la vista, me encuentro con un lindo gatito... ¡UN LINDO GATITO DEL TAMAÑO DE UNA CAMIONETA!


Yo comencé a retroceder... no estaba de humor para pelear... ¿pero que digo?¿Acaso el León va a esperar para que me sienta bien? ¡Obviamente que no! ¡ME VA A COMER!

Luego de discutir conmigo misma, presione mi collar y este se convirtió en una hermosa espada, me coloqué en posición de ataque.


La bestia comenzó a correr hacia mí. Yo solo me quedé allí, sabía que era una locura pero estaba segura de que la estrategia funcionará. Me preparé para el impacto.


El tiro me salió por la culata, el monstruo me levantó por los aires e hizo que choque contra unos árboles. En ese momento sentí la falta de aire en mis pulmones, no podía respirar, me era imposible. Y como si fuera poco, me dolían las costillas y un brazo. Sin contar la cantidad de golpes y rasguños que tenía en mi cuerpo.


De repente vi que todo se oscureció, algo había tapado el sol, y yo se que es ese algo, y la verdad que ya me estaba cansando.


Allí se encontraba el León Gigante, sobre mí, listo para comerme sus grandes colmillos que brillaban como el acero inoxidable.


Yo pensé que todo estaba perdido, no había razón por la cual luchar, ya me había vencido, estaba acorralada...


El monstruo acercó su rostro al mío, y en ese momento sentí como la adrenalina corría por mi cuerpo. Agarre la espada con todas mis fuerzas, la sujeté con mi brazo hábil y esperé al momento exacto.  En ese mismo instante, dí un golpe rápido, hábil y mortal. Y cuando la espada le cortó el cuello extendido, la cabeza cayó como una piedra, para luego explotar en una llovizna de pedazos brillantes y desaparecer.

Una Mestiza Diferente -En Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora