~Cap. #7

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Primer Día De Trabajo.

Nina

—Van a estar en caja —fue lo primero que dijo Thiago cuando llegamos, él estaba hablando con el señor canoso esperándonos.

—¿Quieres joderme carita bonita? —Char farfulló acercando su rostro a Thiago.

Él sonrió irónico: —Sí, por eso estarán en caja, y punto —ella entreabrió los labios sorprendida por su inesperada respuesta, el señor canoso, frunció las cejas en confusión, y busco respuestas en mi mirada, y le devolví un encogimiento de hombros.

El señor canoso se arrastró a mí, viendo como esos dos peleaban.

—¿Qué les pasa? ¿Ya se conocían?

—Digamos que no se llevan taaaan bien —expliqué, pero el señor solo me miró más confundido.

—¿Son ex? —solté una pequeña risa, no por él, sino, por lo tan lógico que sonaba eso. Negué lentamente con la cabeza y lo miré.

—No, si apenas se conocen de ayer —él abrió los ojos sorprendido.

—¿Pero... Pero como se odian tanto en unos dos días? —me limité a encogerme de hombros.

Los dos volteamos cuando escuchamos un grito seguido de un golpe en la mesa.

—¡PUES EMPIEZAS ORDENANDO LOS ESTANTES! —le gritó Thiago.

—¡¿QUIÉN TE CREES?! ¡¿DIOS?! —Char le devolvió el grito, en ese momento sus caras estaban muy cercas.

—¡ME VALE MIERDA! —abrí los ojos por la palabrota que había soltado Thiago, era la primera que decía frente a nosotras, Char lo había sacado de sus casillas, intenté acercarme antes de que se maten, hasta Bella había salido a ver, pero algo se me adelanto—. ¡¡HARÁS LO QUE TE DIG...! —Char no lo dejó terminar, porque estampó su puño en su cara, Thiago soltó un gruñido para tocar la zona de su nariz que sangraba.

Todos se quedaron con la boca abierta, menos yo, solo cerré los ojos rezando porque no nos llevaran presa, que nos despidieran, pero que no nos llevaran presa.

Char lo miró, como se estremecía de dolor, y soltaba algunas maldiciones.

—A mí no me gritas —murmuro Char, muy diva, suspiré cansada y humillada, él levantó la mirada a ella, por un momento creí que nos gritaría que nos fuéramos, pero no lo hizo, solo la recorrió con un extraño brillo en sus ojos, para volver a bajar la mirada a su sangre.

Mira tras el hombro de la rubia, y Bella se tensó al ver que la miraba a ella.

—Bella —la llamó, y volvió a Char, quien seguía mirándolo desafiante—. Le enseñarás a Charlotte todo sobre la tienda y los estantes —Bella abrió los ojos sorprendida, mejor dicho, todos, ¿Nos estaba diciendo que nos quedábamos? Me tense cuando vió a el señor a mi lado, y luego a mí—. Juan, enséñale a la señorita Nina como manejar la caja —dicho ésto, miró por última vez a Char quien tenía una pequeña sonrisa de triunfo, pero a la vez sorprendida, tomó unas toallas de tela que estaban en exhibición y con eso se limpio la cara de sangre, para darse la vuelta y salir del local.

Hubo un pequeño silencio después de escuchar el motor del carro alejándose.

Bella fue la primera en hablar.

—Por aquí —su voz sonó con el todo fastidio del mundo, mientras se metía en unos estantes, y Char la seguía volteando los ojos y haciendo ruido con sus tacones.

—Creo que te enseñaré lo básico —escuché a mi lado, el señor Juan me sonrió, y se acercó a la caja, lo seguí, y así empezó nuestro día.

Al rato Bella apareció en el estante que estaba frente a la caja, Char traía dos cestas, una de vasos de vidrios y la otra de vasos de plástico.

Mentiras De Vidas CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora