CRÓNICAS DE MAR Y TIERRA

Los siete naufragios de Pizarro Agallas 2

Retorné a la vieja taberna un par de veces más, pero no había nada interesante que contar, solo el viejo pescador que insistía que tenia una buena historia, pero todos me advirtieron que no le creyera, decidido a oír más jugosas historias, tome un barco en puerto bacalao, que me llevó hasta el puerto de westhampton en  toe island. Había oído que sus tabernas, que ahí llaman Pubs, son de las mejores del continente y ya que westhampton es uno de los puertos más importantes y grandes de todo el pie, creí que habría más prospectos para que me contaran alguna interesante historia de marinos.

Me hospede con el hermano de mi madre y su mujer, me recibieron encantados y me dieron un cuarto. era acogedor, pero no quería incomodar mucho así que al día siguiente empece mi búsqueda.

Intenté imitar e ritual, llevar una pinta helada a alguna mesa que le pareciera interesante, pero ahí... no es igual que en casa. no se si es porque en el dedo siempre esta lloviendo o porque la gente es más fría, pero nadie quiso aceptar mi oferta el primer día.

-¡Ey! -me gritó el tabernero- eres de soleland verdad?

-¿Que? a si, no estoy acostumbrado a que llamen a mi patria así, si, soy de piepolis, ¿me delata mi acento?

-¿Quieres hablar con los marinos verdad?

-Si , si señor, busco escuchar algunas de sus hazañas.

-Aquí las cosas no son como en "pielandia", los marinos no dan su brazo a torcer con una simple bebida, no buscan desahogarse contando historias, vienen a divertirse, reír hasta olvidar lo que ven allá afuera, si quieres realmente hablar con ellos, busca un momento en que estén menos eufóricos. Escucha, en la parte norte del muelle hay zonas para pescar, algunos marineros suelen ir ahí a relajarse. quizá tengas suerte.

Le pedí prestada una caña a mi tío y muy de mañana me dirigí al lugar. en efecto, después de bajar de los barcos mercantes, muchos marineros se sientan en cómodos banquitos y esperan a que un pez pique. Se les ve algo cansados y de ojos tristes, meditabundos y poco locuaces así que dude de abordarlos directamente, opte por iniciar una platica casual y de ahí ir progresando.

Me senté al lado de uno, después de al menos una hora aclare mi garganta y dije:

-¿De donde viene?

Mi acento le llamó la atención.

-¿No es materno el idioma verdad?

-Culpable.

-¿De donde vienes?

-Piepolis.

-Mi esposa es de ahí.

-Es un buen lugar, pero... me gusta salir al mar, vivir aventuras.

Rio burlón, soltó una carcajada tan fuerte que hasta a mi me hizo soltar una sonrisa, mi actuación no lo había convencido.

-Eso diría alguien que nunca ha salido al mar. 

-Culpable, la verdad es que soy escritor, y me gusta oír historias de marineros.

-Con la llegada de los nuevos mundos, todos quieren saber un poco de lo que los mares esconden. oír de aquellos lugares fantásticos en un lugar seguro como lo es su asiento, no los culpo, he oído cosas de ahí afuera que desearía no verlas jamás.

-Me gustaría oír algo.

-Lamento decepcionarte hijo, soy solo un pescador, lo mas que he visto son atunes de 6 metros, peo dudo que puedas escribir algo de eso.

Suspire frustrado, había perdido horas valiosas y ya no tenia el animo de seguir buscando.

-Mi cuñado... recién llegó de un viaje largo. Doce años paso en la mar. Mi hermana lo creyó muerto, hasta hizo un funeral y todo. Llegó algo turbado y aún es difícil entender lo que dice, pero si quieres... quizá él tenga algo que te interese.