El joven de cabellera negra veía las gotas caer por las ventanas mientras recorría los pasillos de la vacía escuela, al llegar a la puerta se sorprendió de ver al joven castaño parado en dicho lugar viendo la lluvia caer en el exterior de aquel edificio. Luego de unos minutos el peli-negro se acercó al joven para saludarlo y ver porque se encontraba todavía en la escuela.
—Oh, hola Helen, ¿Qué haces acá?—Cuestiono el joven delante de el, adelantándose a que el le preguntara lo mismo.
—Justo iba a preguntarte lo mismo, me quedé terminando un trabajo para mí clase de arte, ¿y vos?—respondió devolviendo la pregunta.
—Algo similar, me pidieron organizar algunos trabajos de las clases de música y se me pasó el tiempo. ¿Necesitas transporte?, debido a la hora mis hermanos ya se encuentran en mí casa y es algo aburrido manejar sin acompañante,—dijo el de mayor estatura viendo hacía afuera—claro que no es necesario que aceptes estarías en todo tu derecho de decirme que no—hablo con un notorio tinte nervioso en su voz.
—Realmente me serviría si pudieras alcanzarme hasta mí casa—respondió esbozando una leve sonrisa.
—He ah, perfecto, vení vamos—dijo mientras le hacía señas para mostrar que tenía un paraguas.
Cuando ambos jóvenes estuvieron lado a lado el de mayor estatura abrió el paraguas y los guió hasta el auto que los llevaría a sus respectivos destinos, acompañando al joven hasta su puerta y abriéndole la misma para que subiera haciendo lo mismo del otro lado del auto. Al subir a este el castaño arranco el auto y le pregunto al contrario hacia donde debía dirigirse, estuvieron hablaron tranquilamente mientras escuchaban música. Al llegar a destino el castaño se despido de el con un beso en la mejilla y le dije que si otra vez necesitaba transporte le avisará que el gustoso lo ayudaría. Luego de esto el castaño empezó camino a su propia morada.