Act one, Scene one

753 56 68
                                    

0 2 : 4 5 p . m .
" Teatro de la academia
Wawanakwa"


-

Los jóvenes en escenario se preparaban, cada quien tenía el libreto en la página correspondiente, así, empezó el primer diálogo de la obra.

- A fe mía, Gregorio, que no hay por qué bajar la cabeza. -

- Eso sería convertirnos en bestias de carga. -

-Quería decirte que, si nos hostigan, debemos responder. -

- Sí: soltar la albarda. -

- Yo, si me pican, fácilmente salto. -

- Pero no es fácil picarte para que saltes... -

- Basta cualquier gozquejo de casa de los Montescos para hacerme saltar. -

- Quién salta, se va. El verdadero valor está en quedarse firme en su puesto. Eso que llamas saltar es huir. -

Los jóvenes dejaron de hablar, sus miradas se dirigieron a los asientos de los "directores" del teatro, pues ahora estaban vacíos. Los demás salieron de atrás del escenario, empezando a buscar a los adultos, ¿a donde se habían ido?...

- Probablemente se dieron cuenta de que esto sería un fracaso y nos abandonaron. - Comento un chico de ebras teñidas de verde, cruzandose de brazos mientras sostenía en una de sus manos su libreto.

- O a lo mejor tenían que ir al baño. -

- ¿Juntos? -

- Las chicas lo hacen todo el tiempo, no veo porque ellos no. - Respondió alguien, con un tono de sarcasmos.

- Ah... No importa. Deben seguir, ¿no? -

- Yo creo que hay que esper- -

Y entraron de nuevo al teatro, los dos adultos con algunas cajas en sus manos, las dejaron a un lado del teatro mientras la mayor autoridad encendia su megáfono para hablar.

- Disculpen la interrupción jóvenes estrellas, hicimos un pedido de utilería para el teatro vía internet y si no salíamos a buscarlos pues... Habría perdido dinero. En fin, ¡el show debe continuar! - Apagó el megáfono, volviendo a su cómodo asiento tapizado en tela roja.

Las personas en escena se encogieron de hombros y siguieron su escena.

- Los perros de esa casa me hacen saltar primero y me paran después. Cuando topo de manos a boca con hembra o varón de casa de los Montescos, pongo pies en pared. -

- ¡Necedad insigne! Si pones pies en pared, te caerás de espaldas. -

- Cierto, y es condición propia de los débiles. Los Montescos al medio de la calle, y sus mozas a la acera... -

- Esa discordia es de nuestros amos. Los criados no tenemos que intervenir en ella. -

- Lo mismo da. Seré un tirano. Acabaré primero con los hombres y luego con las mujeres. -

- ¿Qué quieres decir? -

- Lo que tú quieras. Sabes que no soy rana. -

- No eres ni pescado ni carne. Saca tu espada, que aqui vienen dos criados de casal Montesco. -

"Romeo & Juliet"  |  Noco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora