DAYLIGHT | julián álvarez

- Chapter five

EL RELOJ MARCABA LAS 7AM, cuando Enzo fue a parar a la puerta de las De Paul, tenía una duda, una duda que no se lo podría preguntar a su mujer, a menos que quiera que esta no le hable por tres día enteros.

El Fernández sabía que Antonella estaba despierta, todos se estaban preparando para ir a desayunar.

A la morocha le sorprendió encontrarse a Enzo del otro lado de la puerta, pero claramente lo recibió con una sonrisa y con mucha intriga de saber lo que diría el jugador.

- Che, Anto, ¿Como te das cuenta que sos cornudo? - Preguntó el benfiquista, como si fuera lo más normal del mundo. La capricorniana quedó un poco aturdida, acaso ¿Valentina le estaba metiendo los cuernos?, o pero aún, ¿Él le estaba metiendo los cuernos y no quería que su mujer sospeche? Mil ideas se cruzaron en la cabeza de la De Paul, aunque ninguna se acercaba a la realidad.

- Uh, que directo, negro - Antonella no tenía ni idea de que responder, todo bien con que ella siempre fue gorreada pero no tenía respuesta alguna - Aparte, ¿Que me andas preguntando a mi? ¿ Me viste cara de cornuda - El tema de los cuernos era un trauma para la diseñadora, odia hablar de ese tema. Tantos recuerdos se le venían a la cabeza, la cantidad de indirectas que Oriana le tiraba para que supiera que la gorreaban - Pregúntale a tu amigo, él debe entender muy bien el tema - Cuando dijo eso se arrepintió, odiaba ser así, primero actuaba y después pensaba - No,no, discúlpame, pobre juli.

- Igual entre cornudos nos entendemos hermana, tranqui- Tranquilizo Enzo, al parecer la hermana menor de Rodrigo estaba susceptible.

- Cuando te están cagando te van a tratar distinto, incluso van a intentar dejar de tener intimidad, van a tratarte de infiel a vos, entre otras cosas - La bostera no quería ser chusma pero la ocasión lo ameritaba - ¿Vos sentís que Valen... - Le daba vergüenza ser tan directa e incomodar al chico.

- No, no, necesito saberlo para un amigo. A mi me cargaron un montón y yo nunca me dí cuenta, me entraba cundo los veía - En su momento, Enzo sufrió mucho, en cada relación él terminaba sufriendo, hasta que conoció a Valentina - Gracias, Anto, me re ayudaste - El benfiquista le agradeció con un abrazo rápido y fue en busca de su amigo.

Hace tiempo que el Fernández pensaba que Emilia le estaba siendo infiel a Julián, aunque  nunca se haya enterado cuando lo engañaban a él. Quizá cuando estabas del otro lado era distinto, no mirabas con ojos de enamorados la situación y te dabas cuenta de cuando otra relación estaba por vencer.

UN PLAN INFALTABLE, el shopping, un plan que todas las botineras amaban. Se esmcotraban todas las familias distribuidas en aquellos lugares de ropa, los niños sentados en los pequeños sillones y algunos hombres se ofrecieron a llevar a algunos nenes a la plaza de enfrente.

Las marcas de lujo odiaban a los pequeños, pero cuando de gente realmente adinerada y con ganas de malgastar el dinero se trataba, adoraban a los nenes, incluso les ofrecían chocolatada y algunas golosinas caras.

Antonella se encontraba en el lugar de los lentes de sol, con la familia Fernández y Julián. Había todo tipo de lentes, coloridos, negros, blancos, para chicos, con la marca en grande, chica, con estampados, sin estampados. Era un sueño, todos eran preciosos, la De Paul quería llevarse todo e incluso llevarle todos a su hija.

-¿ Y, como me quedan? Yo los amo - Valentina estaba encantada con el lugar, hace poco que ella pudo empezar a comprar en este tipo de lugares y estaba muy contenta.

- Te quedan hermosos, gorda, yo te los compro - Enzo miraba embobado a su mujer, nada le hacía más feliz que ver a su familia contenta.

- Si, boluda, son hermosos - La morocha no podía creer, todo lo quedaba bien a la Cervantes, sin duda ella era hermosa. Tampoco podía creer el amor que su novio le tenía, la capricorniana muy en el fondo soñaba con la amarán de esa forma, que la miran con ese amor - Yo me quiero comprar estos, pero estoy indecisa, me quedan medio raro, me hacen la cara muy ancha.