C a p i t u l o 6

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H e a l i n g

Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Agatha se dirigía a su última clase del día, Pociones con el Profesor Slughorn.

Su ánimo no estaba en el tope a estas horas del día, y la poca energía que le quedaba se había agotado por la mañana, cuando tuvo su enfrentamiento con Marcus Flint.

La castaña le había dado vueltas al asunto durante todo el día, ya que nunca antes se había atrevido a reaccionar de esa forma ante esas situaciones y por un momento, también se lamentó por no saber en qué lío se había metido.

La poca energía que tenía se reflejaba en su paso lento y pesado, como si sus piernas arrastraran cadenas más pesadas de las que podría soportar normalmente. Sabia que a este paso llegaría tarde a la clase, pero la verdad es era que no le importaba en lo más mínimo. No sentía ninguna prisa por llegar a su asignatura menos favorita de toda a vida.

En su rostro se podían ver unas ojeras bastante prominentes y oscuras. Cada día en Hogwarts parecía más solitario y agotador que el anterior. Desde su llegada, sus días se habían convertido en una repetición monótona y deprimente. Su rutina era simple: se levantaba temprano, atendía a Michi y lo mimaba un poco, se duchaba y se arreglaba. Luego, bajaba, comía sola, asistía a clases sin prestar atención y finalmente, se saltaba la cena para irse a dormir con Michi en brazos. De vez en cuando, cruzaba palabras con Ginny o Harry, pero rara vez se topaba con ellos en la escuela, normalmente estaban solos besuqueándose en rincones poco transcurridos.

La monotonía y la soledad la estaban consumiendo poco a poco. Sentía como si un dementor se estuviera alimentando de su felicidad día tras día. No había pasado ni un mes en Hogwarts, y ya ansiaba escapar de allí. Se agradecía todos los días por haber adoptado a Michi, que era el único que la mantenía un poco cuerda ante tanta tristeza.

Agatha de repente pensó en su vida como muggle. Recordó con nostalgia lo feliz que había sido durante el año en que estuvo alejada de la magia y de sus amigos. Durante aquel tiempo, había logrado ignorar con éxito sus sentimientos. Gracias al trabajo en la cafetería mantenía su mente ocupada para evitar la constante lucha interna que solía tener cada día.

Sin embargo, ahora que había regresado a Hogwarts, todos los pensamientos autodestructivos, el remordimiento y la tristeza habían vuelto como un balde de agua helada.

Convivir con Ron y Ginny resultaba ser mucho más desafiante para Agatha de lo que había anticipado. Ver esas cabelleras pelirrojas moverse de un lado a otro, pasear por los mismos lugares que solía frecuentar con Fred en la escuela, ver su foto en los pasillos de Hogwarts como memorial. Era algo que la tenía sumamente abrumada, pero ella podía soportarlo o al menos, eso se repetía cada día. No necesito ayuda era su mantra cada momento que se sentía al borde un ataque de pánico o alguna situación que la descontrolara.

Healing     | Draco Malfoy x OC  |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora