Hielo

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El dolor se sentía como si estuvieran clavando múltiples agujas en el mismo punto de su cuerpo a su vez tenia una sensación fantasma de que la sangre corría por su pierna, pero cuando la veía está estaba limpia. Cuando la enfermera se acercó a su camilla le entrego un calmante para su dolor y le entrego una bolsa de hielo para que está ayudará adormeciendo la pierna.
El castaño dormía plácidamente en su lugar, hasta que cierto joven de ojos azules irrumpió en la enfermería y se posicionó junto a él sosteniendo su mano.

—Che, no estoy muerto ni nada solo me lastime un toque la rodilla al caer mal sobre ella,—hablo besando la mano del contrario—solo fue un golpe de nada.

—Seria un golpe de nada en otra persona sin tu condición—dijo mirando la rodilla tapada por una bolsa.

—Estoy bien, ya me siento bien así que si no tienes ninguna objeción, te llevaré a tu casa—dijo levantándose y llevándolo a su hogar.





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