RDR2 (John Marston)

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—Ah, miren, ahí viene mi papá, sirve que nos ayuda a prender ésto — oíste a Jack quejarse

Tú solamente rodaste los ojos mientras reías, escucharon la puerta principal abrirse, rápidamente voltearon.

Te habías quedado sin aliento.

No, no, no, no, por favor que él no sea el padre de Jack — pensaste horrorizada

—Buenas tardes...muchachos...señoritas — saludó mientras miraba a todos — ¿todo bien Jack?

—Ah si...él es el mi padre — comentó Jack simple — ¿nos puedes ayudar a encender ésto? es para el trabajo de química

Sentías tu corazón latir al mil, hasta que chocaron miradas, él parecía un poco sorprendido por verte, hasta que sólo saludó con la cabeza.

Él era el hombre que te ayudó en el pueblo porque te habías perdido.

Justo te encontrabas al final del pueblo, sólo recordabas una indicación de tu compañero de universidad y gran amigo, Jack.

—Vas todo derecho, justo donde termina del camino en la tienda del sastre

Miraste a ambos lados, confundida.
Y es que tampoco podías hacer mucho desde el teléfono porque no tenías datos.

Bufaste...no sabías en qué dirección ir...y a decir verdad, ambas direcciones daban salida del pueblo, y sólo daban a una vereda llena de árboles o puro desierto.

Cruzaste de brazos... creías que la única opción era esperar a que alguno de tus compañeros te llamase por teléfono...porque ni siquiera recordabas el lugar donde vivía Jack, sólo recordabas que vivía en un pequeño rancho pero no te aprendiste el nombre y ni cómo preguntar a los pueblerinos.

—Quizás pueda preguntar por Jack — murmuraste convincente

Estabas tan metida en tus pensamientos, pensando en posibles soluciones que no habías visto a un hombre pelinegro a unos cuántos pasos de ti, justo arreglando su montura de caballo.
Te miró de reojo. Creía que estabas loca.

—Señorita

Por alguna extraña razón no lo oíste. En realidad no querías quedarte varada en ese lugar.

—Señorita... disculpe — oíste de nuevo

Saltaste un poco del susto hasta que volteaste

—Oh...dios mío...lo siento — murmuraste apenada — es sólo que...ando pensando muchas cosas

—Sí...se nota...¿está bien?

Negaste

—Me he perdido...tengo que ir con unos amigos a un rancho que está por aquí...— pausaste — él sólo me dijo que fuera derecho por dónde acababa la tienda del sastre...y lo peor es que me dijo el nombre de su rancho pero no recuerdo

Él quería burlarse pero se aguantó. John alzó una mano, mientras que la otra la dejaba sobre su cadera. Apuntó el camino donde daba al desierto.

—Ahí hay varios ranchos pequeños...lo muy seguro es que sea uno de esos

—¿Seguro?

—Claro, y no tenga miedo, a ésta hora hay mucha gente en la zona

—Muchas gracias, se lo agradezco mucho — comentaste algo aliviada mientras sostenías tu mochila y tu bata blanca

—No hay de qué, señorita

Alzaste la mano y solamente empezaste a caminar.
John no dejó de miraste hasta que habías desaparecidos por los caminos del desierto.

—No puede ser...es un idiota — dijiste enojada mientras tratabas de quitarte el líquido de tu bata

Resulta que estabas haciendo el experimento y uno de tus compañeros, el más payaso (que por cierto nunca faltaba en un grupito de amigos) te lanzó.
Así que estabas afuera del rancho, justo donde te había indicado tu amigo Jack.

—¿Todo bien?

Volteaste. Ésta vez no saltaste del susto peor sí estabas nerviosa.

—Sí...sólo que el bobo de James me lanzó algo y estoy limpiandolo porque se ve feo en la bata — lo miraste de reojo mientras seguías tomando poco agua del barril

—Admito que me sorprendió saber que vendría a mi rancho

Reíste un poco

—Y más saber que es amiga de mi hijo

—Sí...bueno...a mi también

Finalmente, la mancha de quitó, ahora sólo se tendría que secar...pero eso tardaría porque habías tomado mucha agua para sacarlo.

—¿Cuál es su nombre?

—Me llamo Jill — respondiste para después apuntarlo levemente — un gusto, señor Marston

—¿Puedo ser sincero con usted?

—Ehh, sí, claro

—Sé que prácticamente nos acabamos de conocer hace pocas horas pero...me atrae

Querías agarrarte de algo porque sentías que ibas a desmayarte. Como te encantaban los hombres directos que iban sin rodeos (a quién no? 😍).

Juntaste tus manos, jugabas con ellas algo nerviosa. Ya te daba igual que te viera con casi media bata mojada.

—Perdoneme..la asusté...¿verdad?

Negaste

—N-no, en realidad no...sólo que... también me atraes y mucho

Bueno...no habría nada de malo en tener varios encuentros con el papá soltero de uno de tus amigos de la universidad...¿verdad?

One Shots (Videojuegos/Pelis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora