Capítulo 17 Pantora

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—¿Anakin? —llamó Ahsoka al entrar a la sala de comunicaciones.

Anakin la había llamado allí, pero en este momento, él llevaba uno de los cascos del Sistema Cero, y en frente se proyectaba un mapa de la galaxia, con millones de puntos y algunos datos que ella no entendía, por lo que se preguntaba si era un proyecto secreto del que ella no podía saber.

La puerta detrás de ella se cerró con un movimiento de la mano de Anakin, y él se quitó el casco.

—No es un secreto… bueno, sí es un secreto, pero no para ti, nuestro vínculo hace que siempre esté allí para evitar fugas de información —dijo Anakin.

Ahsoka también confiaba en su vínculo, pero su confianza venía de Xion. Anakin era demasiado atolondrado para generarle confianza. Anakin la miró amenazadoramente, sabiendo lo que estaba pensando, pero Ahsoka ya no lo veía como a un dios, y no le importaba. Ella llevó su mano a su sable de luz, dispuesta a tomar otra pelea. Anakin hizo una mueca.

—Ahsoka…

—Anakin, ¿no estamos mejor como estamos ahora? —preguntó Ahsoka. Ella sentía que su relación había mejorado mucho—. Nos divertimos juntos —dijo Ahsoka.

—Eres mi padawan, no se supone que nos divirtamos juntos —se quejó Anakin. Ahsoka se encogió de hombros. Anakin suspiró, parecía que no terminarían blandiendo sus sables esta vez.

Anakin señaló el mapa e hizo un gesto con su mano para mostrar un dato en porcentaje que decía treinta por ciento.

—Esta es un arma biológica que he creado, y cuando haya infectado a todos sus objetivos, esta guerra habrá terminado —explicó Anakin, y Ahsoka debía admitir que estaba sorprendida.

—¿Un arma biológica? —preguntó Ahsoka.

—Tranquila, no es una enfermedad, sino una cura, y le tomará uno o dos años completar su distribución. Puedo usarla ahora, pero eso sería un desastre, porque ese viejo miserable tiene sus ojos sobre mí, y sin duda lo verá todo, por lo que debemos ser pacientes.

»Mientras tanto, te dejaré a cargo del Verdad y Reconciliación, sigue destruyendo cruceros separatistas. A diferencia de lo que piensa la República, no ganaremos esta guerra conquistando territorios, porque nuestro enemigo son las corporaciones, a las que ese viejo ha prometido ganancias, y con arruinar su economía, ya les estamos dando un gran golpe —explicó Anakin.

—¿No son los sistemas separatistas los que se están endeudando al construir más cruceros? Al final, si ellos se rinden, todas sus deudas recaerán en la República —dijo Ahsoka.

Anakin ya le había explicado cómo funcionaba esta guerra y cómo el gremio de comercio, el clan bancario, la federación de comercio y la mayoría de súper-corporaciones de la galaxia estaban usando esta guerra para enriquecerse, al tiempo que dejaban a la República en la ruina. Pero si ellos destruían más cruceros, al final, serán los planetas los que aumentarán sus deudas, y las corporaciones no sufrirán ningún daño. Anakin sonrió.

—Si me llamas maestro, puede que comparta esta información —dijo Anakin. Ahsoka puso los ojos en blanco.

—Como quieras, ahógate en tu ignorancia —dijo Anakin.

—Anakin, soy la única persona con la que puedes compartir tus planes, tarde o temprano terminarás hablando —dijo Ahsoka con indiferencia. Anakin hizo una mueca.

—¡No voy a hablar! —sentenció Anakin.

—Yo tampoco preguntaré nada —afirmó Ahsoka.

—Bien —dijo Anakin.

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