María

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Es realmente incómodo permanecer en la misma habitación que Enzo, su mirada me sigue sin indiscreción alguna de acá para allá, es cómo si esperara alguna respuesta de mi parte y la verdad, no sé cómo debería reaccionar, ¿debería creerle siquiera?, no lo sé, pero me parece realmente extraño no recibir noticias de Cassie, noticias buenas o malas, simplemente no sé nada

Todos dicen que se mudó un par de días después de mi partida, que había tenido que volver a la ciudad en la que nació pues sus padres se mudarían y ella junto a ellos, así que si, es extraño

— Emma — la voz de Patt me obliga a levantar la mirada y es ahí dónde la observo con las manos empapadas, se encontraba lavando los platos de la comida

— Hendrick dijo que llega la próxima semana, al parecer, el viaje durará un poco menos —  agrega y asiento sin ninguna expresión en específico, vaya... él volverá ya, se siente extraño saber que le veré

Desconozco a qué se deba, estuve tan acostumbrada a él, que dormir en los primeros dias fue un asunto complicado, ahora es un tanto raro volverle a ver y es que si, en teoría es un completo extraño para mi, me siento tan ajena a la situación, es cómo si nunca hubiese tenido algún tipo de contacto con él, me acostumbre a la lejanía después del desapego 

— Deberías salir a caminar al jardín — suelta Enzo y decido permanecer en silencio, — aprovecha estos días — agrega sin mirarme y se levanta de la mesa

— Creo que deberías hacerlo linda — dice Patt desde mi espalda y siento sus caricias en mi cabello, mi ceño se frunce y aprieto mis labios con algo de nervios, si, creo que debería

— Vuelvo pronto — suelto y me pongo de pie para caminar hacia la salida

He de aceptar que es demasiado el tiempo que paso encerrada, la última vez que salí, fue cuando estuve con Enzo hace cuatro días y la anterior a esa, fue cuando Enzo vino y hablo con Hendrick en privado 

Intento mantener el mismo ritmo de velocidad al andar y para cuando salgo de la casa, mi vista lo divisa a unos veinte metros de distancia, suelto un suspiro de pesadez y me abrazo a mi misma para caminar hacia él

Enzo no me mira, se encuentra de espaldas, sólo fumándose un cigarrillo, está ahí parado sin siquiera moverse, es como una estatua

— ¿Que es lo que debo hacer? — suelto cuando llego a él y me detengo observando su altura
intimidante

— Ya lo he dicho en las cartas — responde sin darse la vuelta

— ¿Esperar? — cuestiono de mala gana y lo veo botar el cigarrillo al piso, lo aplasta con su pie izquierdo y sigue sin moverse

— Enzo, no he terminado de comprender como es que tu... — intento explicar, pero él me interrumpe

— Las opciones son estas — alza la voz con autoridad y me contraigo ligeramente cuando se da la vuelta, me observa desde arriba y lo veo tensar la mandíbula, de forma recia, y hostil, sólo fue como una mueca de frustración

— Podrías quedarte aquí para siempre, sólo esperando hasta que él se canse de ti, lo cuál dudo, y seguir encerrada mientras que él se crea una ridícula fantasía en la cabeza — suelta y frunzo el ceño, ¿de que mierda habla?, — o esperar el momento indicado para huir, por que créeme, el momento en el que te desaparezca, tendré que desaparecer también o mi cabeza terminará clavada en ese portón — suelta y el paisaje detrás de su espalda, ese que me grita libertad cada vez que lo veo

— Cuando hablas de desaparecer, te refieres al hecho de no ver a mi familia o amigos, ¿cierto? — cuestiono y él asienta en silencio, ya me esperaba esta respuesta, pero no deja de ser difícil para mi

— Hay muchas, muchas cosas que no dije en esa carta y creo que esto debo decírtelo en persona si quiero hacerte entender que estar a su lado, es lo peor que puedes hacer — dice y toma su celular para manipularlo en silencio

El secuestro de Emma (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora