Capítulo 8 Soy demasiado joven para enfrentarme a esto...

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"¡Joder!" Gritó, "¡Eso estuvo demasiado cerca!" Issei respiraba con dificultad después de que fue capaz de conseguir una buena distancia en donde la iluminación estaba golpeando. Tomó más de un par de respiraciones con la esperanza de sacudirse los escalofríos cuando la iluminación se cerró antes. "Está bien, bueno, sólo tienes que ir detrás de la casa y pasar por el agujero en la pared". Se dijo a sí mismo.

Se oyen truenos retumbando en dirección a la ciudad de Kuoh. La tormenta sigue cayendo fuerte y más oscura donde se encuentra Issei. Sin prisa pero sin pausa, Issei sigue caminando por el bosque con la esperanza de llegar a su casa lo antes posible. Hubo un par de veces en las que Issei estuvo a punto de perderse, pero se las arregló para encontrar donde estaba mirando los puntos de referencia en el suelo o las marcas que colocó en los árboles que hizo. Esto continuó durante más de diez minutos antes de detenerse por completo cuando ve algo delante de él. No consigue ver bien lo que tiene delante. Es difícil ver delante de él debido a la lluvia y a lo oscuro que está en este momento. Respira entrecortadamente antes de soltar el aire y avanza lentamente con la linterna apuntando hacia delante.

Avanzó y comenzó a distinguir los detalles de un ser/persona que debería existir. Se supone que son cuentos populares, no... ¡reales! No ayuda que el yokai esté sangrando... e inconsciente. Uh oh. Parece que es... Está rodeada por dos pequeños kits con nueve colas tupidas. Estaban empujando a la... señora zorro con sus pequeñas patas aullándole tratando de despertarla. El sonido de un rayo de luz se escucha a lo lejos asustando a los dos cachorros y haciéndolos chillar de miedo. Issei se quedó pasmado al ver que se trataba de una señora zorro.

¡Hurra! ¡Una sexy yokai de cola tupida!

¡Que se sepa, que si bien no puede! ser un asqueroso pervertido como lo fue una vez. Ha habido un par de veces donde ese lado se ha mostrado. Aunque una versión más aguada de pervertido ... En fin. Fue en ese momento cuando los dos pequeños kits se dieron cuenta de que ya no estaban solos. Soltaron un aullido asustado al ver que Issei les miraba sorprendido mientras les apuntaba con su linterna. Se chocaron de nuevo con el yokai que estaba inconsciente en el suelo, mirándole con miedo. Gimoteando...

Fue entonces cuando Issei volvió a la situación actual.

¿Qué...? ¿Qué demonios está pasando? Primero la loca tormenta y ahora estoy lidiando con una dama yokai inconsciente con dos zorritos que son terroríficos-.

El monologo de Issei se detuvo cuando sintio que algo pesado caia sobre el. Era como si algo se presionara sobre él. De la nada se escucho el sonido de una criatura gruñendo tan fuerte que no podia decir de donde venia.

"SSSSSALVADLOSMMM!!!!!"

Así, sin más. Vino como se fue. La presencia que tiene sobre él se fue. El gruñido ya no se oye. Sin embargo, ha hecho efecto en él. De pie, pálido como un fantasma, temblando bajo la lluvia, tratando de dar sentido a lo que acaba de suceder. Pero sabía que no quería que volviera. Cerró los ojos y respiró hondo conteniendo la respiración un poco antes de soltarla lentamente para calmarse.

No le sirvió de nada.

Aun así, sabía que debía hacer lo que le dijeran. Se puso en cuclillas, se quitó la chaqueta y la colocó en el suelo, luego se puso la bolsa que llevaba al cuello para no tener que sujetarla con las manos. Se colocó la linterna en la boca, con la cara hacia delante. Mientras hacia esto los dos zorritos lo miraban asustados pero curiosos de lo que esta haciendo. Nunca habian visto este tipo de comportamiento en un humano. Issei volvio a mirar al zorro yokai y a los dos cachorros, los miro fijamente durante un rato mientras se oia otro rayo cayendo cerca, haciendoles chillar de miedo. Tranquilamente se acercó y levantó sus dos manos hacia ellos haciéndoles gemir de miedo. Suave y gentilmente los agarró por el vientre y lentamente los movió hacia donde estaba su chaqueta en el suelo, todo el tiempo ellos gemían de miedo incapaces de moverse o zafarse de su agarre por miedo. Los colocó en el centro de su chaqueta, envolviéndolos con ella. Cuando termino de envolverlos con su chaqueta la levanto suavemente y se giro hacia el yokai inconsciente. Ahora que se había cerrado y la miraba de cerca no pudo evitar pensar para sí mismo que estaba muy guapa con ese kimono suyo....

