Copy Cat • JJK (COMPLETA)

【Nueve】

Nueve

Hace semanas que la pareja no sabía nada de Leyna, un poco extraño pero relajante para ambos. El tema del matrimonio parecía haberse congelado por completo, Aisha estaba más enfocada en la nueva colección de accesorios que estaba creando, JungKook varias veces intentaba tocar el tema de la boda obteniendo que la castaña siempre cambiara de tema. Sabía que su prometida estaba más distante desde lo ocurrido y su mayor temor era que Aisha volviera a insistir en cancelar el matrimonio. En su teléfono había bloqueado a Leyna, incluso en las redes sociales dejó de seguirla para luego bloquearla también. No quería saber nada sobre ella, por su culpa su relación se había vuelto insegura.

Ese fin de semana el clima estaba perfecto para pasear, JungKook había salido con Aisha visitando el río Han, otras personas caminaban por allí o simplemente disfrutaban de los rayos del sol con el aire fresco, algunos niños corrían por allí animando más el lugar. El chico se acercó detrás de  la castaña colocándole en frente un algodón de azúcar con forma de flor.

Fue imposible para Aisha no sonreír ante el gesto.

—Esto me trae viejos recuerdos—lo aceptó picando con sus dedos un pétalo de color blanco. Éste se deshizo en su boca dejándole experimentar ese sabor dulce, JungKook tomó asiento en el banco a su lado probando también.

—Luego de que dieras clases en la escuela solíamos venir aquí seguido por los algodones de azúcar.

—Se volvió casi como una rutina—lo miró—Estaba sorprendida la primera vez, no sabía que existían algodones de azúcar con otras formas. Sólo conocía el clásico.

—Ah, tomemos una foto—de su bolsillo sacó su teléfono colocando la cámara frontal para ambos. En la pantalla la imagen se apreció, JungKook rodeó los hombros de su prometida acercándola más y ambos sonrieron para la cámara.

—JiHyo dice que siempre salimos bien en las fotos—Aisha dio un mordisco al algodón ofreciéndole otro poco.

—Mi madre el otro día cuando hablábamos por teléfono dijo que le recordábamos a ella y papá cuando eran jóvenes—comentó mientras masticaba. Aquella foto la compartió en Instagram guardando luego el móvil.

—Al principio tenía miedo de que me rechazaran o se opusieran a la propuesta—miró el río en calma—He escuchado que algunos padres coreanos no quieren que sus hijos se casen con extranjeras.

—He escuchado que algunas extranjeras sólo se aprovechan de los coreanos—ambos se miraron—Te aprovechaste de mí, Aisha Jones—la castaña sonrió divertida aunque todavía se mantenía un poco cohibida. JungKook borró lentamente la sonrisa preguntando un poco más serio—¿Qué debo hacer para que creas en mí?

—Salta al río y lo pensaré.

—Oh—asintió. Le dio su teléfono a ella junto a las llaves del departamento—No quiero que se mojen cuando salte, ya vuelvo.

—Ya, Jeon JungKook—lo miró muy decidido cuando se levantó. ¿Enserio iba a saltar del puente?—¡JungKook!—guardó las cosas en su pequeño bolso levantándose. El pelinegro sonrió divertido al verla seguirlo, apresuró el paso trotando, sólo quería molestarla un poco y romper el hielo. Aisha lo siguió estando a unos metros de él, no dejó de llamarlo escuchando su risa contagiosa—Voy a matarlo—murmuró apresurando el paso tanto como él.

Esquivó algunas personas llegando al puente del río Han a los minutos, sus pulmones dolían por el ejercicio, no sabía como JungKook era tan deportivo a veces. Se detuvo inclinándose hacia adelante, apoyó sus manos de sus rodillas intentando recuperar el aire. A su izquierda los autos pasaban seguidos de otros, JungKook se volteó riendo ante la imagen de su novia.

—¡¿Enserio creíste que saltaría?!—alzó la voz para que pudiera escucharlo debido a la distancia.

Aisha se enderezó al sentirse capaz de respirar un poco.

—¿Leyna?—JungKook notaba la persona que se acercaba detrás de la chica teniendo un mal presentimiento, comenzó a acercarse sin dudarlo ocurriendo todo en segundos—¡Leyna!

Aisha no tuvo siquiera tiempo a reaccionar, alguien la empujó en el instante que uno de los autos pasaba ocasionando que cuerpo de la castaña fuera golpeado por el vehículo, JungKook horrorizado miró aquello. Aisha giró sobre el auto golpeándose contra el suelo al caer.

—No, no, ¡Aisha!—corrió hacia ella. El tráfico se detuvo ante aquel accidente, al llegar a la castaña notó la sangre que comenzaba a salir de su cabeza. Con manos temblorosas tomó su pulso sintiendo un pequeño alivio de saber que respiraba.

Para entonces, Leyna no estaba allí.

Aisha tenía una fractura en su costilla izquierda, múltiples golpes en su cuerpo y el de su cabeza era el más preocupante. Había una alta probabilidad de que pudiera sufrir pérdida de memoria o desarrollar alguna discapacidad por el fuerte impacto que recibió. JungKook acariciaba su mano sin creer que en un instante todo se había vuelto gris.

Sus padres estaban allí acompañándolo.

—Ella es fuerte, no te preocupes—su padre intentaba calmar su angustia.

—¿Hay respuesta de la policía?—los miró. Cuando sus padres llegaron al hospital dos oficiales interrogaban a JungKook quien daba detalles específicos sobre Leyna Múller—Les indiqué la dirección de Leyna, yo la vi, ella empujó a Aisha a la carretera...

—Tranquilo, hijo—su madre tuvo que intervenir antes de que se alterara más—La policía encontrará a esa muchacha. No puedo creer que alguien le haga esto a su mejor amiga.

—Odia vernos juntos, eso es lo que ocurre.

—Los padres de Aisha dijeron que tomarían un vuelo lo más pronto.

—Gracias por hablar con ellos, papá.

JungKook regresó la mirada a Aisha quien seguía inconsciente. La mascarilla de oxígeno ocupaba parte de su rostro, en sus brazos se notaban algunos rasguños del accidente, una venda abrazaba su cabeza pues habían tomado puntos de la herida que se formó al golpearse contra el suelo. Ni él mismo podía creer que la envidia y la obsesión de Leyna habían llegado hasta ese extremo.

Ni siquiera la reconocía.

La envidia y la obsesión juntas no es una buena combinación, señores.