DESPERTAR

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He sentido muchos momentos de tensión a lo largo de mi vida, me he perpetuado la vergüenza casi que, en mi piel en ocasiones, aunque aún ni así podría describir las ganas de desaparecer que se alojaban en mi estómago en este momento

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He sentido muchos momentos de tensión a lo largo de mi vida, me he perpetuado la vergüenza casi que, en mi piel en ocasiones, aunque aún ni así podría describir las ganas de desaparecer que se alojaban en mi estómago en este momento.

Space daba pasos firmes por la sala, ahora convertida en pista de baile. Qué podría decirle, qué podría él decirme, estaba claro, lo había encontrado en el baño dos semanas después de terminar nuestros cinco años de relación con una mujer semi desnuda casi ahogada en el deseo de ser perpetuada.

Esa voz ronca volvió a alejarme de mi creciente pánico.

Seraphina― Oí decir―. Me volteé en su dirección, seguía sonriendo de oreja a oreja, casi triunfante, como si por fin fuese conseguido su trofeo. Estaba a punto de hablar cuando lo volví a escuchar. ―Seraphina― Era casi cántaro, pero eso no era lo singular, sus labios, estaban totalmente cerrados, sólo mantenía su sonrisa y mirada fija en mí. ¿Acaso estaba delirando? Había sido el alcohol seguro, mi mente no podía mantenerse clara, todo pasaba muy deprisa, fue tanto así; que no logré anticipar la mano de Space detrás de mi cintura.

―Sera, hablemos―. Esa voz conocida, la que me había llevado lejos de esa sensación de soledad por tanto tiempo, esa voz... Ahora sólo era una pequeña melodía cortopulzante a mis sentidos.

―Space―No pude terminar ni siquiera la oración, lo lograba sentir, el miedo apoderándose de mí entrañas.

Mis ojos parecían haberse nublado de repente, me parecía casi destinado este final. Oh oscuro final.

La voz de ese chico volvió a aparecer en mi mente.

―Tranquila, ven aquí―Pasó su brazo izquierdo por mi vientre, jalándome sutilmente, pero lo suficiente para soltar la mano de Space.

―Ella está conmigo, Lo entiendes, ¿no? ― Yo con quién.

Space no lograba procesarlo, sus manos habían formado puños, su cara roja de ira alertaba su creciente ira. Realmente no podía hacer nada, mi voz, mi pequeña voz no la hallaba por más que la buscara.

Sabía que Space buscaba mis ojos, pero mi mirada estaba clavada en el suelo, lo cual para él formaba una respuesta evidente.

―Tenemos que hablar― Dijo vacilante y continuó― Te llamaré―. Así se marchó, dando un último vistazo a la mano de este desconocido sobre mi regazo.

Me solté casi de inmediato en cuanto pude recobrar el aliento, tenía mil cosas por decirle, qué se creía y cómo podía tratarme cuál objeto.

Ella está conmigo... Cómo no.

―Mira, no sé quién eres ni qué quieres de mí, pero no soy tu chica, ¿okey? Busca alguien más que quiera pasar una noche divertida contigo―. Su mirada era fija, casi analista. ¿Cuál era su problema? No estaba acostumbrado a ser rechazado o qué. Decidí confrontar su mirada, necesitaba fortalecerme o esta sensación y él me iban a carcomer.

― ¿Lo sientes, ¿no? El álion, está por todas partes―. 

Valerion: Corona de sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora