Había pasado una semana desde que Alex estuvo a punto de besarme en ese puñetero ascensor.
No te hagas, bien que querías que pasará.
Genial lo que me falta, que mi propia conciencia me traicionara.
No sabía cuánto tiempo iba a seguir Alex viviendo con nosotros, mientras durará Sue y Josuan seguirían sin dormir juntos.
Pobres chicos, es una tortura ser tus amigos.
Me dirigí a la cocina lista para desayunar. La mesa estaba llena de comida, tostadas, mantequilla, frutas, queso, jugo, café.
¿Quién había preparado todo esto? Si yo era un poco inútil en la cocina y nunca daba tiempo a preparar ni un simple omelette.
La cara de Sue tenía una sonrisita y Josuan disfrutaba de todo lo que tenía delante.
Tomé asiento sin percatarme que Alex estaba en la cocina. Vino con un plato de hotcake, lo depositó frente a mí.
Sue lo miró boquiabierta.— ¿No hay para mí? —preguntó.
—No —le respondió de forma tajante Alex.
—¿Por qué?
—Acaso eres mi no... —se detuvo él mismo dándose cuenta de lo que iba a decir—. Acaso eres ella.
Cada vello de mi piel se erizó ante la perspectiva de escucharlo llamarme su novia de nuevo.
—No, pero soy su amiga —defendió Sue su punto.
—No es suficiente, si quieres hotcake pídele al chico que tienes al lado que te las prepares.
Josuan levanto la cabeza enseguida mientras llevaba un trozo de queso a boca.
—Eh...
—Estás queriendo decir ¿qué solo has hecho hotcake por y para ella? —lo miró esperando su respuesta.
Yo no me atrevía ni a levantar la vista...
—Sí —... pero con solo una palabra tuvo toda mi atención.
Se colocó a mi lado y todos en la mesa esperaban lo mismo, mi reacción.
—¿Y bien? —esa pregunta fue dirigida solo para mí.
No le importaba si lo demás de la mesa no fuera del agrado, solo quería mi reacción a sus hotcake.
Probé el plato que tenía en frente y tuve que aguantar no se me fuera a salir un gesto de satisfacción.
Eran los mejores hotcake que había probado, ¿dónde había aprendido a preparar esto?
Antes de decirle algo pude apreciar lo que transmitía sus ojos café, estaba nervioso.
Alex, estaba nervioso, el mismo chico que corría como alma que llevaba el diablo, estaba nervioso por unos hotcake.
—Bien —dije probando otro bocado—. Un siete/diez.
—¡Un siete/diez! —dijo indignado viendo la sonrisa que bailaba en mis labios.
Tomo su cubierto y fue a por mi plato probando el contenido.
—¿Te golpeaste con el cabecero de la cama? —indagó mientras trataba de aguantar las ganas de reírme—. Son los mejores hotcake que probaras en tu vida. Se sincera y cambia la nota es mínimo un diez.
—Ocho.
—Nueve.
—¿Nueve?
—Nueve y medio
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Fuimos Canciones
Teen FictionAlexander McCasthy parece tenerlo todo en la vida: amigos, éxito con las mujeres y una actitud segura y confiada que lo ha llevado a conseguir todo lo que desea. Sin embargo, todo esto cambia cuando conoce a Amara Grandstaff, una mujer completamente...