Zarpa Pálida
El cielo empezaba a oscurecerse, pasando de tonos anaranjados cálidos a un hermoso color oscuro iluminado por las estrellas la luna, que hacían ver a los gatos del Clan del Trueno aún más majestuosos.
Zarpa Pálida estaba sentada junto a Zarpa Dorada, ambas compartiendo una urraca de buen tamaño y con un agradable sabor. Era casi mejor que el ratón y indudablemente superior a la insípida comida que solía comer la gata sin pelo en su casa vieja con su dueña.
– Esos dos patas no saben lo asquerosa que es esa comida seca, ¡Preferiría morirme de hambre! – Comentó la gata dorada a su lado, haciendo una mueca de asco.
Justo cuando la aprendiz dió un nuevo mordisco para terminar la urraca, se sobresaltó al darse cuenta de la llegada de Cola Nocturna, una gata negra con hermosos ojos verdes, y la mentora de Zarpa Azul, uno de los nuevos amigos de Zarpa Pálida.
– Zarpa Pálida, tu mentor te está esperando en la orilla del lago.– Ronroneó la guerrera.– Hoy podrás empezar tu entrenamiento.–
La gata sin pelo sintió un escalofrío en su lomo al oír esas palabras, pero se levantó rápidamente para ir de nuevo al territorio boscoso del clan y empezar a demostrar que podía soportar el entrenamiento y convertirse en una guerrera como todos los demás. Zarpa Dorada también se levantó de su lecho de musgo, con la esperanza de poder guiarla hasta allá. Sin embargo, fue detenida por la cola de la guerrera negra.
– Tú tienes que cambiarle el musgo a los veteranos.– Maulló con fuerza la gata.– Y Zarpa Pálida tiene que ser capaz de reconocer el territorio del clan, al igual que todos nosotros.–
La aprendiz de pelaje dorado asintió cabizbaja antes de irse a la guarida de los gatos viejos como Calabaza, que ya no podían ni cazar por ellos mismos y que los clanes llamaban veteranos.
Zarpa Pálida se despidió rápidamente de Zarpa Dorada antes de salir de la guarida de los aprendices, ahora con la energía renovada y sin hambre. La gata sin pelo se apresuró y salió por el túnel de gruesas zarzas sin mirar a nadie. Tenía claro que su llegada no había sido agradable para los guerreros, así que le era mejor no interactuar con ellos si era posible, al menos hasta que se acostumbraran.
– ¿A donde tengo que ir? –Preguntó en su cabeza, intentando olisquear el aire para ver si sentía el aroma de Pelaje Soleado.
Sin otra opción, Zarpa Pálida empezó a caminar por el bosque, buscando con su olfato a su nuevo mentor. Daba pisadas firmes y rápidas, aunque estaba más perdida que nunca con todos esos árboles y arbustos. No sabía cuánto llevaba caminando cuando sintió un leve aroma al atigrado dorado, pero aunque miraba a todas direcciones siguiendo el aroma, no lograba encontrarlo por ningún lado.
Luego de otro rato casi igual de largo al primero, sintió que el aroma se fortalecía y los inmensos árboles daban paso a una alta cornisa de pasto. Justo abajo se encontraba Pelaje Soleado, sentado bajo la luz de la luna con una mirada de preocupación.
– Pensé que vendrías corriendo a tu peimer entrenamiento....– Murmuró el guerrero, mirándola de reojo mientras acicalaba su grueso pelaje dorado hasta que quedó un poco más ordenado.– Si quieres quedarte en el clan, deberías alcanzar a tus nuevos amigos en el entrenamiento.–
– Pero si son de mi edad.– Maulló la gata sin pelo, sintiendo un escalofrío cuando una fría brisa recorrió su cuerpo.
– Ellos tienen una luna más de experiencia que tú, aunque tengan la misma edad.– Comentó su mentor, levantándose flojamente del suelo arenoso y acercándose a su aprendiz.
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Los Gatos Guerreros #2 - La Tensión de los Clanes: Cielo Nublado
FanfictionLuego de una muerte inesperada que golpea al Clan de las Montañas Altas en el peor momento, su curandera, Hoja Escarchada, deberá hallar la forma de que su clan pueda seguir adelante antes de que sea muy tarde. Pero cuando la lealtad de Manto de Luz...