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George se levantó de su puesto y corrió hacia la puerta. Klara solo bajo la cabeza, ella conocía perfectamente que le sucedía a su hermano.

—¿contenta?

Su madre apretó los puños de la rabia y solo se levanto para irse. No podía seguir un segundo más ahí.

...

George estaba devastado. Sabía que su amor jamás sería correspondido, sabía que era un amor que el mundo nunca aceptaría. ¿Por qué la sociedad debe creer que una pareja sólo puede ser un hombre y una mujer? ¿Por qué no hombre y hombre o mujer y mujer?

George fue a donde había hablado por primera vez con dream. Pudo notar que las flores que habían en el gran jardín estaban más grandes que la última vez. Esto lo hizo sonreir.

No paraba de pensar en lo que haría. Ya había afrontado a la prensa aquella vez que se filtraron las fotos. Pero sentía que no era capaz de afrontar una gran cantidad de personas enterándose de que el esta enamorado de un chico.

¿Tal vez en realidad deba solo amar a una chica y honrar a toda su familia? ¿Tal vez solo es un amor adolescente y al final se casara con una bella mujer?

...

Dream había pasado una linda mañana con su hermana, ambos estaban muy contentos hasta que casi queman la casa con los pancakes. De ahí decidieron ir a la feria, tenían años que no iban, y era una buena oportunidad para olvidarse de todo y vivir.

—hermano vamos por un helado ¿si?

—mmm deja checo si tengo plata.

La chica asintió y siguió viendo a su alrededor, estaba planeando a donde llevar a su hermano para que saliera con más miedo que antes.

—¿ya viste a donde quieres subir primero? —preguntó.  Mientras sacaba su billetera para contar la plata.

—mmmm eso creo. Me parece que podemos empezar con esa montaña rusa. No sé ve nada mal.

Dream subió la mirada pero luego de verla trago seco.

—¿que las niñas de tu edad no les gusta el juego de la taza que da vueltas?

—clay por favor. Ni un niño de dos años se monta a eso.

Dream rodó los ojos, caminaron un poco y compraron dos helados. Mientras pensaban en donde ir, que no fuera tan aterrador o peligroso, según dream.

Luego de unas horas de terror—por dream—pero diversión para drista, decidieron montarse en una atracción más calmada. Ya era un poco tarde y se podía ver como el sol empezaba a caer a lo lejos, pintando ya las nubes de un color más amarillento a naranja.

—hermano vamos a la rueda de la fortuna.

—luego de todos los juegos a los que hemos ido, concuerdo en que si es buena idea.

Ambos se dirigieron y compraron sus entradas para subir en el aparato. Mientras esperaban en la fila, un chico llegó y se acercó a dream.

—tanto. Dream.

Dream volteo, sabía que reconocía esa voz en donde fuera. Ese tono que lo hacía quedar erizado del miedo.

—¿q-que haces aquí?

...

George estaba hecho bolita en su cama, aquellos pocos recuerdos de dream venían a su mente cada vez más, y eso lo odiaba.

¿Acaso era mejor solo reprimir sus sentimientos y además cambiar su sexualidad solo para hacer felices a las personas? ¿Será que es mejor solo aceptar casarse con una chica a que todos te odien por ser un gay?

George cada vez sentía que su mundo se venía abajo. Odiaba tener que dejar al chico rubio pero a la vez odiaba set alguien diferente a los demás.

Sin más, se seco las lágrimas y miro al techo, sabía que solo había una opción, que para el, era la correcta.

...

—¿que hace el aquí? —interfiere drista algo enojada.

Su hermano estaba pálido y podía ver como empezaba a temblar, como si de un fantasma haya visto.

—¡clay!

Un príncipe en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora