Una Mestiza Diferente -En Edición-

Capítulo 33: Thomas y sus amigos

*En el capitulo anterior*

Mi cara se encontraba empapada por las lágrimas. Levanté la cabeza para salir de allí, pero me encontré a Potter, frente a mí, mirándome fijamente. Su cara mostraba preocupación. 

********* 

--¿Que te sucedió?-- Preguntó Potter con preocupación.

--N-nada, ni importa-- Dije esquivándolo y seguir caminando. Él se cruzó delante mio para impedirme el paso.

--Tu no lloras por nada, en serio, ¿Qué te sucedió?-- Insistió.

--Ya déjame en paz Potter, no estoy de humor para aguantar tus idioteces-- Dije fríamente para luego empujarlo y seguir caminando.

Al parecer, Potter decidió dejar de molestarme. Ahora lo único que necesitaba era conseguir un lugar en el que pueda estar sola. Lo primero que se me vino a la mente fue la torre de astronomía. 

Al llegar, me senté en el piso, acurrucada contra la pared y comencé a desahogarme. Dejé que todas las lágrimas que había estado reteniendo por años. Desde que quedé completamente sola.

Recordé cómo fueron los pocos años que compartí con mi mejor amigo, Ethan Willson y con mi madre Ágnes. Yo me sentía culpable por sus muertes y estoy en lo cierto. Ellos murieron para protegerme. Si los monstruos me hubiesen matado antes a mí, ellos estarían vivos.

Escuché el ruido de unos pasos cercanos, así que levanto la cabeza para decirle que se largara. Pensé que sería Potter, pero no, era una chica. Aun bajo la luz de la luna noté que su cabello era color negro y que tenía algunas mechas azules, de ojos negros y piel trigueña.

--¿Te encuentras bien?-- Preguntó.

--¿En qué mundo encuentras a una persona que esté llorando y esté bien?-- Contesté sarcástica.

--Lo siento, fue una pregunta tonta. Toma-- Dijo extendiéndome un pañuelo. Yo lo rechacé --Tómalo, tus mocos se encuentran esparcidos por toda tu cara-- Hizo una mueca de asco. Yo no pude evitar reír. Terminé aceptando el pañuelo.

  --Soy Alison-- Extendí mi mano.

--Un gusto, soy Francesca-- Estrechó mi mano. Noté que llevaba el uniforme de Gryffindor.

--Así que una leona, he-- Sonreí.

--Sí... ¿Por qué llorabas?-- Preguntó.

--Temas personales-- Dije indiferente.

--Claro... he oído que te gustan las bromas, ¿Quieres ayudarme con una?-- Preguntó mirándome cómplice.

--Supongo que sí, ¿A quien sería?-- Pregunté animada.

--No lo sé, pensaba hacerle una broma al gato de Filch-- Dijo encogiéndose de hombros.

--No creo, ya está muy usada, ¿Y si le hacemos una a Filch?-- Pregunté.

--Es casi lo mismo-- Dijo poniendo cara de poker.

--Lo sé, pero esta será épica...--

*          *         *

La broma ya estaba lista. Era la hora de la cena y con Fran nos habíamos sentado en la mesa de Gryffindor. La comida ya estaba servida. Todo Hogwarts estaba allí comiendo. De repente, se escucha un gran estruendo proveniente de las grandes puertas del Gran Comedor.

Era Filch que llevaba puesto una bikini rosa chillón y su cabello del mismo color. Entro corriendo al lugar y se dirigió a la directora. Todo el Gran salón estalló en sonoras risas. Creí que nunca vería a Filch así.