Capítulo 12

47 10 0
                                    


– ¡Zarpa Pálida! – El chillido de Zarpa Dorada alertó a la aprendiz, que se levantó sobresaltada y miró a su amiga con preocupación.– Fuego Ardiente y Pelaje Soleado quieren hablar contigo, creo que tiene que ver con la Asamblea o algo así...–

– Eso fue hace luna y media, ¿Porqué querrían hablar de eso ahora? – Interrogó la gata sin pelo, estirándose lentamente.

– No sé, ¡Cuéntame porqué después! – La gata dorada le deseó buena suerte antes de acostarse en su lecho de musgo panza arriba.

Un poco nerviosa, Zarpa Pálida se dirigió a la entrada de la guarida de los guerreros. La primera patrulla del día ya había salido y el resto de los guerreros estaban comiendo o charlando con la recién llegada patrulla nocturna, por lo que solo estaban Fuego Ardiente, Pelaje Soleado y Rugido de León, que no se mostró muy entusiasmado con la aparición de la aprendiz de su hermano.

– Mejor los dejaré a solas...– Alcanzó a musitar el gato dorado, yéndose de inmediato al claro.

Pelaje Soleado ordenó a Zarpa Pálida sentarse. No era posible descifrar su cara, pero la gatita detectó emoción en el olor de su mentor.

– Supongo que recuerdas lo que pasó en la última Asamblea... y como luchaste con tus compañeros de clan esa noche.– Empezó a decir Pelaje Soleado.

– Si lo recuerdo, pero no hice nada espectacular esa noche.– Comentó Zarpa Pálida, todavía despertándose.

– No digas que no, ¡Fue más que suficiente para el entrenamiento que llevabas entonces! – Exclamó Fuego Ardiente con una sonrisa sincera.

– El punto es que vamos a empezar a entrenar un poco más, solo para que puedas seguirle el ritmo a tus amigos.– Agregó el guerrero dorado, que aunque no lo parecía, estaba tan alegre como se veía Fuego Ardiente.– Recuerda que Zarpa de Liebre y Zarpa de Musgo ya serán guerreros pronto y luego de eso ustedes cuatro serán los siguientes.–

– Lo recordaré.– Aseguró la gata sin pelo antes de que Pelaje Soleado saliera de la guarida a toda prisa para ir a compartir una ardilla con Cola Nocturna.

– Estrella Gris no parece tener más problemas contigo.– Comentó el lugarteniente, que claramente tenía más de que hablar con ella.– Eso o está muy ocupado planeando otro ataque al Clan del Viento.–

– ¿No estás de acuerdo con eso? Pensé que coincidías con él por lo que dijiste cuando lo anunció.– Interrumpió Zarpa Pálida apenas notó que el lugarteniente no se veía contento.

– A veces es mejor decir que estamos de acuerdo con él... ¡Después de todo por él somos un clan sano y fuerte! – Fuego Ardiente ronroneó de inmediato, cambiando su expresión a una de calma y alegría que Zarpa Pálida sabía que era falsa.

Dado que había despertado con hambre y el estómago le rugía, Zarpa Pálida se despidió educadamente del lugarteniente y fue a tomar el campañol más pequeño de la pila de presas, con la intención de dejarle el más grande a Zarpa Dorada. Buscó a su amiga con la mirada, pero luego de unos instantes simplemente asumió que había tenido que salir con su mentora o algo por el estilo, así que se sentó sola cerca de Pelaje Soleado y su pareja para disfrutar de su campañol.

– ¿No quieres venir a hacernos compañía, Zarpa Pálida? – La vieja Manto de Ardilla ronroneó a la aprendiz. La gata probablemente la había oído caminar, porque tenía sus ciegos ojos verdes fijos a dos pasos de la gata.

– Está bien.– La gata sin pelo tomó su comida y se acercó a la veterana, haciendo suficiente ruido con las patas para que la gata pudiese saber dónde estaba.

Los Gatos Guerreros #2 - La Tensión de los Clanes: Cielo NubladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora