⁰⁵

1.4K 152 24
                                    

Dilara

Ninguno había dicho palabra alguna desde que llegamos a mi habitación, ambos estábamos sentados en mi cama mirándonos el uno al otro.

Quería hablarle, quería decirle todo que se pasa por mi cabeza. Pero me da miedo, además de estar confundida.

Quería, quiero a Alex, pero Tom....

Creo que una parte de mí siempre estará enamorada de Tom.

-¿Cómo hago para dejar de amarte?- Tom es el primero en hablar.

Yo solo me quedo viéndolo, no sabía que responder. Porque al igual que el yo me hacía la misma pregunta, ¿Cómo hago para dejar de amarlo?

-Tom...- él no me deja terminar.

-Aún te amo, lo prometo. Tom se levanta de la cama para arrodillarse frente a mí, sus manos se posan en mis rodillas causando me escalofrío. -Se que tu estás con ese chico, y se que yo estoy con Heidi, pero me importa un carajo. Si me lo pides la dejo y tú, yo y nuestro hijo seremos una familia.-

Sus palabras eran las palabras que desde hace mucho tiempo quería escuchar, pero ahora que las escucho lo único que tengo en mi cabeza es. ¿Por qué no las dijo antes?.

-¿Por qué decirlas ahora?, cuando estuve en el hospital por culpa de ella me dejaste. Creí que con el tiempo recapacitarías y nos buscarías, pero no fue así.-

-Quería hacerlo, pero tenía miedo Di.-

-¿Miedo?- no puedo evitar reírme en su cara. -Miedo tenía yo, tenía 17 años y estaba embarazada del mejor amigo de mi papá, estaba sola y en otro continente. Miedo lo tenía yo, no tú.-

-Lo siento, sé que fui un idiota y que lo sigo siendo, pero quiero que sepas que nunca te deje de amar Dilara.-

-Lo nuestro estuvo mal, yo era una niña Tom.-

-Solo quiero que leas esto cuando estés sola.- el decide cambiar de tema.

Me entrega una hoja que sacó de su bolsillo, se levanta y se va sin decir nada más o mirarme una última vez.

Quería leer la hoja en ese instante, pero no pude porque Alex entro a la habitación con una cara de enojado.

No quería pelear con él por lo que guarde la hoja bajo mi almohada, me quedo sentada en la cama viendo cómo el hace lo mismo.

-¿De qué hablaron?-

-Sobre Murad.- me va a terminar creciendo la nariz como pinocho por tantas mentiras.

-No mientas Dilara, sé que no fue así.-

-No es de tu incumbencia Alex.-

No quería discutir por lo que me levanto de la cama y al igual que el mayor me voy, escucho como me sigue.

No me detengo a esperarlo ni nada, solo sigo mi camino hasta llegar al jardín trasero dónde un pequeño castaño corre a mis brazos.

-Mi precioso niño.- beso su mejilla causando le cosquillas.

Me acerco dónde estaban todos los demás incluyendo al castaño mayor junto con la rubia.

Heidi solo me mira para luego mirar a Leni y de últimos a Murad, su mirada no es nada amistosa o algo, me fijo que me mira con odio. El mismo odio que ví en sus ojos cuando supo de mi embarazo.

No le prestó atención y observó como mi bebé se quiere bajar de mis brazos para perseguir a Lottie por todo el jardín.

-¿Todo bien entre ustedes?- le pregunto a Leni.

Ella había decidido no acercarse a su mamá por lo que vo, pero no sabía si se habían acercado a hablar mientras yo lo hacía con el mayor.

-No quiero hablar con ella, no me siento preparada aún.- asiento en su dirección de forma comprensiva.

-Ya que estamos las tres otra vez reunidas, deberíamos salir. Ya saben de fiesta...- nos dice Kenzie una vez se acerca a nosotras.

-Por mi está bien, necesito salir y emborracharme. Pero es Di la que ya no sale de fiesta.- ambas voltean a verme.

-Lo siento chicas, pero tengo que cuidar de mi hijo.- intento excusarme, pero mi madre tiene otros planes.

-No te preocupes cariño, ve con ellas yo cuido de mi nieto.-

Mamá había estado escuchando la conversación y se entrometió, no negare que desde que Murad nació no eh salido de fiesta ni me eh emborrachado, ¿Lo extrañaba?, sí.

-De acuerdo.- acepto finalmente.

Las tres se emocionan que aplauden como niñas pequeñas. Mamá se va con los más pequeños a jugar con ellos mientras yo me quedo con las chicas observando los jugar.

De vez en cuando mi mirada se posa en cierto castaño mayor, me había dado cuenta de que su mirada se encontraba con la mía en un par de ocasiones.

Mientras Alex se había ido a quien sabe dónde, no quería llamarlo o buscarlo porque sabía que solo pelearemos.

-¿Cómo se llama?- me pregunta un agitada Lottie de tanto correr.

-Murad.- ella me mira con su ceño fruncido, de seguro no le gusto el nombre. -Significa deseo, porque él es mi deseo cumplido.- ella asiente y sigue corriendo para ser perseguida por el pequeño que de vez en cuando se tropieza.

...

Habían pasado un par de horas desde que todos se fueron de casa. Las chicas habían acordado que mañana saldríamos de fiesta porque Leni ahora estaba exhausta por el viaje con un niño de un año.

Los tres estábamos acostados viendo una película, pero la única que sobrevivió a toda la película fui yo, ya que ellos se durmieron a media película.

Los observó una última vez antes de levantarme y con cuidado meter mi mano por debajo de la almohada para sacar aquella hoja que tanta curiosidad me daba leer.

El sonido de la escena post créditos y los ronquidos de Leni no me ayudarían a concentrarme por lo que decido ir a la cocina por un té.

Al llegar al primer piso todo está oscuro indicando que mis padres están dormidos, con cuidado dejo calentando el agua.

Iba a leer la hoja en ese momento, pero un par de recuerdos se me vienen a la mente de cuando estaba en esta cocina. Podía sentir mis mejillas calentarse ante aquel recuerdo.

Solo el sonido del agua lista me saca de aquel recuerdo, al tener mi té listo decido ir al jardín y sentarme en el pasto bajo las estrellas.

"A tu edad se sabe que nada es para siempre. Te enamoraste, me enamoré, nos enamoramos, pero ambos sabíamos que no sería para siempre. Por eso nos arriesgamos, por eso me arriesgué contigo, entregándote mi corazón.

En este punto de nuestras vidas, entendemos que el tiempo es un recurso precioso y que el futuro es incierto.

Sin embargo, este entendimiento no hace más que fortalecer mi determinación de amarte con todo mi ser.

A pesar de que sabemos que nada es eterno, quiero que sepas que mi amor por ti es atemporal.

No importa lo que el futuro nos separe, estoy dispuesto a arriesgarme una y otra vez, entregándote mi corazón sin reservas".

Un par de lágrimas se escapan al terminar de leer aquello, y me sobresalto al sentir unos brazos rodearme.

Al darme vuelta me doy cuenta de que se trata de papá, solo me aferró a él con cuidado de no tirar mi té encima de él.

-Aún lo amas, ¿Cierto cariño?-

-¿Me odiarías si te digo que si?-

-Nunca podría odiarte mi niña.-

-Entonces sí, aún lo amo, aún cuando no quisiera hacerlo.-

𝖠𝗆𝖻𝗋𝗈𝗌𝗂𝖺 𝗏𝗈𝗅²「𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora