A la luz de la luna.
Nina
Estaba en mi cama dormida a eso de las cinco de la madrugada, cuando unos gritos de varios chicos empiezan a escucharse por mi ventana, al asomarme note que eran dos chicos de alrededor de diecinueve o veinte años más o menos, estaban gritando el nombre de alguien, a una cuadra de aquí, así no podría dormir.
Me devuelvo a mi cama y me lancé en ésta, enrollado unas de mis almohadas en mi cabeza, tratando de no oír los gritos, pero igual se colaban en mis tímpanos, furiosa me levanté y me dirigí una vez más hacia la ventana, tenían más de quince o más minutos llamando, a las cinco de la madrugada, ¿No tenía más nada que hacer? Yo estaba sola en mi casa mis papás se habían ido muy temprano, así que decidí hacer algo tipo-peliculas.
—¡Cállense! —no era muy buena gritando por la ventana, pero en ese momento sentí la necesidad, además no los conocía ni mucho menos los volvería a ver, claro que ellos no se quedaron callados, era de madrugada y aún no salía el sol, pero igual intentaron buscarme con la mirada, intento fallido, porque mi ventana estaba muy alta y tapada por un gran árbol, yo si los veía, pero a ellos, se les haría difícil encontrarme.
Cómo no me localizaron en las ventanas de las torres, decidieron hablar desde donde estaban, sabiendo que los oía.
—¿¡Y si no queremos!?
—¡CALLA... —alguien fue a devolverme el insulto pero uno de ellos le tapo la boca, escuche unas voces muy bajas, como susurrando algo entre ellos, después una voz que jamás olvidaré me contestó de la manera menos esperada.
—¡Tranquila pequeña, ya nos vamos! —eso no me lo esperaba después de haberlos mandado a callar de esa manera, aunque estaba en todo mi derecho—. Pequeña... Sal, para que podamos verte.
¿Por qué me decía pequeña?
—Si preciosa sal, te queremos ver —uno de estos hablo con burla.
—¡No saldré, y déjame dormir en paz! —dije aquello mientras hacía un ruido con mi ventana, fingiendo que la había cerrado.
—¡Hey! Dime tu nombre... —insistió el niño dulce, el desagradable se digno por no hablar más.
—¿Para qué? No tengo la necesidad de decirte mi nombre.
Se ve agradable...
Concéntrate, puede ser un asesino en serie.
—No me lo digas si no quieres... —hizo una pausa y luego siguió—. El mío es Liam, y mi amigo es Paolo, mucho gusto.
—Mucho gusto preciosa —siguió el desagradable.
—Ajá —dije seca, aún no se porque sigo aquí hablando con estás personas que tal vez no vea nunca más.
Pero nada perdería con decirle mi nombre.
—Mi nombre es Nina —cedo.
—Que bonito nombre, ¿Quires dejarte ver? —si quería.
—No, no voy a salir —y ahora sí cerré mi ventana, volviendo a mi cama, ellos no me llamaron más ni nada, así que supuse que las cosas no cambiarían desde entonces.
<3 <3 <3
Que día tan aburrido.
Eran las ocho de la mañana, la profesora no paraba de explicar química, me gustaba química pero ese día no podía dejar de pensar en Liam y esa madrugada, ya habían pasado dos semanas y no nos hemos vuelto a ver.
Una voz masculina, poco oída en él salón interrumpió mis pensamientos, voltee mi rostro un poco confundida para encontrarme con unos ojos verdes fijos en mí.
—Mejor disimula, y finge que estás prestando atención antes de que voltee la profesora y te mandé a dirección.
Ese era John, un compañero de clase bastante atractivo, alto, buen cuerpo, todas las chicas se volvían locas por él, es una persona muy cerrada con sus sentimientos, nunca hablaba con nadie ni estaba en ningun circulo de amistad, su actitud era un poco bastante arrogante y seca, ocasionando que todos se los que intentaban hablar con él se alejaran, más que todo las chicas nuevas, llegaban y lo primero que veían era a John, se ilusionaban con él y después de intentar acercarse terminaban días después mirando desde lejos rencorosas al chico, y regando chismes malos de él.
A mí la verdad John no me caía ni bien ni mal, solo era un compañero más de clases, él cual no se cómo lo hacía para sacar buenas notas si casi nunca intervenía, ni preguntaba, y lo único poco que sé de él es de lo que escucho, pero no es tan malo como los chismes de las mujeres con corazones rotos por John, aunque eso creo que yo, ya que él a mí nunca me ha hecho nada, tal vez porque nunca he intentado acercarme, a él a mí, remarcando que nuestros puestos estaban uno al lado del otro.
—¿Se me nota mucho? —intente disimular mis nervios, aunque por dentro me estaba muriendo.
—Bastante, se ve que no estás aquí, que estás en Marte, y yo puedo hasta decirte que tiene que ver con un chico.
—¿Con un chico? —repetí ofendida.
—Sí, por un chico —dijo esto imitando mi tono de voz, agregándole un poco de obviedad, al ver mi expresión de molesta continuo—. Todas son iguales... Nosotros no las podemos ni mirar, porque enseguida caen... —no pudo seguir hablando porque lo interrumpí enfadada.
—¡Yo no estoy así por un hombre! ¡Y tampoco soy tan fácil como crees! —farfullé levantándome para quedar más alta que él, Jonh se levantó conmigo y me tapo la boca.
—Shhhh —voltiamos al mismo tiempo para ver qué la profesora no nos había escuchado, gracias a Dios no, ella estaba súper concentrada en lo suyo y pues nosotros estábamos en el fondo del salón, los que nos vieron con el ceño fruncido fueron los compañeros de atrás, él fue retirando su mano poco a poco de mi boca mientras nuestras miradas se unieron—. No es para que te pongas así Nina— su voz era suave y arrepentida, tomo mi brazo y me hizo sentarme de nuevo—. Lo siento no quería que lo tomarás a mal.
—¿Y como querías que lo tomara?— mi voz sonaba todo lo contrario a la suya, la mía era seca y muy molesta, aunque ya no lo estaba tanto como antes igual tenía que ser fuerte.
—Soy hombre Nina, y se cómo somos, ustedes se creer todo lo que les decimos, y por eso te dije eso con verdad, te ves una persona buena y no me gustaría que te lastime un cualquiera —se podía notar la sinceridad en su voz, en sus palabras hasta la expresión de preocupación, ¿Pero, por qué el me estaba diciendo esto? ¿Quien soy yo para importarle en su vida?
Si le hubiera dicho esto a la Nina del pasado, a la que tenía un crush en el niño con cara de malo de Jony white se hubiera reído.
La voz demandante de la profesora nos sobresalto a ambos.
—Nina y Jonh, estamos en clases, presten atención, si no les gusta mi clase pueden seguir sus conversaciones de amor abajo en dirección— dicho esto continuo y no complicó la situación, cosa que agradecí, lo único malo era que cuando esto volviera a pasar no nos diría nada, solo nos mandará a dirección.
Los inútiles a nuestro alrededor nos vieron de reojo mientras se reían en silencio y susurraban cosas entre ellos.
—"Nuestras conversaciones de amor"— repitió Jonh, me guiño un ojo y se voltio a su asiento, yo hice lo mismo he intenté concentrarme en el tema.
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Mentiras De Vidas Cortas
RandomCuando el amor toca la puerta de tu corazón, te ciega por completo, no te gusta escuchar opiniones ni mucho menos críticas de las personas cercanas... Liam un chico mayor de edad, enamora locamente a Nina, quien enseguida llevan su romance a otro ni...