C a p i t u l o 7

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H e a l i n g

Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Agatha había permanecido plantada frente a la puerta del dormitorio de Draco Malfoy durante al menos una hora.

Mientras tanto, los chicos pasaban junto a ella, algunos con sorpresa en sus rostros, y otros con miradas coquetas. Era raro ver chicas en el lado del dormitorio de los hombres, y cuando lo hacían, todos sabían exactamente por qué estaban allí.

Agatha simplemente se limitaba a rodar los ojos o bufar cada vez que un chico le silbaba o la miraba de esa manera. ¿Por qué no podían ocuparse de sus propios asuntos?, se preguntó con irritación al darse cuenta de la cantidad de chicos que la habían molestado en tan poco tiempo.

Aunque, en realidad, no habían pasado solo cinco o diez minutos desde que Agatha se paró frente a la puerta, sino que estaba a punto de cumplir casi una hora.

Al darse cuenta de la hora, se sorprendió a sí misma. No entendía por qué le resultaba tan difícil entrar en la habitación de un chico. Había estado en los dormitorios de varios chicos en su vida, pero esta situación le parecía completamente fuera de control.

—Soy una tonta —murmuró para sí misma.

Durante todo ese tiempo, Michi había permanecido tranquilo en los brazos de la chica, sin hacer ningún ruido ni movimiento. Sin embargo, parecía estar impacientándose, ya que comenzó a moverse inquieto en los brazos de Agatha.

—Bueno, vamos —dijo Agatha, mientras resoplaba y se acercaba para golpear la puerta.

Al golpear la puerta, dio un pequeño paso hacia atrás de manera inconsciente.

Agatha suspiró profundamente. No podía comprender por qué había creído que sería una buena idea ofrecer a su único compañero leal en aquellos días tan deprimentes y solitarios en Hogwarts en bandeja de plata.

Agatha se sentía completamente abrumada por el arrepentimiento que la embargaba debido a su impulso en ese momento. La verdad era que lamentaba varias decisiones que había tomado desde su llegada a Hogwarts.

Últimamente, experimentaba una creciente frustración consigo misma por su falta de autocontrol antes de actuar. Parecía que su personalidad de años anteriores estaba desvaneciéndose gradualmente, revelando a una chica menos tímida, más audaz y, podríamos decir, un tanto rebelde.

La joven suspiró nuevamente. No le aterraba la idea de convivir con Draco Malfoy durante unos minutos; de hecho, le parecía intrigante conocer al chico que siempre había observado desde la distancia, aquel que en su momento la cautivó.

Quizás, la Agatha de primer año estaría dando saltos de alegría al ver que estaba a punto de entrar en la habitación de Draco Malfoy. Sí, ese era el secreto mejor guardado de Agatha hasta ese momento: que alguna vez había sentido un flechazo por aquel rubio, egocéntrico, clasista y supremacista de sangre.

Healing     | Draco Malfoy x OC  |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora