Capítulo 2: Cupido

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Ian
-Oooo, pero que vergüenza le hice pasar a la pobre Ariadnna-me río de las palabras de mamá

-Amor, creo que se lo tomó muy bien, si hubiera sido yo en la adolescencia le hubiera gritado a diestra y siniestra que no era asunto de ellos quien me gustaba

-Hay pero pobrecita-me río

-Mamá, no te sigas torturando, ella es alguien muy positiva y optimista, seguro está viendo el lado divertido de la situación, además ya tú te disculpaste, no puedes hacer más pero si aún sientes un poco de culpa, le puedes preparar tu delicia especial como ofrenda de paz mañana o cuando se pase por aquí

-¿Tú crees?-pregunta emocionada al encontrar un modo de redimirse

-Sí, se la pasa hablando maravillas de tus helados, has eso y si aún recuerda un poco el incidente te aseguro que con este detalle lo eliminará de su mente

-Gracias hijo, en verdad me siento un poco mal

-Descuida mamá, te entiendo-me río al ver sus miradas curiosas-Yo cuando la conocí la traté súper mal, no nos podíamos ni ver-ambos me miran fijamente sorprendidos, yo siempre he sido alguien muy sociable

-Pero hijo, si se veían en una hermosa sintonía cuando hacían las cadenetas y decoraron juntos-dice papá dejando de anotar en su libreta para mirarme fijamente

-Digamos que me conoció después de una de mis peleas con mi hermana

-Ooo-ambos dicen comprendiendo y me río

-Bueno el caso es que a partir de ahí cuando nos encontrábamos explotábamos

-Pero ya se arreglaron ¿verdad?-me río a la pregunta preocupada de mamá

-Si mamá, digamos que cuando supe que te había ayudado con los helados mi lado terco retrocedió un poco

-¡Jumm! me alegro, porque en verdad eres demasiado necio-dice mamá tirándome un pañuelo y yo le saco la lengua. Acaba de finalizar la fiesta de cumpleaños, ya recogimos todo, la verdad solo fueron las cadenetas por que los globos los fuimos regalando, todos lo habían pasado de maravilla, cuando cerramos todo completamente eran las once, caminamos por la puerta trasera y luego de subir las escaleras llegamos a nuestra casa, puede que no sea muy grande pero es muy cálida y limpia. Papá y yo ayudamos a poner la mesa mientras mamá sirve su deliciosa comida, arrojan la puerta principal y sabemos que ya Ágatha está en casa

-Hola hija

-Uff-resopla y sigue su camino sin siquiera molestarse en dar las buenas noches

-No vayas mamá-digo impidiendo que mamá la siga

-Pero tiene que comer

-Deja que se prepare lo que quiera cuando tenga hambre

-Pero...

-Ven amor, es mejor que las aguas se calmen, ahora solo conseguirás otra pelea-ella suspira, cenamos entre conversaciones relajadas

-¿Cómo vas con los estudios?

-Bueno, el maestro de física me propuso ir a un concurso en una semana más menos y yo acepté, esas cosas son buenas para los expedientes
-¿No irá ningún compañero?-sonrío a mamá

-Pues hasta donde sé solo vamos Ariadnna y yo

-Pero, ¿Ariadnna está cualificada? ¿No se acaba de mudar!

-Sí pero es muy buena en las ciencias, el primer día dejó a unos cuantos maestros sorprendidos

-Mmm, ya veo, es toda una cajita de sorpresas esa chica-mamá sonríe cariñosamente y yo sonrío, mamá siempre ha sido amorosa y paciente, no entiendo de dónde sacó el carácter Ágatha, buff, ese es otro tema.

Quiero que Vivas!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora