Capitulo 4: La Herrera

50 11 8
                                    

Una semana después...

Ya habia pasado una semana desde que llegué aqui y la verdad mi rutina no había cambiado mucho. Todos los dias hacia lo mismo, exploraba, volvia a casa con letiflores y letigemas y meditaba a las afueras de mi casa todas las noches.

Pero en este dia algo nuevo me habia pasado.

Desmond: Zenith me estoy aburriendo de esta aburrida rutina.

Zenith: Pero sabes perfectamente que no puedes avanzar mas de lo que te dije que podias explorar.

Desmond: Lo se pero si sigo asi en vez de que me muera por alguien o por algo me morire por aburrimiento.

Zenith: Ash, está bien puedes explorar mas lejos.

Desmond: Gracias zenith te lo agradezco.

Zenith: Pero recuerda, si ves algun camino de tierra da media vuelta y regresa.

Desmond: Lo se, lo se.

Con el nuevo permiso de Zenith para explorar mas lejos no perdi el tiempo y sali de mi casa para poder salir a buscar nuevas cosas.

Justo ahora me encontraba en zona nueva y desconocida asi que me mantuve alerta en todo momento por si pasaba algo. Algo también que se me olvidó agregarles es que en la semana que llevo aquí y en las noches que estuve meditando mejore algo mi habilidad con la energía oscurix, ahora podia con aun algo de dificultad controlar todo lo que sea oscuro ya sea por ejemplo una sombra o manifestar mas veces aquellas espinas capaces de desintegrar a cualquier ser vivo.

Mientras seguia avanzando pude percatarme de que a medida que caminaba me encontraba con arboles con marcas o con corteza destruida no sabía si se trataba de algun animal o de algo mas asi que para estar preparado manifeste dos espinas en mis manos y segui avanzando. Tras haber avanzado un poco mas me tope con una gran cueva la cual extrañamente emanaba algo de calor en su interior, al principio crei que se trataba de una casa de un dragón pero al preguntarle a zenith si existian los dragones en este mundo el me contestó que no y que lo mas cercano a ellos eran monstruos marinos los cuales obviamente solo se encontraban en el mar asi que para sacarme la duda de la cabeza decidi entrar y encontrar la causa del extraño calor.

A medida que avanzaba por la cueva el calor se hiba haciendo mas y mas potente y tras haber avanzado por una  rato me tope con una puerta de madera la cual cubria la entrada hacia la razon del calor, lentamente empecé a abrir la puerta y tras mirar por la pequeña abertura que hice pude ver lo que parecia ser un yunque al lado de una chimenea, abri un poco más la puerta y pude ver en un muro un estandarte con un casco y un una pechera hecha de lo que parecia ser cobre, al suponer que no habia nadie abri por completo la puerta y entre al misterio lugar. Mire a mi alrededor y supuse rápidamente que se trataba del lugar de trabajo de un herrero, herrero el cual muy probablemente seguia trabajando aqui ya que la chimenea aun seguia encendida y habia una espada a medio forjar en el yunque.

Sabia que no debia quedarme alli mas tiempo ya que en cualquier momento el dueño de esta herrería hiba a llegar y no hiba a pasar nada bueno si el me veia así que di media vuelta y tome la perilla de la puerta pero antes de que pudiese girarla escuche como detras mio una puerta se abria y al mirar hacia atras me tope frente a frente con una loba de pelaje gris y blanco sujetando dos cubetas de agua.

La loba al igual que yo solo se me quedaba viendo estupefacta, tan espantada estaba que sin que ella se diera cuenta solto las dos cubetas de agua al suelo derramando el líquido por todo el lugar.

La tierra fantástica: Sombra de Dos Mundos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora