Chapter eight

1.4K 152 38
                                    

EL VIENTO ARRASTRA A LAS HOJAS Y A LOS BUENOS MOMENTOS; por eso mismo la pequeña escapada de los jugadores y sus familias había llegado a su fin.

La gran mayoría de los miembros de la scaloneta  ya habían partido hacia su país. Sólo quedaban un par de familias, más que nada los cordobeses, que irían a sus pueblos a visitar a sus seres queridos.

Entre esas personas que seguían en Córdoba se encontraban las De Paul, quienes decidieron quedarse un par de días más, ya que la madre de Antonella acababa de llegar a la provincia.

La morocha se encontraba juntando las últimas cosas que quedaban en la cabaña para irse a un hotel, donde se hospedaba su madre. Los Fernández fueron obligados por la enfermedad de Olivia ha quedarse unos días más. Y Julián estaba listo para irse a Calchin.

-¿Que te pasa, amigo? Tenes una cara de pan triste que no te imaginas - Dijo Enzo, mientras comía posiblemente el pan más duro del planeta.

- Estoy re amargado, perdí el celu - Comentó el jugador - No lo encuentro por ningún lado, me parece que me voy a tener que comprar otro.

- ¿Estas seguro que lo perdiste? A mi una vez me pasó que a la noche había perdido el celu y lo empecé a buscar con la linterna del celu.

- Si, bobo, estoy seguro, no se donde lo habré dejado.

Valentina y Antonella entraron al living, la acuariana llevaba un balde con pañitos de agua fría y la capricorniana poseía un termómetro.

- No hay caso, no le baja la fiebre - Susurro la Cervantes.

- Viste, amigo, hay personas que están peor que vos - Se Burlo el benfiquista, ganándose un buen golpe de su amigo.

-¿Que estas mal, juli? - Pregunto la diseñadora, mientras miraba de forma preocupada al chico.

- Perdí el celu y estoy incomunicado con mi familia y amigos.

Valentina no pudo evitar ponerse nerviosa, la culpa había empezado a invadirla por completo. Esa misma mañana había tirado el celular de su amigo. Su idea era dejarlo incomunicado con Emilia, no con su familia.

- Bueno, comprate otro y si después encontras tu celular devolves el nuevo y listo - Pensó la botinera.

- Me parece buena idea, yo ahora le tengo que comprar a mi mamá unos auriculares, si queres vamos juntos y te compras el celular - Dijo Antonella.

A todos los presentes les pareció muy buena idea y además de que era bastante práctica.

Sin duda a Valentina no le daba pena el pensar que Julián debería gastar en un nuevo celular, lo que verdaderamente le preocupaba era la desesperación de Mariana, la madre del araña; esa mujer entraba en una crisis nerviosa cuando sus hijos tardaban demasiado en contestar, ya que siempre se imaginaba lo peor.

Ahora estaría comunicado con su familia pero no con Emilia, seguramente Álvarez no recuerde el número de su novia y nadie querría pasarle el número de su pareja.

Todo estaba calculado en la mente de Valentina Cervantes, ella era la verdadera mastermind.

























TODO HABIA SIDO MUY MALA IDEA, el lugar estaba lleno de gente e incluso había paparazzis, ya que los rumores de que la hermana de Rodrigo De Paul estaba comprando auriculares llegó a los oídos de la prensa.

En el lugar se tomó la decisión de cerrar y que los jóvenes tuvieran algo de privacidad al comprar. Aunque eso mantuvo un poco de alejamiento con la multitud, no duró demasiado.

DAYLIGHT | julián álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora