Había despertado esa mañana por los gritos agudos que se extendían por el pasillo hasta mi habitación, no entendía que ocurría, por qué me encontraba sola, dónde estaba mamá, quienes era esos señores que llevaban a papá amarrado.
―Mi padre gritaba y reía frenético, mientras varios hombres lo amarraban con un tipo de chaleco, a veces solía comportarse de manera extraña, pero mamá me pedía cuidarlo, ― «es tu padre, no lo olvides», ―decía cuando me negaba a estar cerca de él.
― ¿Mamá? ―Pregunté, pero nunca llegó la respuesta.
Caminé de cuclillas hasta quedar al borde del inicio de las escaleras, la veía, era mamá, hablando con uno de los señores que amarró a papá minutos antes, se le veía mal, su cara pálida, y los ojos parecía tenerlos enrojecidos, su cabello amarrado a duras penas en un moño mal hecho.
―No sabía qué hacer, él la iba a matar, ―decía mamá, sollozando.
¿A quién iban a matar? Me paralice, no podía entender del todo, sólo tenía ocho años, sin embargo, el que se llevarán a papá de esa forma no estaba bien, si mamá lloraba algo malo estaba pasando. ¿Acaso era papá? ¿Papá había intentado hacer algo malo y por eso se lo llevaban? Miles de preguntas abrumaban mi mente.
―Señora, intente calmarse, estas situaciones pueden pasar, agradezca que no le ha pasado nada a su hija.
―Pero yo lo permití, sabía que él no estaba bien y aun así...―Vi a mi madre desplomarse en una de las sillas de la recepción, con sus manos extendida hacía su cabeza y otra en el corazón. Lloraba tan profundamente que yo también solté un par de lágrimas, ―Intentó matar a Seraphina, a mi hija, mi pequeña hija.
Llevé mi mano a mi boca cubriéndola con toda mi fuerza, pero era tarde, mamá me había escuchado y sabía que yo también lo había oído todo.
―Las dejaré solas. ―Indicó el señor marchándose.
―Seraphina, ven hija.
Bajaba con lentitud, mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho, tenía nauseas, limpié mis manos en repetidas ocasiones en mi pijama, «mamá me iba a regañar»; pensé, estará muy enojada, dos lágrimas se me escaparon al estar frente a ella, su rostro, lleno de grandes ojeras negras, su labial rojo corrido, aquella mirada de angustia, esta no era mama; no podía ser ella. Vi como levantaba sus manos hacía mí y cerré los ojos, me iba a pegar, pero no fue lo que sentí, un abrazo, fue un abrazo cálido, de esos que yo pedía antes de irme a la escuela, de esos que me negaba tanto por estar atareada con el trabajo y sus tareas, aquello fue un abrazo sincero, lleno de disculpas, de remordimientos.
―Seraphina, perdón.
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Mis brazos envolvieron su cuerpo, que podía hacer, sabía que necesitaba ayuda, pero mi sistema no reaccionaba más que para estar con ella, no podía dejarla aquí.
― ¡Mamá, por favor reacciona, mamá!
Saqué mi móvil, pero los temblores de mis manos hacían que no pudiera agarrarlo correctamente ni marcar lo que deseaba, mi pecho subía y bajaba, lágrimas frescas caían sobre el mismo, no podía, yo realmente no podía.
―No está muerta.
Era Árion, era su voz.
Estaba ahí, justo detrás, vestía esta vez con algún tipo de uniforme que no reconocí.
―Qué...―Mi voz rota, hipos atropellaban las palabras que querían salir, ―Qué mierdas haces aquí.
―Vine por ti, sino vienes conmigo tu madre perderá el alma. ―De qué mierdas estaba hablando, mi madre estaba aquí, inconsciente. No la iba a dejar sola, no iba abandonar lo único que tenía en este mundo, lo único que me hacía despertar por las mañanas, prefería morir antes de pensar en dejarla. ―Si no vienes conmigo Seraphina, realmente lo perderás todo.
Sentí como la ira quemaba mis venas, a dónde quería que me fuera este idiota, seguro él...
― ¡Seguro tú tienes que ver con esto! ―sus ojos, aquellos verdes brillantes estaban apagados, no parecía existir ninguna emoción más que una pena absoluta.
Su silencio fue mi respuesta, o eso creí, no creía realmente que Árion fuera el culpable, no lo veía asesinado a mi madre, por qué razón lo haría, que le había hecho ella... Mamá, que había hecho ella, sólo había intentado con todas sus fuerzas cuidar de mí, por qué se iba, por qué me la arrebatan y a dónde se la llevaban. Gritos desgarradores azotaban las paredes del baño, era yo, sólo yo deseando que volviera, cerrar los ojos y poder volver a verla.
Sentí cómo se desprendía de mi cuerpo algo extraño, una sensación abrumadora recorrió mi espina dorsal, tuve que encorvarme puesto que un dolor comenzó a intensificarse en esa zona, grité; esta vez de dolor.
― ¡No lo hagas aquí, es peligroso! ―Árion se intentó acercar, pero una fuerza lo detuvo.
Volteé, era una sombra, realmente era más que eso, era una especie de figura aterradora, un solo ojo era lo que se veía tras tanta sombra, aquello encandilaba. Nunca vi un dorado más profundo y brillante, ni sombra más negra, era una pesadilla, una vuelta realidad.
«Negro, sombra, obscuridad, no soy parte de ella; yo soy la obscuridad».
A duras penas pude abrir los ojos, la hinchazón dejaba mi visión en una deficiencia mayor, me tomó un tiempo entender dónde estaba, qué había pasado, pero los trozos de cristales convertidos en recuerdos no tardaron mucho en cortarme.
― ¡Mamá! ―Salté de la cama, pero Árion apareció de frente a la puerta, tapando completamente la salida de mi habitación.
―Apártate.
―Tenemos que hablar.
―Te dije que te apartes.
Volví a sentir un fuego extraño recorrerme, agarré mi cabeza con mis manos, me sentía mareada, perdí el equilibrio cayendo sobre mis rodillas.
―Ella está bien.
―Ella no está bien, anoche...―Mi voz se volvió un susurro antes de romperse, lágrimas caían nuevamente de mi rostro, ―dime que estará bien Árion.
Me sentía vulnerable, con un cuchillo gigantesco atravesando mi pecho hasta salir por mi espalda, quemaba la sensación, el dolor me recorría, necesitaba acabar con esto; conmigo.
Nota de la autora: Tengo pensando ir subiendo imágenes de las criaturas que a partir de ahora aparecerán en la historia, así que díganme si desean que lo haga o realmente no lo ven relevante, (también uniformes, objetos sobrenatural, etc)
Los leo, en los comentarios ❤️
Un abrazo,Los quiere lizy.
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Valerion: Corona de sombras
Fantasy¿Le temes a la oscuridad? Hay oscuridad incluso en lo profundo de nuestras almas, ¿Cómo podemos escapar de ella entonces? Seraphina sólo es una chica que acaba de comenzar la universidad, pero una serie de sucesos extraños comienzan a ocurrir desde...