Me dueles

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Villa Rex, 355 días.

POV Luz

Me desperté desorientada con la luz que entraba por la ventana descansando en mi cara, quise moverme pero enseguida me dí cuenta de que algo, o mejor dicho alguien estaba prácticamente encima mío. Me aseguré de que no estuviera despierta y después me permití sonreír como una gilipollas y celebrar internamente. Había dormido con Ainhoa. No era ningún sueño. Había dormido con Ainhoa. 

En medio de mi fantasía mañanera noté que se movía, si ya estábamos pegadas la una a la otra ahora más, me había echado el brazo por encima tumbándose de costado mientras murmuraba en sueños. ¿Cómo me encontraba? Mal, muy mal. Ayer se me fue mucho de las manos la situación y ahora mismo no sabía qué hacer con esto. Tenía a Ainhoa abrazada cual Koala y yo podría morir ahora mismo del gusto que estaba sintiendo.

Decidí bajar a desayunar antes de que despertara y se complicase todo aún más. Noté que las curas y pociones que me dió Ana ayer hicieron su efecto a las mil maravillas cuando me puse de pie, ya no me dolía nada.

Al bajar estaban desayunando Mónica, Ana y Lucas sumergidos en una conversación al parecer interesante porque ninguno reparó en mi presencia hasta que carraspeé.

—Hablando de la reina de Roma -comentó Lucas- Buenos días, Luz. 

—Buenos días, de qué hablabais - me acerqué a la mesa mientras me echaba el café y me hacía las tostadas gracias a la telequinesis.- Estábais súper concentrados.

—¿Cómo tienes los esguinces? -desvió mi atención Mónica.

—Ya los tengo bien, no me cambies de tema, sabéis que odio que no me contéis las cosas -me senté a desayunar.

—Hablábamos de tu comportamiento ayer -respondió Ana.- No nos pareció nada bien cómo trataste a Ainhoa

—Desde luego no se lo merece, Luz -apareció Fina por la puerta, siempre tenía esa facilidad para meterse en las conversaciones.- Buenos días -repartió besos y abrazos por la mesa antes de prepararse el desayuno, al pararse en mí se acercó a mi oído.- A tí ya te vale, me tendrás que contar lo que te pasa con la chiquilla, que te conozco bichito

—Fina, que no me digas así más y no hay nada que contar, que te quede claro -ella sabía cosas y si ella sabía cosas eso quería decir que probablemente Mónica haya percibido cosas y…- Espera -miré a Mónica que levantó las manos negando, uf, menos mal, no se lo había contado a Ana.

Mónica nunca había hablado mucho de sus poderes, en ese aspecto era reservada, pero hace no mucho tiempo en una de las cenas nos contó que su poder le permitía ver los hilos que unen a las personas y de qué tipo. Yo al principio no me lo creía pero cuando al día siguiente me vino a preguntar por Lucas y Eric sinceramente me quedé con la boca abierta. Según tenía entendido hay personas que nacen con gracia y supuestamente podían ver cosas donde cualquier otra persona no podría ver ni en mil años luz, mi teoría es que el poder de Mónica es algo parecido, como si tuviese don de gentes y gracia. Tenía suerte de que al igual que comprensiva era una tumba, mis secretos estaban a salvo.

—Luz, quiero que te disculpes con ella -me pidió Ana.

—Pero Ana que ya…

—No, Luz. Que yo lo vea. No te creo ni esto -dejó un pequeño hueco entre su dedo índice y el pulgar.- Capaz que has ido le has dicho perdón y te has ido a dormir

Al mismo tiempo que Ana me regañaba Ainhoa apareció por el comedor, nos miramos, nos sonreímos y se acercó haciendo que mi corazón empezase a latir desbocado.

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