Punto de quiebre

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Hendrick Donovan

— ¿No vas a contestar? — cuestiona Patt y la miro por un segundo para postrar mi vista en el celular, me desagrada atender llamadas cuando estoy comiendo

— No — respondo cuando me paso el bocado y ella chasquea la lengua contra sus dientes, señal de su desaprobación

— Es Emeric — prosigue y decido ignorarla

— Te ha marcado tres veces ya y si insiste tanto, debe ser importante — agrega y suelto un suspiro cuando termino de masticar y tragar 

Decido tomarle la palabra y tomo el celular para deslizar mi dedo sobre la pantalla, de no hacerlo, ella seguiría insistiendo 

— ¿Si? — respondo de mala gana

— Es Enzo — suelta de la misma forma y me acomodo en el asiento, no tengo humor para esto, no había tomado un día libre en meses

— ¿Que hizo? — cuestiono mirando mi plato de comida, apenas había comenzado y veo difícil la posibilidad de terminarlo, esto me suena a problemas 

— Trama algo, está donde la chica ahora mismo — responde y mi ceño se frunce con confusión

— ¿De que mierda hablas? — cuestiono y solo escucho una ligera risa de su parte, no comprendo

— Viejo, la chica, esa monita de la cafetería — responde y alzo mis cejas al recordar, la había olvidado por completo

— ¿Que se trae con ella? — cuestiono y me pongo de pie bajo la mirada "disimulada" de Patt, camino al lado del comedor y cuando llego al pasillo apresuro el paso hacia mi habitación

— Bueno, justo ahora, está en esa cafetería con ella y hoy en la mañana tuvo mucha acción, no quise darle mucha importancia, pero ahora veo con mucho sentido todo lo que hizo — suelta y me detengo en una de las ventanas para ver hacia mi auto, pensando en todo lo que tengo que llevar en él antes de salir 

— ¿Que hizo? — cuestiono quitándome el reloj que llevo en la muñeca, no sin antes mirarlo de mala gana y apreciar lo tarde que es ya, recuerdo haber leído que su hora de salida es en una hora mas

—¿Recuerdas el departamento que compró a las afueras de la ciudad? — cuestiona de vuelta

— No — digo con sinceridad

— Bueno, compró uno hace meses y no lo había pisado si quiera, hasta hoy en la mañana, ya lo ha amueblado — suelta y frunzo el ceño

— Va por ella... — suelto para mí mismo

— Eso parece — responde Emeric

— Llámalo, dile que pase ahora mismo a mi oficina por unos documentos sobre mi escritorio, inventa alguna mierda, que son importantes, que es urgente, pero hazlo ya y avísame cuando vaya en camino — suelto cuando avanzo a paso acelerado hacia mi habitación para tomar una ducha

— Bien — suelta Emeric y cuelgo

Emma Collins

— Mierda... — susurro para mi misma al ver a ese sujeto entrando por la puerta, ¿de nuevo está aquí?

— Es el mismo de siempre... — musita Lia a mi lado y trago saliva al ver al sujeto de arete en la oreja y cabello negro

Apenas me encuentra con la vista, sonríe ampliamente y dejo salir un ligero bufido para ir hacia él, supongo que no queda mas que tolerarlo un rato, últimamente viene solo por unos minutos y se va, espero que esta vez no sea distinto

— ¿Que te sirvo? — cuestiono y él se queda en silencio por unos segundos, solo me mira desde arriba con una desconcertante sonrisa de labios cerrados, incluso sus ojos se achican un poco en ese incómodo gesto, que extraño, esta vez no percibo ese característico olor suyo, cigarrillos y menta, ahora, huele a colonia y a jabón de baño, incluso puedo ver su cabello ligeramente húmedo 

El secuestro de Emma (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora