Capítulo 36: Galletitas de Animalitos

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Narra Alison:

— ¡¿Cómo rayos te atreves a asustarme así?! — gritó Lily entrando por la puerta golpeándola estrepitosamente causando que yo me despierte.

— ¡LILY!¡¿CÓMO TE ATREVES A HACER ESO?!¡DESPERTASTE A ALISON Y ELLA NECESITABA DESCANSAR! — la regaño Ginny a los gritos

— Descuide Sra. Weasley, ya me siento mejor — dije sentándome en la cama y poniendo mis pies descalzos en el frió piso.

Por tanto espectáculo que causó Lily con sus gritos, no había reparado en mi adolorido cuerpo. No sé por qué, pero sentía un gran dolor en mi tórax y detrás de la cabeza. Sentía como si me hubiesen lanzado desde lo alto del Empire State.

Traté de levantarme y lo logré, pero cuando quise caminar, el fue horrible. Creo que mi mueca no pasó desapercibida ya que ambas pelirrojas corrieron hacia mí y me obligaron a recostarme nuevamente.

— ¿Qué te pasó?¿Que te duele? — preguntó Ginny rápidamente mientras se sentaba junto a mí — Ayer caíste por las escaleras y te desmayaste —

— Perdón si te asuste. Solo quería tomar un poco de agua, pero mientras bajaba las escaleras empecé a sentirme mal — expliqué. Solo le contaré la mitad de la historia, no pienso contarle sobre mi sueño. Por lo menos no mentí.

— Bueno, cualquier cosa que necesites pídelo. Por ahora quédate acostada — dijo levantándose.

— Claro, pero quiero hacer pis — dije haciendo una mueca.

— Bueno, te ayudo. De paso reviso si tienes alguna herida ¿Qué te duele? — preguntó la pelirroja.

— El tórax. Estoy hecha caca de Pou — contesté. Ella me miró extrañada.

Ginny comenzó a revisarme. Primero me levantó la remera y se encontró con unos grandes moretones violetas, de los cuales se horrorizó. Luego revisó mi cabeza, comenzando por la parte de atrás. Al finalizar dijo que no tenía ningún golpe del cual preocuparme, me dio un medicamento mágico y el dolor se calmó un poco.

Me dirigí al baño e hice mis necesidades fisiológicas. Después me quité la ropa y la coloqué en el cesto en donde iban las prendas sucias. Luego me di un baño. Al salir, me puse ropa cómoda y regresé a la cama.

Me puse a pensar en lo sucedió en mi sueño. Las heridas indicaban que no fue un sueño, o sí, pero estaba conectado con la realidad de alguna forma. Eso quería decir que "L" tiene mucho poder y en verdad no sé a lo que me estoy enfrentando. No sé qué tiene contra mí. En conclusión, no sé nada. Muchas preguntas, pocas respuestas.

Luego de pensar por un largo rato de pensar sin encontrar respuesta alguna, comencé a aburrirme. Tomé mi celular y me puse a jugar al Candy Crush. Hay algunas cosas muggles que no pienso abandonar, son parte de mí. Qué sería de mí sin insultar gente por Twitter.

Después de jugar por un largo rato al mismo nivel y pedirle vidas a todos mis contactos, logré eliminar toda la gelatina y pasar al nivel 126. Empecé a hacer un baile raro con mi cabeza y manos ya que no quería ni mover el resto del cuerpo. En eso, Potter Mayor entró a la habitación y se me quedó mirando con cara de "HIMPAKTADTADO".

— ¿Se te ofrece algo Potter? — le pregunté con toda la amabilidad del mundo.

— Solo cállate y no le digas a nadie que estuve aquí — dijo concentrado en buscar algo.

— ¿Qué buscas? — le interrogué.

— No te interesa — dijo secamente.

— Si no me interesara no preguntaría — lo contradije.

Una Mestiza Diferente -En Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora