【Siete】

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Siete

El teléfono de Aisha había recibido una notificación en Instagram con el comentario de una cliente insatisfecha, ésta había ordenado unos brazaletes junto a un collar a juego. El producto había llegado totalmente destrozado, Aisha recibió la foto que la cliente le había enviado mostrando los brazaletes rotos al igual que el collar, no sabía lo que había ocurrido, estaba segura que los accesorios se encontraban en buen estado cuando los guardó en su pequeña cajita. Sin dudarlo le respondió a la cliente diciéndole que le enviaría en persona un nuevo paquete.

—¿No quieres que vaya?—JungKook la siguió a la puerta.

—No, estaré bien. Volveré en unos minutos—recogió sus cosas al pasar por la mesa.

El chico colocó sus manos en su cintura mirando alrededor pensando que hacer. Considerando la hora prepararía el almuerzo para ambos, el sonido del timbre lo interrumpió.

—¿Dejaste tus llaves?—al abrir la puerta borró la sonrisa. De un portazo cerró casi de inmediato. Leyna estaba allí y no quería saber para que.

—Es la primera vez que recibo una actitud grosera de ti—la escuchó decir.

—¿Qué haces aquí, Leyna?

—Vine a hablar con Aisha.

—No está. Puedes irte.

—¿A dónde fue?

—Está arreglando una situación con un cliente.

—¿Puedo pasar?

JungKook bufó negando con la cabeza sin creer su ironía.

—No. Tienes que irte—respondió.

—Por favor, JungKook—suplicó—No me trates como si estuviera loca.

—Pues eso parece con tu forma de actuar.

—Déjame entrar.

—No. Vete—y ser así con ella era triste, pero sus palabras esos días eran más tristes para él. Al no escucharla más supuso que se había ido, fue a la cocina dispuesto a comenzar con el almuerzo, antes de hacerlo decidió recoger la basura del departamento al ver el cubo de basura en la cocina lleno. Cerró la bolsa decidiendo bajarla de una vez, en el ascensor revisó su teléfono teniendo un mensaje de su madre queriendo saber como estaba todo. El tema de la boda seguía siendo el eje principal de la pareja, estaba comenzando a estresarle. Dejó la basura en los contenedores a un costado del edificio, al girar sobre sus talones dio un respingo encontrando a Leyna allí.

Su rostro estaba limpio de maquillaje, se veía cansada, como si no estuviera durmiendo bien.

—¿Por qué ella?—quiso saber. No parecía molesta—¿Por qué Aisha?, ¿Por qué no escogiste otra mujer?

—Ve a casa, Leyna—intentó pasar a su lado siendo detenido cuando tomó su muñeca.

—Me gustas y te quiero tanto, JungKook—admitió mirándolo. El chico no encontró mentira alguna en esos ojos azules—No me diste siquiera la oportunidad de demostrártelo, ¿Por qué Aisha si puede?

—Mientras más insistas en este tema, más daño te harás—se soltó. Aun así Leyna lo abrazó con fuerza—No hagas esto—luchó por alejarla—Ya, Leyna, suéltame.

—No es justo.

—¿Quieres que esté contigo cuando no siento nada por ti más que amistad?

—Déjame mostrarte que podemos ser algo más, ¿Sí?

—Estás lo...—sin poder terminar de hablar. Los labios de la pelinegra se juntaron con los suyos, JungKook tomó sus brazos para alejarla. Allí tuvo la sensación de Deja Vú y supo porque.

—¿JungKook?—Leyna se había despertado al escucharlo en la cocina de su departamento. Éste se había servido un vaso con agua ya que tenía sed, la chica se acercó mirándolo allí con aire somnoliento totalmente despeinado—¿Qué estás haciendo?

—Aun estoy fuera de mis sentidos, hablemos mañana—pidió con voz ronca. Bebió el agua de un trago dejando el vaso en su lugar, al pasar junto a Leyna dio unas palmaditas en su hombro—Gracias por ser mi amiga.

Leyna no deseaba eso. Jaló de su mano alcanzando sus labios cuando tomó su rostro con ambas manos, JungKook quien no se sentía del todo sobrio correspondió el beso. Sus bocas se movieron en una danza un poco ansiosa, como si necesitaran del otro, sintió las manos de ella deslizarse a su pecho hasta que retrocedió.

JungKook negó con la cabeza.

—Hablamos mañana—fue lo que dijo antes de irse a su cuarto. La conversación nunca pasó porque JungKook había olvidado eso por completo.

La apartó en el acto mirándola con ojos bien abiertos. Leyna sonrió un poco sabiendo lo que había provocado, alguien miraba la escena, ambos voltearon al mismo tiempo. Aisha sabía que había hecho bien en devolverse al encontrar a Leyna entrar al edificio, había querido confiar en JungKook, pero su curiosidad era más grande.

—Aisha...

La castaña fue directo a su "amiga" lanzando una bofetada a su rostro.

—Esta es la clase de persona que eres, ahora lo veo y lo entiendo—en sus ojos se notaban las lágrimas contenidas. Leyna tocó la zona del golpe enfrentándola—Siempre serás una copia de lo que deseas tener, Leyna. Quieres algo que no te corresponde.

—Aisha—la voz de JungKook era otra cosa que no quería escuchar. La forma en que lo miró le hizo temer—No era...

—¿No era lo que pienso que era?, ¿Entonces no te besó?

—¿Te parece que la besaría sabiendo que me casaré contigo?

—A este punto no creo nada.

—Te dije que estuvimos juntos, pero no me creíste—Leyna intervino mirando al chico—La foto que te envié...

—¿Qué foto?—Aisha los miró—¿Estuvieron hablando?

—Te enseñaré los mensajes. No es lo que tu crees—JungKook iba a revisar su teléfono, de no ser por las siguientes palabras.

—Creo que Leyna tiene razón. No debiste enamorarte de mí, yo tampoco debí enamorarme—y añadió—Cancelemos la boda, JungKook. Es evidente que esto no es para nosotros.

—No digas eso, nosotros...—intentó tomar su mano sin éxito.

Aisha pasó a su lado apresurando el paso. Debía ir con su clienta y luego pensar en todo ese desastre, Leyna en cambio se sentía contenta, había logrado lo que quería.

 Debía ir con su clienta y luego pensar en todo ese desastre, Leyna en cambio se sentía contenta, había logrado lo que quería

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Típico pero se sorprenderían las veces que ocurre en la vida real.

Copy Cat • JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora