🐾Capitulo seis🐾

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Retrocedí temblando, el monstruo frente a mi no me quitaba los ojos de encima, quise salir corriendo pero las manos de Tae me cargaron.

—Oh, él es Bam. Será tu nuevo amigo Tannie. —Tae me dejó en el suelo al lado de Bam.

¿Yo? —la cabeza del tal Bam se ladeó con rostro irritado.

Yeontan, él es Bam. Bam, él es Yeontan —Jungkook nos presentó, pero el can delante mío solo me observó sin decir nada.

H-hola —dije con temor.

—Dejalos para que se conozcan, vamos.

Ambos humanos se fueron juntos. Dejándonos solos a mi y a la bestia frente mío llamada Bam, lo ví de reojo y me miraba sin disimulo alguno.

Alejate de mi, cachorro, tú y tu amo no tardarán en irse, es así siempre... No te me acerques, no me saludes, solo haz que no existo.

Dispuesto a irse se dió la vuelta, pero pese al miedo que me dió, era más la curiosidad de sus palabras.

¡Oye! ¿A qué te refieres?

Mi amo Jungkook suele traer siempre a otros humanos, no duran mucho, siempre los corre o se van.

¿Porqué?

No tengo porqué decirte cachorro. No ando por ahí diciendo lo que mi humano hace.

¿Porqué? ¿Temes que le diga a mi amo? —Traté de ser sarcástico, Bam estaba de espaldas. Pero sabía que había sonreído con lo que había dicho.

Eres fastidioso cachorro, solo mantente alejado de mí.

Se fué sin dejar que le dijera nada más, me dispuse a rondar por toda la casa, no me era imposible volver al lugar en el que estaba gracias a mi olfato, eso permitía que no me perdiera fácilmente. Cansado seguí el rastro del olor de mi amo, pero en lugar de eso pude sentir una mezcla de aromas, el perfume dulce de mi amo estaba mezclado con el que distingui que era el de Jungkook.

Llegué a las puertas del cuarto en dónde me encontraba con Tae, ruidos extraños empezaron a llegar a mis oídos y murmullos que no entendía.

Al llegar ví la escena más extraña del mundo, Jungkook estaba encima de mi Tae, ambos estaban sin ropa encima de la cama, mi Tae se quejaba mucho y me preocupé demaciado. Quise entrar pero alguien impidió que entrara.

Dejalos, necesitan estar solos

Era Bam, que con su pata jaló mi cuerpecito con bastante facilidad.

¿No vas a hacer nada? ¡Le está haciendo daño!

—Cachorro, créeme cuando te digo que no lo está lastimando.

—¿Y que están haciendo?

—Estas muy pequeño para saber de esas cosas. —aquello me pareció ridículo, seguí a Bam ya que él empezó a caminar en dirección a la cocina.

¿Si sabes que la raza pomerania no crece, verdad?

—¿A no?

—No, tengo edad suficiente para saberlo.

—Aun así...

—¿Están en celo? —interrumpí lo que iba a decir, Bam volteó a verme sorprendido.

No eres tan inocente como pensé. No están en celo, los humanos no experimentan eso, lo hacen por pura diversión.

—¿Se reproducen por diversión?

—Te falta saber mucho cachorro, no tengo paciencia para explicarte.

—Anda dime, tú no pareces malo —moví mi cola y rodeé el cuerpo del doberman, su pelaje era marrón con algunas partes claras —. Solo eres aburrido.

—¡¿Aburrido?! Cachorro, podría comerte de un mordisco.

Pero no lo harás, por qué en el fondo te caigo bien. Tu cola se mueve, yo no oculto la mía, tú si me agradas.

El can se volteó tratando de ignorar mi presencia. Se agachó hacia un tazón con comida para dar bocados grandes. Volvió a caminar hacia un lugar extraño, había un desnivel en el suelo que daba a una parte azul que se movía de manera extraña, quise acercarme pero Bam me detuvo.

No te acerques si no sabes nadar.

—¿Nadar?

—Es una piscina.

Me alejé de aquella área cristalina y me fuí a sentar al lado de Bam, el can solo bufó rendido.

¿Qué parte de alejarte de mí no entiendes?

—Sabes que eso no pasará.

Cachorro, no tengo tiempo para cuidarte.

No lo harás, y tengo nombre, me llamó Yeontan.

Esta bien, está bien. Solo relájate por el momento

Me recosté a su lado hasta quedar profundamente dormido.

POV JEONBAM.

Desperté por el ajetreo que ocurría a mis espaldas, el cachorro detrás de mi temblaba fuertemente y parecía no poder respirar. Me levanté alarmado y traté de moverlo, pero el no respondía

¡Cachorro! ¡Yeontan, responde!

No recibí repuestas positivas, en cambio el pomerania empezó a convulsionar, lo cuál me alarmó aún más. Tomé al cachorro por el cuello con mi hocico y corrí lo más rápido que pude con él hasta llegar a la habitación de mi amo. Al llegar parecían estar descansando así que puse a Yeontan en el suelo y ladré asustando a Jungkook.

—¿Bam, que ocurre?

Jungkook se levantó y caminó hacia nosotros preocupado, cargó a Yeontan y lo llevó hasta una mesa en dónde encendió un artefacto y lo puso en su hocico. Yo caminé hasta llegar dónde estaba mi amo atendiendo al cachorro y me tuve que parar en dos patas para ver lo que hacía.

Sentí la mano de Jungkook acariciar mi cabeza he instintivamente me acerqué más hacia él. Amaba cuando él me demostraba cariño, no era un indiferente y frío después de todo, solamente evitaba encariñarme con los cachorros y canes que venían a casa, porque tiempo después se iban y no volvían, por eso aunque Yeontan me agradara trataría de no encariñarme tanto.

—Buen chico Bam, le salvaste la vida.

Lamí su mano intentando preguntarle, a lo mejor Jungkook hablaba idioma perruno, porque siempre que tenía alguna duda o malestar, él siempre sabía lo que quería decir o lo que sentía.

—Yeontan padece de una enfermedad cardio respiratoria, es por eso que no puede correr o agitarse mucho, requiere cuidados especiales.

Cuando la respiración de Tan se calmó quedó cansado, con los ojos cerrados, parecía dormido, mi amo lo tomó y lo recostó en una cama igual a la mía en el suelo.
Me quedé acostado a su lado, esperaría a que despertara. Vi como mi amo se dirigió nuevamente a la cama y se acomodaba al lado del amo de Tan.

Acerqué mi hocico al costado del cachorro y pude sentir su aroma, el shampoo de fresas chocó en mi nariz, me agradaba su aroma, lo moví un poco pero él seguía dormido. Después de todo creo que era imposible no encariñarse de esa pequeña pulga.




















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