Una vez llamado hogar

628 20 5
                                    

Althaia

- ¡No puede ser que te hayas comprado ese coche! -jadeé sorprendida ante el reluciente Aston Martin negro.

- ¡Claro que sí! Me rompí el culo trabajando para conseguirlo- . Miró su coche con orgullo. Recordé que cuando éramos más jóvenes siempre decía que quería un Aston Martin. Si había algo que hacíamos juntos de niños, era hablar siempre de coches. Siempre nos emocionábamos y fascinábamos cuando veiamos coches especiales y caros en las películas. Y yo sentía debilidad por esos coches. Coches que nunca podria permitirme y que sólo podía soñar con ver con mis ojos.

Michael me abrió la puerta y, al entrar, miré inmediatamente a mi alrededor, casi con miedo de moverme por si estropeaba algo. Era un coche muy sexy, y sólo sentarse en un maldito Aston Martin, se sentía surrealista. Y él parecía aún más sexy conduciéndolo.

Un hombre sexy se merecia un coche sexy.

-Entonces, ¿cómo es que vas a asistir a la fiesta de compromiso? -Le preguntó. Claro, nos conocíamos y éramos muy amigos de pequeños. Pero no me imaginaba que se quedaria por aquí, ya que siempre hablaba de que quería viajar por todo el mundo.

Giró la cabeza para mirarme rápidamente y luego volvió a centrarse en la carretera.

-Ah, se me olvidaba que no lo sabes-. Sonrio, y le miré confusa.

- ¿Que no sé qué?

- Ahora trabajo para tu padre

Ah.

-Entonces, ¿eso significa que también formas parte del.. negocio familiar? -No sabía cómo decirlo exactamente. Todo sonaba tan extraño en mi lengua y me hacía sentir ligeramente incómoda. No me cuadraba que ahora trabajara para mi padre. ¿Por qué demonios querría involucrarse en ese tipo de negocios? Aunque no sabía mucho sobre el tema, la palabra mafia debería bastar para saber que definitivamente no era una carrera segura.

-¿Negocios familiares, dices? - Michael río entre dientes. -¿Así es como lo llamas? - Continuó burlándose.

-Bueno, ¿de qué otra forma lo diría?-. Me reí entre dientes.

-Es sólo la Mafia. No seas tan modesta y llámalo negocio familiar, Althaia- Dijo despreocupadamente como si no fuera para tanto.

-Mafia...- Dije en voz alta como si fuera una palabra extranjera.

-Lo dices como si fuera un trabajo normal de nueve a cinco que tienes-. Me encaré ligeramente a él para fruncirle el ceño.-¿Qué pasó con ese sueño tuyo de quiero viajar por el mundo?

-¿Quién ha dicho que no pueda viajar por el mundo, Bellissima?-. preguntó con una sonrisa. -Puedo viajar y ganar un montón de dinero. Yo salgo ganando. -Se rió y sentí un pequeño cosquilleo en el estómago cuando me llamó guapa.

Un momento.

-¿Ahora hablas italiano? ¿Desde cuándo?- pregunté, sorprendida de oírle hablar el mismo idioma que mi padre.

Mi padre era italiano y mi madre griega. Crecí hablando los dos idiomas y hablaba italiano siempre que estaba con mi padre, y griego cuando estaba con mi madre. Aun así, mi madre hablaba italiano con fluidez, ya que estuvo con mi padre bastante tiempo, y ahora que vivía con mi madre, no había motivo para hablar italiano.

-Bueno, en cierto modo te ves obligado a hablar el idioma cuando estás constantemente rodeado de mafias italianas. Tienes que defenderme si alguien anda por ahí planeando pegarme un tiro en el culo blanco-. Michael se río a carcajadas, como si acabara de contar el chiste más gracioso de la historia.

Posesivo: El Fuego Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora