Mentiras De Vidas Cortas

~Cap. #3

Asesino en serie a la vista.

Nina

—¿Liam? —era él, el chico que ví por mi ventana aquella madrugada.

—¿Nos conocemos? —rio nerviosamente.

¿Se lo digo?

No

—Aamh... Ya me tengo que ir, lo siento mi amiga me está esperando y... —me interrumpió.

—Se que estás mintiendo, tienes horas aquí sentada, marcas y marcas a alguien a cada rato y también dejaste un mensaje de voz decidendo: Charlotte donde estás, las amigas no dejan a otras amigas a la buena suerte... ¡Responde! —emitó mi voz de forma burlona, fruncí mi ceño malhumorada.

¿Cómo había escuchado eso?

Asesino en serie a la vista...

—Ese mensaje era para otra amiga —mentí, ahora que estaba de cerca podía detallarlo mejor, era alto, su cabello era dorado oscuro, sus ojos un azul profundo y tenía tatuajes en sus brazos, pocos.

¿Porque te quieres ir? Está guapísimo.

No lo conozco.

Bueno ¿Cómo conoces a las personas? Hablando con ellas, conócelo.

[Mi conciencia no ayuda]

—Bueno si te quieres ir vete, pero te recuerdo que andas sola, ni con la menor idea de dónde está tu amiga, y ya la mayoría de los que están aquí están pasados de tragos, y tú de que llamas la atención lo haces —¿Le llamo la atención? ¡Se fijó en mí! Y tampoco quiere que me vaya.

Recuerda hacerte la difícil.

—Esta bien, ¿Cuál es tu plan? —dibujó una sonrisa divertida.

—Sigueme —acto seguido tomo mi antebrazo, haciendo que me levantará, me guío hasta una parte de la casa, había un pasillo y luego salimos a un patio trasero, la iluminación era poca, no había tanta gente y era un lugar más tranquilo e intimo.

—¿Qué es esto? —enarqué una ceja cruzarme de brazos. 

—Soy amigo muy íntimo de la dueña de la fiesta y de la casa, cuando vengo a visitarla me gusta venir aquí, es tranquilo y tiene una gran vista —era cierto lo que decía, tenía una magnífica vista, es una patio, en una planta arriba, se podía apreciar la ciudad desde ahí.

—¿Y por qué me trajiste aquí?

—Porque dónde estabas tenías una cara de cachorro abandonado y ganas de irte —él se voltio para verme conectado nuestras miradas, no podía leer lo que transmitían sus ojos, yo estaba nerviosa y asustada, no solo porque estaba en una fiesta sin saber cómo salir de ahí, sino que además sin nadie que conociera.

—¿Gracias?

Nos quedamos ahí viéndonos un tiempo.

¿Nina, no te has preguntado cómo el sabe que le dejaste ese mensaje de voz a Charlotte??

—Ammh, ¿Liam?