« El amor se hace más grande y noble en la calamidad. »
[Draco Malfoy × femOc]
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Los personajes y el mundo de Harry Potter le pertenecen a J. K. Rowling. El resto de historia es de mi autorí...
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Narrador Omnisciente
—Tienes que tranquilizarte—dijo Fred, mientras revolvía el cabello de la castaña, dejándolo hecho un desastre.
Sentada a un lado de él se encontraba Agatha, visiblemente asustada. Su cabello despeinado, los pelos de sus brazos erizados y con pequeño temblor ansioso que invadía todo su cuerpo.
El color de su piel estaba más blanco de lo normal, sus ojeras mas prominentes, sus manos descansaban en sus rodillas y poco a poco comenzaban a temblar al igual que todo su cuerpo.
Agatha suspiró frustrada ¿Cómo le pedían tranquilizarse en una situación así?
Este era uno de los momentos decisivos para el mundo mágico y, de cierto modo, no podía dejar de pensar que dependía de ella y de las decisiones que tomara aquella noche.
Negarlo hubiera sido sumamente descarado, pero tenía miedo de morir esa noche. Miedo de no cumplir sus metas, sus sueños, de no volver a ver a la gente que amaba. De dejar todo atrás para siempre y solo quedar en un recuerdo roto.
Después de unos minutos, finalmente Agatha habló.
—No quiero morir —murmuró la chica, apoyando su espalda en la muralla que se encontraba detrás de ella.
Suspiró y cerró los ojos con fuerza, intentando preparar su mente para lo que venía a continuación.
Fred la miró por unos minutos y luego desvió su mirada al cielo, poco a poco el hechizo protector iba desapareciendo del castillo.
—Te prometo que no morirás hoy, Sis—dijo Fred, abrazando por los hombros a la chica y atrayéndola hacia él.
Agatha en un principio se resistió, pero al pasar los minutos comenzó a sentirse cada vez más cómoda con su abrazo.
Por un momento, ingenuamente pensó que más pronto que tarde todo estaría bien y esto sólo sería un amargo recuerdo que contar en algún futuro en las reuniones familiares.
Poco a poco comenzaba a sumergirse cada vez más en el abrazo de Fred. Sin embargo,súbitamente se había teletransportado a otro lugar.
La chica Slytherin abrió de nuevo los ojos. Cuando lo hizo observó que la batalla ya había comenzado y el pelirrojo ya no se encontraba a su lado abrazándola.
A lo lejos, vio a Fred corriendo hacía ella.
Agatha alzó sus brazos para recibirlo en ellos, pero el chico simplemente la atravesó, como si se tratara de un fantasma. Sintió una extraña y incómoda sensación de vulnerabilidad recorrer todo su cuerpo.
Desvió rápidamente su mirada hacia unos metros más allá. Pudo verse a si misma luchando con ese mortifago, aquel que fue el responsable de todas sus pesadillas a partir de esa noche.
