Por que te quiero querer

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POV Ainhoa

Me entró el miedo, Leire sabía lo que había y si Leire lo sabía eso quería decir que cualquiera podría darse cuenta de mi situación. Tras darle un par de vueltas durante la comida en la cual noté la ausencia de Fina y Luz, decidí que al ser San Valentín no iba a perder la oportunidad de alejarme de la culpa, iba a solucionar las cosas con Blanca y Diana, mis supuestas amigas e iba a aprovechar para desenfadarse, probablemente mañana vería la vida de otro color y quizás Luz no ocuparía la totalidad de mis pensamientos.

No os pasa que a veces os véis en una situación pasada y decís ¿Qué ingenua, verdad? Pues eso.

Lala Pub, San Sebastián. 354 días.

Aparqué a una manzana del pub donde había quedado con mis amigas para no tener que andar mucho tiempo sola al salir. En poco más de dos minutos me encontraba abriendo la puerta del local, eran las doce y media de la noche, divisé a Blanca y a Diana en una de las mesas del final, nada más verme se levantaron para saludarme con un abrazo y muchos besos.

—Bueno no sabía que me echábais tanto de menos

—Hija desapareciste así por que sí aquella noche y desde entonces lo único que sabemos de tí es que te vas de casa con tus hermanos para estudiar en una residencia -argumenta Diana.

—Y tú qué haces, estás desaparecida, ya no vienes los domingos al club de golf, no sales con los chicos, ya casi ni hablas con Pelayo, ¿estás bien?

—Blanca, necesitaba un respiro, y ya sabes, estoy ayudando con lo de mis hermanos y no tengo tanto tiempo, aparte, Pelayo es historia -intenté hacer un buen papel- quería pediros perdón pero es que a partir de ahora os voy a poder ver muy poco

—Pero tía si con el patrimonio de tus padres podrías estar sin trabajar ni estudiar, además de contratar a dos niñeras y quitarte a esos mocosos de encima -Resuelve Diana.

—No pasa nada Noa -me tranquilizó Blanca.

—No es mi estilo -Que alguien me ayude a entender en qué momento pensé que quedar de nuevo con estas era buena idea.

—Diana deja a Ainhoa y vamos a bailar las tres, que hace mucho que no lo hacemos -Blanca tiró de mí hacia la pista y comenzamos a bailar.

Blanca y Diana, Diana y Blanca...¿Qué decir de ellas? Incluso antes de nacer ya tenían el título de mejores amigas de Ainhoa Arminza adjudicado, nuestras madres lo eran, y era lo que se esperaba de nosotras, siempre nos llevamos bien pero con el tiempo cada una ha ido desarrollando su personalidad y la mía se queda bastante fuera de su ambiente, esta situación era prácticamente insostenible.

Pasaban las horas, cada vez iba más doblada, llegó un punto en la noche en el que paré de beber, por mi propio bien, y unas horas más tarde me encontraba lo más sobria que podía ir después de todo lo ingerido, dos o tres chicos se me acercaron pero uno por uno los rechacé, ninguno tenía ese punto...ninguno podría hacerme olvidar por unas horas, fue sobre las tres de la madrugada cuando Darío, un chico de mi edad se me acercó.

—Noa, ese chico no te quita los ojos de encima -blanca me señaló a un chico alto y moreno que estaba apoyado en la barra, no era mi tipo pero hoy estaba decidida a olvidarme de ese terremoto de metro y medio.

—Ay que viene hacia aquí -gritó Diana.

—Buenas noches, me llamo Darío ¿te puedo invitar a una? -señaló la birra que sostenía en mi mano izquierda.

Me giré y en un momento me había quedado a solas con el chico.

—Supongo que sí porque me han abandonado a mi suerte -Él se rió por mi comentario.

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