Park JiMin jamás imagino que su vida cambiaría de un día para otro, nadie pudo haberle advertido lo que vendría después de la muerte. Nadie podría haberle dicho que un día despertaría como el villano de su libro favorito, eso simplemente era imposib...
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JiMin iba de regreso a la mansión Min, esta vez iba junto a sus suegros, aunque ellos iban en un auto diferente. Su tío se había despedido de él después del largo juicio, al que aún no dictaban sentencia, pero ya estaban en pláticas, tal vez sería condena perpetua, al ser de la familia imperial, pasarían sus días en las mazmorras sin oportunidad de salir de ahí.
Las cuatro familias ducales, quienes fueron las más afectadas, estaban de acuerdo con aquello. Porque no podían pedir algo más suave como la muerte para ellos, eso sería ser demasiado blando con esas personas. JiMin sobre todo, le tenía demasiado rencor al segundo príncipe, quien no dijo nada en todo el juicio. Simplemente lo observo con molestia y JiMin lo intuía, podía intuir que el segundo príncipe detestaba a las familias ducales porque eran su obstáculo para ser coronado como el príncipe heredero.
Sobre todo los Park, JiMin sabía que su familia siempre había sido una gran influencia para los demás nobles e incluso para los plebeyos. JiMin no sabía bien porqué, pero sus padres siempre habían tenido la última palabra, no era por su apariencia física porque las cuatro familias tenían buen aspecto, pero tal vez era por el aura que los rodeaba.
Los demás siempre le decían a JiMin que él tenía la misma aura que sus padres, un aura brillante y cálida, un aura que atraía a las personas como si fueran polillas a la luz. A JiMin no terminaba de agradarle ese término, pero entendía el razonamiento.
Al llegar a la mansión sus suegros fueron los primeros en bajar de su auto, pero como ya estaban cerca, decidió él bajar también aunque estuviera a unos metros de distancia de la entrada. No pudo haber previsto lo que pasó, porque en ningún momento había pensado que una de las motos, no sería de su propia guardia.
— ¡JiMin! - exclamó la familia Min, incluso YoonGi
— ¡YoonGi! - gritó al sentir como lo sentaban sobre la moto y se lo llevaban lejos
La velocidad de la moto era bastante rápida, pensaba que si hacía algo en ese momento, podría morir junto a su secuestrador. Aún así, cualquier cosa era mejor que estar en los brazos de ese hombre extraño.
Intentó golpearlo y patearlo, incluso desestabilizó la motocicleta en algún punto. Pero eso solo enfureció a su secuestrador por lo que con un simple golpe lo dejó inconsciente.
— JiMin - YoonGi grito, pero en el pendiente que él mismo llevaba sintió como la energía bajaba, como cuando JiMin dormía
El secuestrador intentó avanzar lo más rápido que podía, pero YoonGi le seguía el paso bastante bien, no dejaría que se llevarán a JiMin por nada del mundo. Poco a poco se acercaban al río cercano a la mansión de los Min, así que YoonGi solo pudo rezar para que esta vez su magia funcionara.
