Capítulo 1

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19 de diciembre del 2017

Harry mira a través del parabrisas del SUV prestado y hace contacto visual con la enfurruñada y desaprobadora mujer de mediana edad por medio segundo antes de que la palma de su mano golpee la rueda del volante y la corneta suene fuertemente al autobús lleno de adultos mayores que les ha cortado el paso. Es la tercera vez que algo como esto ha sucedido desde que salieron de King's Cross y ya tuvo suficiente.

"¡Aprende a manejar!" se queja puntillosamente. La conductora a la que ofende no lo puede oír, lo sabe, pero la mujer mayor de cara amargada menea su cabeza y alza las cejas a sus amigos, charlando.

"Papá, cálmate", le llega una voz desde el asiento trasero, alargado mágicamente.

Aun echando humo, Harry mira a los ojos a su hija por el espejo retrovisor. "Estoy perfectamente calmado, Lily. Solo estoy un poco harto de los autobuses y sus conductores pensando que pueden hacer lo que les provoque porque son grandes. Eso es todo".

Lily arruga su nariz. "Necesitas desenrollarte (*NT). En serio".

"Desenrollarme", repite en voz baja. Aparta la mirada a su expresión sabelotodo y la enfoca en su lugar en el reflejo de sus propios ojos, solo por un momento. No recuerda en verdad cuándo obtuvo esas ojeras y esas patas de gallo. De dónde llegaron o lo que quieren. Volviendo a poner sus ojos en el camino, le lanza una última mirada al autobús de los adultos mayores – supone que ellos tampoco lo recuerdan.

Diablos, está cansado. Jamás ha sido muy bueno manejando, sin embargo, aquí está, rodando a unas 60 millas por hora, con un dolor de cabeza pulsante, de mal humor, cuatro niños y el gato de Lily, quien parece que no es capaz de estar apartada de él. No importa que él solo haya pedido prestado el nuevo (y fuertemente modificado, demasiado para el disgusto de Molly) vehículo de Arthur porque es su turno de buscar a los chicos en la estación, y que Lily pudo fácilmente haberse quedado en casa. No, porque ella está horrorizada por la idea de que podría perderse de algo, en especial, algo que tenga que ver con Hogwarts.

Así que allí está, sentada con las piernas cruzadas al lado de la ventana, sosteniendo el gato ronroneante en su regazo, diciéndole a Harry que se 'desenrolle'. Supone que debería sentirse afortunado de que no agregue su voz a la discusión sin sentido que en este momento está dándose furiosamente entre Al, Rose Weasley y James. Harry se aprieta el puente de la nariz y suspira mientras el camino frente a él desaparece momentáneamente. Es una pena que 'no querer saber' no disminuya el dolor en su cráneo.

"Euk, ¡eso es asqueroso!" grita Rose, mientras hay risas dispersas en el asiento trasero.

No es él no esté complacido de verlos; el lapso del invierno siempre se siente como el más largo, y él ha extrañado los pequeños actos de rebelión de James, las preguntas extrañas de Al y su acto de siameses con Rose, que a veces lo deja confundido preguntándose cuántos hijos es que realmente tiene. Pero... él desearía que ellos pudieran estar complacidos de verle en una forma callada. Aunque fuera por un ratito. Solo hasta que él pueda arrancar lo último de éste día fuera de su piel. Y pueda ver en qué tipo de humor está Ginny.

Desenrollarse, entona animosamente en su cabeza. Desenrollarse.

"Como sea", le está diciendo Al a Rose, "Scorp dice que ahora que su mamá y su papá están divorciándose, él va a..."

"¿Qué?" lo interrumpe Harry, girando la cabeza en su asiento para mirar a su hijo tan bruscamente, que el auto se desvía a la derecha y Lily salta y se agarra del apoya brazo. El gato, al parecer, se aseguró a sí mismo clavando sus garras en su regazo. "Lo siento Lil". Dice poniendo el carro derecho en la vía con algo de esfuerzo, y en su lugar, mira a Al por el espejo. "¿Qué fue eso sobre Mal... sobre el papá y la mamá de Scorpius?"

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