🐾 Capitulo 4🐾

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Moví mi cola emocionado, al fin saldría aún más largo para conocer más de la ciudad, normalmente solo salíamos unas cuantas calles alrededor de la casa de Tae y eso me aburría por qué siquiera salíamos solos, siempre habían hombres vestidos con smoking que nos seguían.

—¿Qué, estas loco? ¿Adónde iremos?

—Tu estas loco si piensas que dejaré que tu madre te encierre y me aleje de tí. No, no lo acepto. Nos iremos.

Tae se levantó de sus piernas rápido y empezó a caminar dando vueltas por toda la habitación siendo observado por Jungkook

—No, no puedo.

—Dame una razón

—Aquí no me hace falta nada Kook… yo... no te conozco, no sé si en realidad...

—¿Crees que porque me visto así no tengo como mantenerte? —mi amo se quedó en silencio afirmando la respuesta a la pregunta del otro.

El mayor se levantó serio sin atisbo de gracia y caminó hasta Tae para parar su andar.

—Tae, créeme. Tengo lo suficiente para mantenerte a tí y a toda tu familia.

—¿Sabes cuánto gana mi papá?

—¿Y? ¿Sabes cuánto gano yo? Tae tienes que dejar el prejuicio antes de conocer a alguien, estás siendo como tu madre —el menor bajó la cabeza, se notaba ofendido —. Lo siento si te lastimé con eso pero es la verdad.

—¿Y si me encuentran?

—No lo harán

—¿Y si te hacen daño?

—Tampoco lo harán.

—Yeontan está enfermo, necesita tratamiento especial.

—Le pondré un puto veterinario privado en casa que lo cuide veinticuatro siete si eso amerita que te quedes a mi lado.

Ambos se vieron fijamente por un largo rato hasta que fue Tae que rompió el silencio.

—¿Qué necesito?

—Lo que tú quieras llevar. Solo empaca lo que puedas en una mochila y nos vamos, te compraré todo nuevo.

Sin más Tae se dedicó a dar vueltas por toda la habitación buscando sus cosas, un par de vestimentas, mi medicina, un libro que no vi bien.

Tampoco es como que yo pudiera leer, que tonto.

Escuché pasos en el pasillo que se acercaban cada vez más hasta pararse en la puerta del nuestro cuarto y para después ser tocada insistentemente.

—Taehyung ¿Porqué se escucha tanto ruido aquí en tu cuarto? ¡Diablos, me despertaste!

—Saldré por la ventana, te espero abajo —susurró Jungkook dejando un beso en los labios de Tae.

—¡¿Quién diablos está dentro de tu cuarto?! Kim Taehyung más te vale que habrás la puerta si no quieres que la derribe.

—Tannie tengo miedo —dijo mi amo ya con la mochila puesta, lamí su mejilla dándole aliento, pues si iba a estar mejor con Jungkook que con su malvada y bruja madre, pues me sentía feliz. —¿Listo?

Ladre en respuesta y él mostró su sonrisa cuadrada hermosa que tanto me gustaba. Suspiró antes de abrir la puerta empujando y dejando atrás a su madre que nos seguía mientras caminábamos, yo siendo jalado por la correa.

—¿Adónde carajos crees que vas?

—Lejos de tí —dijo mi amo pisando el primer escalón de la escalera.

—¡Tu no irás a ninguna parte!

Vi como el cuerpo de mi amo rodaba por las escaleras terminando desmayado en el suelo del primer piso. De su cabeza empezó a salir un líquido oscuro que no supe distinguir hasta que corrí y olfatee la sangre.

Empecé a ladrar a la mujer que caminaba bajando las escaleras temerosa y con un rostro preocupado y serio a la vez. Detrás de ella apareció Jungkook que la acorraló contra el barandal tomándola del cuello

—Si algo le pasa a Taehyung créame señora, haré de su vida un puto infierno.

—M-maldito qui-quien te... crees para a-amenazarme —balbuceó por la falta de respiración.

—Puedo hacer que su esposo pierda su trabajo, puedo hacer de su vida un calvario y no dudaré en hacerlo si vuelve a dañar a Tae.

La soltó permitiendo que respire y cayendo al suelo empezó a toser frenéticamente. Jungkook me cargó y también cargo a Tae saliendo por la puerta y caminando hacia la calle en dirección hacia un objeto enorme negro con cuatro ruedas. Sabía que eran ruedas porque a parecían al apoyo que tenía Samy, unos de los perros de la tienda en la que estaba, él había perdido sus patas traseras y le crearon lo que habían mencionado muchas veces que era un andarivel que le permitía seguir su vida como un perro casi normal.

Adentró el cuerpo de mi Tae con delicadeza junto a mi en un asiento amplio cerrando la puerta después . La mujer detrás de él intentaba con nulas fuerzas detener su paso poniéndose frente a la puerta que iba a abrir el Jeon.

—Quítate porfavor si no quieres que te lastime.

—¿Cómo te atreves a tutearme? ¿Acaso no sabes quién soy? —vi cómo Jungkook hizo un gesto con sus ojos como aburrido.

—Si, si. Ya me harté del cuento de su esposo el cónsul de Corea. Mejor póngase a investigar mejor quién soy yo.

—Ja ¿Tú? No eres más que un estúpido pobretón, pero por el coche que traes puedo apostar que estás en cosas ilícitas Jeon Jungkook.

—Vaya, si que hicieron un gran trabajo manteniendo mi perfil bajo, creo que le daré un aumento a mi personal.

—No me hagas reír Jeon, jamás serás de nuestra clase. Jamás podrás darle los lujos a los que Tae está acostumbrado.

—Tiene razón, no quiero ni soy de su clase. Y no sabe nada de mí. Con permiso.

Jeon Jungkook empujó a la mujer lejos casi haciéndola caer entrando rápidamente delante de nuestro asiento y cerrando el auto.

—¡Jeon Jungkook, te vas a arrepentir! ¡Lo juro!

Gritó mientras el coche avanzaba y perdíamos de vista a la mujer que seguía a media calle. Yo estaba llorando, preocupado por mi amo que seguía sin abrir los ojos, lamía su rostro pero no respondía, tocaba su mano con mi hocico pero no la levantaba y empezaba a preocuparme aún más.

—Hey, amiguito. Él estará bien, lo prometo. Ven sientate aquí adelante, será un viaje un poco largo.

Hice caso a lo que él decía, ya que era lo único que Tae y yo teníamos en este momento, me metí entre sus piernas y Apoyé mis patas en el objeto que el agarraba sin soltarlo haciendo que un sonido bastante fuerte se escuchara y hiciera que me baje dé el.

—Tranquilo, eso fue el claxon. Escucha. —él volvió a tocar el centro del objeto redondo y nuevamente escuché ese sonido —. Este es un volante, está es la palanca de cambios —dijo moviendo apenas un palo con una zona grande. Volví a sentarme en sus piernas y el con una mano acarició mi cabeza —. No estarán sólos, ni tú ni Tae, amiguito. Tendrás un amigo allá, espero que se lleven bien.

Moví mi cola feliz ¿un amigo? Espero que le guste jugar, aunque no pueda correr me gustaría ver saltar a un amigo a mi alrededor ¿cómo será? ¿Será hembra? ¿macho?

Estaba ansioso por llegar, pero estaba aún más ansioso de ver despertar a Tae y volver a ver sus ojos claros viéndome y su sonrisa resplandeciente que me hacía sentir seguro.












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