~Cap. #9

11 2 0
                                    

Secuestrada Por Un Bombón Sexy.

Nina

Mi alarma sonó una vez más a las seis en punto de la mañana. Estiré mi brazo para tomar mi celular y apagar la alarma.

—Maldita cosa... —susurre al no alcanzarlo, abrí los ojos y me senté refunfuñando, la luz del sol me pago en toda la cara—. Ash... —reproche de mal humor, cuando encontré al fin mi celular entre mis sábanas y esa espantosa melodía terrorífica ya se había apagado sola. Lo volví a tirar, pasándome las manos por los ojos y tratar de quitarme el sueño.

Ésto es horrible, pase todo el fin de semana trabajando en esa horrible tienda, hasta tarde, para después llegar a mi casa y volverme a parar temprano para el colegio los días de semana, ayer tuve un exámen el cuál ni sé si voy a pasar, y para la cereza del pastel, un tonto ciego me tumba mi desayuno.

Volvió a resonar por toda la habitación la melodía de mi alarma y ésta vez si la pude apagar.

—¡Nina! Párate es tarde —mi mamá grito desde la cocina.

—¡Voy! —le respondí mientras salía de mi cama.

Me dirigí al baño y me asee lo mas rápido posible para ver si podía acostarme unos minutos antes de irme.

Una vez lista salí de mi habitación y me dirigi a la cocina, al llegar, ví a mi mamá sacando leche de la heladera para dejarla en la mesa, vestía unos shorts anchos y una camisa de pajama aún, era extraño que no se había cambiado. Me senté del otro lado del mesón con mucho drama, ella aún no se había volteado hacia mí, por lo que aún no estaba viendo mi estrategia actuada, proseguía a llamar su atención.

—Mamá... —hice una pausa, la castaña se volteo con una sarten caliente en la mano y concentró su mirada en mí, ella ya sabía lo que trataba de hacer, relajo su pierna izquierda dejando todo el peso en la derecha, su mano libre la apoyó en su cadera, esperando a que yo prosiguiera—. No quiero ir hoy —suplique mientras hacía un puchero.

—Pero vas a ir —dicho ésto se volteo y siguió en lo suyo como si yo no estuviera sufriendo, según mi fabulosa actuación.

—Pero mamá... ¡He trabajo todo el santo fin de semana hasta tarde! ¿No crees que me merezco un descanso?

—No —respondió sin mirarme.

—Mamá... —intente conversarla.

—Anda come rápido, hoy saldremos más temprano tengo que llevar unos planos antes de dejarte en el instituto.

—¿Qué? —me dejé caer a la superficie del mesón para dejar descansar mi cabeza ahí—. Yo quería dormir un rato más —mascullé entre dientes y volví hacer otro puchero, aunque mi mamá ya no podía, ni estaba viendo.

—Ya hable —cerró nuestra conversación con ese tono autoritario de ella.

Éste será un día interesante...
(Noten el sarcasmo)

Obvio que lo notamos, nosotros no somos lentos como tú.

¿Porque me odias tanto?

<3 <3 <3

Me despedí de mi mamá con un beso en la mejilla para luego bajar del auto.

—¡TE QUIERO! DIVIÉRTETE —gritó mamá desde el interior del carro.

Entre a ese gran instinto, y a lo lejos logré ver a Charlotte sentada en la cafetería del instituto, así que me acerque a ella. Apenas me vio saltó.

—Al fin llegas, pensé que te habías perdido.

—Si te contara... —sus ojos se clavaron en los mios con mucha atención, esperando que continuara—. Resulta que mi mamá tenía que llevar unos planos y después no sabía dónde quedaba la empresa, ahí perdimos un tiempo, ósea literalmente, si me perdí —ella soltó unas carcajadas que hicieron que los demás se fijarán en nosotras.

Mentiras De Vidas CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora