9
Aquello acomodo ciertos recuerdos de anoche y una idea descabellada pasó por mi mente, pero no podía ser posible. ¿Cuál era la probabilidad de que él y el chico misterioso fueran la misma persona? Y cuando fui a formular la pregunta que sacaría mi duda.
—Que sepas que no soy ningún insensible —dijo mientras se alejaba para volver a entrar al auto— no has entrado porque no has querido, nunca le puse seguro.
Volvimos al auto, pero esta vez mojada por la lluvia. Había cierta tensión en el ambiente y ni siquiera sabía por qué se había formado, bueno, si sabía, pero no lo entendía. Seguimos nuestro camino bajo la lluvia y decidí hablar para aminorar el ambiente.
—Siento si se daña la tapicería por causa de nuestro actual aspecto, te prometo que te pagaré el arreglo en modo de disculpa.
—Me importa una mierda la tapicería Mara —dijo desviando la mirada de la carretera para posarla en mí por unos segundos— No tengo sentimientos por las cosas materiales, no llevan a ningún lado.
Y eso sí me dejó descolocada, sabía que no podía juzgar a las personas sin conocerlas del todo, pero nunca hubiera imaginado que Alex no fuera una persona materialista y eso me gustó, aunque no pensaba admitirlo en voz alta, no había necesidad de hacer crecer ese ego.
Volvimos a adentrarnos en el silencio, mientras observaba como el atardecer le iba dando, pasó a la noche.
Seguimos en carretera unos minutos más hasta que dimos con un hotel de carretera y lo vi desviándose hasta el parqueo.
—Pasaremos aquí la noche, no creo conveniente seguir conduciendo de noche y lloviendo.
Lo seguí cuando se bajó del coche y fue directo a la recepción del lugar. Vi como pedía dos habitaciones y también me percate como la recepcionista se desvivía por atenderlo, ni se percataba de mi presencia.
Procedió a entregarnos las llaves y nos fuimos cada uno a su habitación. Cuando entre no era la gran cosa, pero tenía lo importante, una pequeña cama donde dormir y un baño para ducharme y cambiarme esta ropa húmeda.
Cuando salí del baño, me dirigí a encender el aire para luego ir por algo a la máquina y dormir, pero con lo que no contaba fue con que el aire no funcionará.
Me tenían que estar jodiendo, estábamos en veranos, dormir así era una tortura. Así que me dirigí a la habitación de Alex y toque.
—Se te ofrece algo —dijo al percatarse que era yo.
—¿Tu aire funciona?
—Sí, por...
Me marché y lo dejé con la palabra en la boca. Cuando regrese a mi habitación cogí mi maleta y cuando iba de regreso a la de Alex, fui a por la máquina y solo había chocolatinas y cosas que no me gustaban. Así que me decidí por un chocolate.
Volví a tocar a su puerta y esta vez abre sin camisa. Me quedé sin palabras, mis ojos me traicionaron, recorrí ese cuerpo y tuve deseos de posar mis manos en ellos, recorrerlo y fue cuando un recuerdo volvió a mí, la noche en la que acaricie a un extraño y mis manos sintieron un hormigueo, reclamaban volver a esa piel caliente, estire mi mano estuve a nada tocarlo y saber si era esa piel la que reclamaba mi cuerpo, pero alguien me interrumpió.
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Fuimos Canciones
Teen FictionAlexander McCasthy parece tenerlo todo en la vida: amigos, éxito con las mujeres y una actitud segura y confiada que lo ha llevado a conseguir todo lo que desea. Sin embargo, todo esto cambia cuando conoce a Amara Grandstaff, una mujer completamente...