Durante el día el y sus amigos recibieron una invitación a la fogata en casa de los Hellfrostwave, aceptaron ir debido a que está sucedería al día siguiente. Llegado el momento se dirigieron al lugar al que fueron citados y avisaron en el portón que cerraba el acceso al bosque donde se encontraba dicha morada, al momento en el que el mismo se abriera salió la voz del castaño diciendo que debían seguir el camino de rosales para llegar a la casa. Siguieron el camino indicado y llegaron a destino, al tocar a la puerta de dicha residencia les abrió un alegre castaño.
—Bienvenidos pasen pasen, vamos al patio—les dijo cediéndoles el paso al interior para luego guiarlos a la salida trasera y luego pasaron al lugar donde se realizaría la fogata—¿y trajeron sus cartas?
—¿Qué cartas?,—cuestiono el peli-negro al oír las palabras del joven mas alto.
—Es una tradición que iniciaron los alumnos de unas cuantas generaciones atrás, debes escribir una carta de deseo sobre alguna cosa que quieras que se te cumpla luego cubrimos todas las cartas en un líquido especial flamable y si se quema significa que se te cumplirá o puedes escribir una carta de liberación sobre algo que quieras dejar ir, lazos que quieras romper o algo de lo que necesites deshacerte, si se quema se te libera de esa carga y si no pues cagate,—dijo el castaño riendo al último.
Luego de esto todos los que no tenían sus cartas las escribieron y luego de que el castaño las sumergiera en el líquido previamente mencionado cada uno tiro su carta a la fogata. Entre algunas de las que no se quemaron se encontraba las cartas del castaño, la de descarga del peli-negro se quedó intacta mientras la otra ya era cenizas sobre ella, pasó algo similar para algunas otras personas gran parte de las cartas de liberación y alguna que otra carta de deseo. El peli-negro veía como la llama se avivaba debido a las cartas que se consumían poco a poco.
—Eh, ¿Ali que haces?,—cuestiono al ver cómo el chico estaba por meter su mano al fuego.
—Sacare mí carta de liberación para ver porque no se termina de consumir.
—¿No seria prudente esperar que se apague la fogata?
—Si, pero soy impaciente,—respondió sacando la misma y revisando la carta—ahh entonces esto no se puede romper, bueno adiós carta vuelve al fuego,—hablo mientras devolvía la carta a su lugar.
—¿Qué sucede?
—Solo un lazo quedó intacto, así que no se va a terminar de consumir,—dijo acomodándose junto al fuego y mirando como este poco a poco y de forma muy leve se reducía su llama, ambos se quedaron en un silencio cómodo viendo cómo la fogata perdía intensidad.