Sacudió rápidamente la cabeza. ¡Ahora no es el momento, Issei! Una vez arrodillado junto a ella, colocó los dos kits sobre su estómago. Issei soltó un suspiro entre dientes y la linterna antes de coger a la yokai a modo de brida y estrecharla contra él mientras los dos kits envueltos en su chaqueta seguían en su regazo.

La tormenta que se había desatado parecía haber pasado la zona en la que se encontraba Issei. No estaba diluviando tan fuerte a primera hora, pero sin embargo seguía siendo de noche. Lentamente y con cuidado se abrió paso por el bosque, asegurándose de no tropezar con nada ni hacer saltar a los dos cachorros de los brazos del yokai. Al menos eran lo bastante inteligentes como para no montar un escándalo por la situación actual ni saltar del regazo.

No tardó más de trece minutos en llegar a su casa. Entró por la propiedad por la parte de atrás como había dicho que haría. Cuando entró en su casa empezó a diluviar más fuerte que la última vez. Al menos estaban a cubierto y no en el bosque. Issei camino dentro de su casa y entro en la habitacion donde ha pasado la mayor parte de su tiempo. Era la habitacion con el irori que todavia tenia brasas preparadas para encender otro fuego. Coloco a la Yokai y a los kits que estaban en su regazo sobre el futon suyo que estaba en la habitacion antes de escupir la linterna a un lado y quitarse la mochila de encima. Cuando los colocó en el suelo se dio cuenta de que los dos kits de nueve colas ya no lloriqueaban asustados de él sino que le miraban fijamente, pero seguían temblando. Seguramente porque estaban mojados por la lluvia y el frío. Empieza el invierno. Se alejó de ellos y fue hacia el irori y encendió otro fuego. Esta vez ya tenía brasas aún encendidas. Una vez encendido el fuego, colocó más troncos para mantenerlo encendido. Se miró y vio que su uniforme estaba empapado por la lluvia y el barro. Soltó un suspiro antes de dirigirse a un montón de ropa que había junto a los libros en el suelo. Rebuscó entre ellas y cogió un conjunto de ropa limpia. Salió de la habitación, cerró la puerta y se cambió la ropa por la que había elegido. Dejó la ropa fuera y entró en la habitación. De nuevo se dirigió hacia la pila de ropa y cogió una de las toallas que tenía y se dirigió hacia los dos kits. Cuando los cogió con cuidado, sólo emitieron un gemido más pequeño que la última vez que los cogió. Los metió en la toalla y los colocó cerca del irori pero lo suficientemente cerca para que estuvieran cerca del yokai. Despues de eso miro a la yokai y se quedo pensando como exactamente deberia lidiar con ella usando la ropa mojada y sucia que esta usando. Lo unico que se le ocurrio fue quitarle el kimono y rezar a los dioses para que no se despertara mientras se la quitaba.

Issei suspiró aliviado y avergonzado de que ella no se despertara mientras él la sacaba de esas ropas. No ayudaba el hecho de verla desnuda mientras era observado por dos pequeños zorros que vigilaban cada uno de sus movimientos. Al menos pudo evitar que sangrara por un par de zonas, especialmente en el lado derecho de la cabeza, cómo no vio ese corte, nunca lo sabrá. Aun así al menos ya no sangra ni lleva esa ropa mojada. Al igual que como se cambió de ropa la colocó junto a la suya para lavarla y limpiarla más tarde. Issei entro en la habitacion y se sento en el suelo junto al irori tras coger otra toalla para el y comenzo a secarse el pelo mientras pensaba en lo sucedido durante el dia intentando darle sentido a todo.

No le sirvió de nada.

Issei dejó escapar un bostezo tras colocar dos troncos más en el irori para pasar la noche. Se gira y ve a los dos kits durmiendo. Aprovechó el momento para levantarse y colocar otro futón que le habían dado y tumbarse en él para dormir toda la noche. Con suerte el tiempo pasaría durante la noche. Aunque estaba cansado, no lo estaba tanto como para dormirse automáticamente. Su mente iba de un lugar a otro pero todo volvía a lo que estaba pasando en ese momento. No pudo evitar soltar un suspiro por la nariz.

"Soy demasiado joven para estar lidiando con esta mierda.

El dragón guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora