TRISTE REALIDAD

9 4 1
                                    

A veces estoy bien, a veces estoy mal, pero todos los días no se puede estar igual. Hay días buenos y días malos, días en los que quisiera desaparecer del planeta, borrar las redes y apagar el celular. Anhelo irme a un lugar donde no me conozcan, donde pueda ser yo misma sin tener que esconderme o fingir. Busco un refugio donde pueda ser la mejor versión de mí misma.

Hay días en los que reflexiono, pero ni siquiera disfruto esos momentos porque vivo anclada al pasado. A veces lo único que siento es nada. Digo que estoy bien, pero me estoy mintiendo. A veces estoy bien, a veces estoy mal, pero siempre me verás sonreír y nunca sabrás la verdad. Me siento cada vez más descontenta, más vacía, más insatisfecha conmigo misma y con el mundo.

La apatía se ha apoderado de mí, convirtiéndome en alguien indiferente y gris. Todo parece extraño y ya no importa nada. La ira y el entusiasmo se han desvanecido, y me he olvidado de reír y llorar. El frío interior ha llegado a tal punto que ya no puedo querer a nadie. En este estado, la enfermedad emocional parece incurable, y me encuentro atrapada en una realidad triste y desoladora.

La lucha constante entre el deseo de escapar y la necesidad de enfrentar mis sentimientos es agotadora. A veces, el simple acto de sobrevivir se siente como una victoria, aunque sea efímera. En medio de este vacío, trato de encontrar pequeñas razones para seguir adelante, a pesar de que cada día parece igual al anterior. La búsqueda de la autenticidad y el sentido se convierte en una tarea diaria, en la esperanza de algún día recuperar la chispa que una vez tuve.

𝐅𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐀𝐥𝐦𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora