No puedo odiarte

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POV Luz 

Necesitaba una ducha. Necesitaba desaparecer. ¿Por qué habría tenido que hacer eso? ¿No me podía quedar quieta por una vez en mi vida? Cuándo pensaría que meterme en la cabeza de Ainhoa era una buena idea. 

Durante la prueba del circuito me puse muy nerviosa por ella, no estaba acostumbrada a utilizar sus poderes continuamente y menos para luchar. Me dejé llevar y me intenté comunicar con ella. Y vaya que si lo hice… Sabía lo que había visto Ainhoa, esto nunca me había pasado. Me ví a mí soltando todo tipo de burradas y sandeces, una tras otra, hasta llegué a sentir el dolor que le provocaron las palabras de esa Luz falsa. Ahí me sentí fatal, lo que tendría que suponer una liberación para Ainhoa estaba resultando otro tormento más. No iba a permitirme hacerle daño. 

Por supuesto no iba a preguntar por nada de lo que había escuchado, Ainhoa no se podía enterar de que no había sólo una Luz en aquel lugar. 

Estación de Santander. 356 días.

Los días pasaron y sin verlo venir ya era Viernes, y qué mejor plan para un viernes por la mañana que ir con tu compañera de cuarto con la cual llevas sin hablar desde hace cuatro días a recoger a Fina a la estación de Santander. Sí. Hoy le volvía a tocar echar el día conmigo.

Estos días han sido una tortura, cada vez que me hablaba me obligaba a contestar con monosílabos, frases muy cortas o incluso ayer llegué a hacerme la sorda varias veces. Necesitaba que se alejara de mí, no quiero, me da miedo que todo cambie. Me da miedo perder otra vez a las personas a las que quiero y si para eso debía ignorar a Ainhoa lo iba a hacer.

Dejando de lado la situación Fina, la hija del hermano difunto de Ana, llegaba hoy de su viaje de fin de grado con sus amigas de la universidad y obviamente nos habían mandado a recogerla por lo que pudiese pasar. Supuestamente llegaba a las once de la mañana pero tras estar una media hora esperando a que las puertas se abrieran en las pantallas de la estación apareció una notificación de avería del tren que venía de Atocha, en el que estaba Fina.

Sin duda alguna el día de hoy iba a hacerse cuesta arriba.

Fina y yo tuvimos nuestras diferencias en mis comienzos, ella era la niña de los ojos de Mónica y Ana y yo estaba pasando por un duelo más bien extenso y pesado. La envidiaba, todo lo hacía bien y yo no daba ni una por aquel entonces, a veces me recuerda a la relación entre Mar y yo. Un día, Fina me sacó muy enfadada de una de sus clases, yo había provocado otro más de los muchos desplantes y faltas de respeto, pero ese fue el último. Bastó con un paseo por el bosque hasta uno de los faros. Al llegar, empezó a gritar mucho, decir que se cagó hasta en el Papa se queda corto en comparación con lo que soltó por la boca. Al terminar de desahogarse se giró y me miró. Yo estaba con la boca abierta, una chica que nunca levantaba la voz, siempre recta, sin ninguna imperfección…Sorprendida era poco. Recuerdo que me gritó <<Suéltalo coño Luz deshazte de todo lo que te frena mandarlo todo a la mierda. Te han hecho daño. Es normal sentir rabia.>>  

Y lo hice. Terminé de rodillas escondida en sus brazos sollozando como nunca. Desde entonces se había convertido en mi confidente, en mi hermana, y yo su ojito derecho. Fina controlaba el tiempo, tanto los minutos como las nubes y el sol. Lograba detenerlo, retraerse hasta unos diez minutos, podía hacer que el sol abrasara o en cambio formar esas nubes que te resguarda del calor. Aparte, fue la primera persona con la que me enlacé. Sí, puede utilizar parte de mis poderes y yo el suyo, aunque obviamente no tanto como ella. También podemos hablar sin mover la boca, digamos que son ventajas de tener un enlace maduro en el tiempo.

Entonces me saltaron todas las alarmas, había estado hablando con ella durante la mañana y en cambio hacía una hora que no sabía nada de ella.

POV Ainhoa

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