– ¡Zarpa Pálida! – El chillido de Zarpa Dorada alertó a la aprendiz, que se levantó sobresaltada y miró a su amiga con preocupación.– Fuego Ardiente y Pelaje Soleado quieren hablar contigo, creo que tiene que ver con la Asamblea o algo así...–
– Eso fue hace luna y media, ¿Porqué querrían hablar de eso ahora? – Interrogó la gata sin pelo, estirándose lentamente.
– No sé, ¡Cuéntame porqué después! – La gata dorada le deseó buena suerte antes de acostarse en su lecho de musgo panza arriba.
Un poco nerviosa, Zarpa Pálida se dirigió a la entrada de la guarida de los guerreros. La primera patrulla del día ya había salido y el resto de los guerreros estaban comiendo o charlando con la recién llegada patrulla nocturna, por lo que solo estaban Fuego Ardiente, Pelaje Soleado y Rugido de León, que no se mostró muy entusiasmado con la aparición de la aprendiz de su hermano.
– Mejor los dejaré a solas...– Alcanzó a musitar el gato dorado, yéndose de inmediato al claro.
Pelaje Soleado ordenó a Zarpa Pálida sentarse. No era posible descifrar su cara, pero la gatita detectó emoción en el olor de su mentor.
– Supongo que recuerdas lo que pasó en la última Asamblea... y como luchaste con tus compañeros de clan esa noche.– Empezó a decir Pelaje Soleado.
– Si lo recuerdo, pero no hice nada espectacular esa noche.– Comentó Zarpa Pálida, todavía despertándose.
– No digas que no, ¡Fue más que suficiente para el entrenamiento que llevabas entonces! – Exclamó Fuego Ardiente con una sonrisa sincera.
– El punto es que vamos a empezar a entrenar un poco más, solo para que puedas seguirle el ritmo a tus amigos.– Agregó el guerrero dorado, que aunque no lo parecía, estaba tan alegre como se veía Fuego Ardiente.– Recuerda que Zarpa de Liebre y Zarpa de Musgo ya serán guerreros pronto y luego de eso ustedes cuatro serán los siguientes.–
– Lo recordaré.– Aseguró la gata sin pelo antes de que Pelaje Soleado saliera de la guarida a toda prisa para ir a compartir una ardilla con Cola Nocturna.
– Estrella Gris no parece tener más problemas contigo.– Comentó el lugarteniente, que claramente tenía más de que hablar con ella.– Eso o está muy ocupado planeando otro ataque al Clan del Viento.–
– ¿No estás de acuerdo con eso? Pensé que coincidías con él por lo que dijiste cuando lo anunció.– Interrumpió Zarpa Pálida apenas notó que el lugarteniente no se veía contento.
– A veces es mejor decir que estamos de acuerdo con él... ¡Después de todo por él somos un clan sano y fuerte! – Fuego Ardiente ronroneó de inmediato, cambiando su expresión a una de calma y alegría que Zarpa Pálida sabía que era falsa.
Dado que había despertado con hambre y el estómago le rugía, Zarpa Pálida se despidió educadamente del lugarteniente y fue a tomar el campañol más pequeño de la pila de presas, con la intención de dejarle el más grande a Zarpa Dorada. Buscó a su amiga con la mirada, pero luego de unos instantes simplemente asumió que había tenido que salir con su mentora o algo por el estilo, así que se sentó sola cerca de Pelaje Soleado y su pareja para disfrutar de su campañol.
– ¿No quieres venir a hacernos compañía, Zarpa Pálida? – La vieja Manto de Ardilla ronroneó a la aprendiz. La gata probablemente la había oído caminar, porque tenía sus ciegos ojos verdes fijos a dos pasos de la gata.
– Está bien.– La gata sin pelo tomó su comida y se acercó a la veterana, haciendo suficiente ruido con las patas para que la gata pudiese saber dónde estaba.
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Los Gatos Guerreros #2 - La Tensión de los Clanes: Cielo Nublado
FanfictionLuego de una muerte inesperada que golpea al Clan de las Montañas Altas en el peor momento, su curandera, Hoja Escarchada, deberá hallar la forma de que su clan pueda seguir adelante antes de que sea muy tarde. Pero cuando la lealtad de Manto de Luz...